La arquitectura bioclimática se puede resumir en una arquitectura eficiente y en sintonía con el entorno y el medioambiente. Como anteriormente hemos hablado más en profundidad de este tipo de construcciones, en el post de hoy nos centraremos en las ventajas y desventajas de la arquitectura bioclimática y en qué factores hay que tener en cuenta en las viviendas bioclimáticas.
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¿Qué son las casas bioclimáticas?
La vivienda bioclimática no es un tipo de diseño sostenible y eficiente que se haya puesto de moda en los últimos años. Hace bastantes décadas, a mediados del siglo pasado, propuestas como las de Buckminster Fuller o Coop Hummelblau pusieron sobre el plano esta otra manera de hacer arquitectura. Se empezó a tener en cuenta que la cuestión no es solo construir, sino también prestar atención a lo que ocurre cuando construimos y con qué lo construimos.
Como explicaba un profesor mío de Urbanismo: “No solamente hay que mirar cómo influye el terreno en el edificio que proyectamos sobre él, sino cómo influye el edificio en el terreno”.
Yo diría, veinte años más tarde, que casi un 90% de la buena arquitectura con conciencia se basa en el respeto total al terreno donde su ubica. Y de esta premisa salen las primeras propuestas de edificaciones bioclimáticas, ya descubiertas por nuestros ancestros, las cuevas.
Características casas bioclimáticas
La cueva tiene una inercia térmica altísima que la hace inmune a cualquier inclemencia meteorológica y a los cambios de temperatura entre el día y la noche y en los cambios de estaciones.
No es de extrañar que todos los náufragos de las novelas de Julio Verne acabasen habitando en cavidades, que con muy buen criterio acondicionaban una vez se mentalizaban que su vida de Robinsones iba para largo. Mítico es el Palacio de Granito de La Isla Misteriosa, con aparato elevador y todo. Cero acopio de materiales y mínima aportación de energía (el fuego) para calentar las estancias.
El segundo sistema para elaborar una arquitectura sensible a la eficiencia energética es el mimetismo con el entorno. Esto ya ocurre en las cuevas, pero que la piel de los edificios sea camaleónica y adopte texturas del paisaje, colores del cielo y, por ende, sea más ligera, hace que sea mucho más fácil de transportar, de reciclar y de transformarse en un sistema permeable. Esto se traduce en una mayor facilidad de climatización, absorción de la radicación solar diurna y de adaptación al terreno.
A todos nos vienen a la mente las estructuras sobre pilotes que transforman el suelo poblado de vegetación en una habitación más, desde los palafitos orientales hasta las propuestas modernas como la Casa Farnsworth de Mies o la Ville Savoye de Le Corbusier.
La segunda mitad del siglo XX vio también la proliferación de propuestas más o menos insólitas de la panalización de las viviendas, una variante radical de la huida del suelo. Pero en la actualidad muchas estructuras empiezan realmente a partir de la primera o de la segunda planta y transforman las plantas bajas en atrios disfrutables por el público.
Y el tercer sistema es basar toda la arquitectura del edificio en el tratamiento domótico de su piel. No solamente los dispositivos de protección solar y de ventilación cruzada son importantes, sino también las medidas de mejora energéticas a coste cero, que normalmente vienen controladas por un sistema computerizado automatizado capaz de reducir al mínimo el consumo de energía del edificio.
Todo ello, evidentemente, acompañado de fuentes de energía renovable como placas solares, aerotermia, calderas de biomasa, etc.
La piel de un edificio debe ser como un ojo humano, que regula automáticamente la entrada de la luz y lo mantiene limpio de impurezas.
Ventajas de la arquitectura bioclimática
Todo esto se traduce en innumerables ventajas, pero las tres principales son:
- Consecución del confort a coste cero de energía.
- Utilización de materiales reciclados y construcción con materiales reciclables, huyendo de las pastas de adhesión.
- Mayor calidad de la arquitectura y mejor aspecto de los entornos naturales y de las ciudades.
Desventajas de la arquitectura bioclimática
La única desventaja que tiene apostar por la arquitectura bioclimática, a mi modo de ver, es que aún necesita una considerable dosis de aprendizaje por parte del público ajeno, que sigue viendo el muro de ladrillo como el máximo exponente al que hay que aspirar.
Hace falta educar a las siguientes generaciones de que es cuestión de décadas que los materiales de construcción comiencen a escasear y, por ello, no nos podemos permitir derrochar ni siquiera un ladrillo o un simple anclaje sin hacer que vuelva al ciclo constructivo, ya sea metamorfoseado en otro componente, o en su estado inicial, formando parte de otro edificio.
Al fin y al cabo, el Coliseo Romano es una muestra de que, una vez finalizado el periodo de esplendor de los triunviratos, los ciudadanos (de una manera discutible), decidieron reutilizar parte de sus materiales para edificarse sus casas y lo dejaron en el estado actual.