Es poco probable que haya una sola persona (adulta, se entiende) a la que no se le haya planteado esta cuestión en algún momento de su vida: ¿comprar o alquilar un piso? Es la duda recurrente en un país históricamente proclive a la propiedad en el que, en muchas ocasiones, se ha considerado que alquilar es tirar el dinero.

¿Es cierta esta afirmación? Pues la verdad es que, ante el clásico, ‘compro o alquilo’, no hay respuestas absolutas ni fórmulas únicas que se puedan extender de particular a particular. Por eso te explicamos qué factores inciden en la preferencia por una opción u otra, y qué alternativa puede resultar más rentable en el contexto actual del mercado inmobiliario.

¿Comprar o alquilar?, sacamos la calculadora

Echar mano de la calculadora es tanto una opción para valorar si una alternativa es mejor que la otra, como una herramienta a la que puedes acudir online en busca de ayuda para tomar una decisión. Sin embargo, los argumentos de tipo económico no son los únicos a los que es recomendable acudir para determinar cuál es la opción que más se ajusta a cada uno.

Antes de pasar a esas otras motivaciones, lo cierto es que si uno analiza únicamente los datos económicos del mercado inmobiliario todo apunta a que, en el momento actual, comprar es una opción que puede dar mejor resultado que alquilar. Así lo señalan multitud de indicadores y análisis especializados, como el último informe sobre la ‘Situación inmobiliaria de España’ realizado por BBVA Research.

¿En que se basan los expertos para inclinar la balanza hacia la compra? Básicamente en la evolución del mercado y en las previsiones que existen sobre el mismo. La corrección de los precios que impulsó el estallido de la burbuja inmobiliaria, unida al mantenimiento de los tipos en mínimos que alivian y mucho para financiar la adquisición de una propiedad residencial, y el valor de la vivienda, que sigue sumando enteros, son los principales argumentos a favor de la compra de vivienda.

El precio del alquiler, al alza

Otra realidad refuerza la idoneidad de optar por la propiedad: el precio del alquiler también está en escalada. Tanto es así que el precio medio de un alquiler cerró los tres primeros meses del año con la mayor subida trimestral registrada en una década, según Fotocasa, que apuntó a un incremento en ese trimestre de hasta el 5’9%.

Si ese dato puede operar como desincentivo al alquiler, otro no se queda a la zaga: el mantenimiento de los tipos de interés a niveles excepcionalmente bajos fortalece también la opción de la compra. Así, el menor esfuerzo que un ciudadano debe hacer para afrontar una adquisición está ahí.

De hecho, la renta neta que los hogares destinan a una compra ronda el 26%. Casi diez puntos por encima, en el 35’4%, se sitúa en cambio la renta media destinada al pago de una vivienda en alquiler. El Instituto Nacional de Estadística estrecha sin embargo estas distancias y asegura que los ingresos destinados al alquiler suponen el 28’7% del total, frente al 24’3 en el caso de la hipoteca.

Comprar una vivienda como inversión

Quien alquila, paga y paga para, al final, no tener nada. Es otro argumento clásico del que se suele tirar para defender la compra sobre el arrendamiento. Y la verdad es que hoy por hoy, si se echan sumas y restas de lo que puede reportar comprar a largo plazo, el tópico puede no alejarse de la realidad. Esto es así, fundamentalmente, por el buen momento que atraviesa la adquisición de vivienda como inversión, que es hoy más rentable que los depósitos y los Bonos del Estado a 10 años.

En este sentido, es cierto que hay un aspecto que es recomendable considerar cuando uno está en la encrucijada de decidir si compra o alquila: el doble uso de una casa en propiedad, como bien, pero también como inversión a futuro.

Si se toma en cuenta esta variable, una circunstancia será determinante: adquirir una vivienda que previsiblemente vaya a ganar en valor.

Y eso es algo que, hoy por hoy ocurre y que, por ello, ha hecho que la inversión en vivienda para alquilarla sea la segunda más atractiva en rentabilidad por detrás de la Bolsa. Según datos del Banco de España, la rentabilidad de invertir para alquilar es del 9’5% si se tiene en consideración la variación de precios. Los depósitos, por poner el dato en contraste, ofrecen una rentabilidad del 0’1%.

Comprar o alquilar, una decisión más allá del dinero

Sin embargo, los factores que motivan a una persona a la compra o al alquiler van más allá de lo económico. Por ello, los argumentos mencionados no han impedido que la inclinación sobre el alquiler por parte de los españoles esté en un momento dulce y se aproxime, poco a poco, a la preferencia por la compra, que sigue siendo la opción más valorada.

Es lo que se desprende de los últimos estudios sobre la materia, que demuestran que el alquiler va ganando peso entre las preferencias españoles. De hecho, un análisis realizado por Fotocasa apunta a que 3 de cada 10 españoles son ya favorables al alquiler, mientras que el 37% sigue apostando por la compra de vivienda.

Opción preferida por los jóvenes, la de alquilar tiene un argumento a su favor desde el punto de vista económico: los incentivos estatales que, desde 2013, han virado desde el apoyo a la compra hasta el respaldo al arrendamiento que, por ejemplo, puede gozar de incentivos fiscales al alquiler en determinados casos.

Más allá de lo que afecta al bolsillo, la conveniencia de alquilar una casa atiende a otros aspectos, muchos de ellos, preferencias individuales relacionadas con la edad, el momento por el que atraviese una persona o su nivel de formación.

En este sentido, por mucho que se eche mano de una calculadora, esta no medirá activos intangibles que puede aportar el alquiler, como la flexibilidad. Esto, sin duda, será algo a tener en consideración en situaciones personales muy variadas, por ejemplo en el caso de un profesional con alto nivel de formación que pueda ser susceptible a la movilidad laboral y que, por ello, valore sobre cualquier otro aspecto la falta de ataduras que posibilita el alquiler.

Así, la pregunta con la que arrancaba esta entrada no tiene una respuesta única ya que, como se ha visto, en la conveniencia de comprar o alquilar piso mediarán una serie de factores de tipo económico que sí pueden ser más o menos extensibles. Sin embargo, junto a ellos, emergen aspectos de carácter personal que dependerán en gran medida de la situación y expectativas de cada uno y que, sin duda, tienen su peso para valorar qué opción es más recomendable.

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