Aunque a priori parezca una locura, comprar una casa sin haber vendido la otra no es algo tan raro hoy en día. Por diferentes motivos, ya sea por la necesidad de espacios más amplios, porque se amplía la familia, porque tienes que mudarte por trabajo o, simplemente, porque te apetece cambiarte de domicilio, mucha gente decide buscar una nueva vivienda aun pagando la hipoteca de la anterior.
Un cambio de casa siempre es el comienzo de una nueva aventura. Sin embargo, los trámites que hay que seguir no siempre son tan fáciles. A continuación, te contamos cuáles son las maneras que puedes seguir para que la compra de una nueva casa no sea un quebradero de cabeza, ¡comenzamos!
¡Una solución! La hipoteca puente
No te asustes. La hipoteca puente no significa que tengas que pagar una nueva hipoteca, sino todo lo contrario. Se trata de una alternativa que ofrecen los bancos para todas aquellas personas que quieren comprarse una casa sin haber podido vender la anterior.
La hipoteca puente se basa en dos préstamos hipotecarios unificados en uno solo. Esto significa que el pago es inferior que si fuesen dos hipotecas diferenciadas. No en vano, todo tiene un precio, aunque sea metafórico. Uno de los requisitos que te pide el banco es que vendas la antigua casa de 2 a 5 años.
El problema de la hipoteca puente lo encontramos justo ahí, en la venta del inmueble. Esto es, en caso de no vender la vivienda en el tiempo establecido, el cliente deberá pagar al banco la hipoteca de la nueva vivienda desde el principio, es decir, desde que se contrató.
¿Más soluciones? Subrogar la hipoteca
Hay muchas más alternativas que la hipoteca puente para poder comprar una nueva casa sin haber vendido la anterior.
La subrogación de una hipoteca no es otra cosa que cambiar el titular de una hipoteca antigua. Este hecho es de los más habituales que se hacen para comprar una vivienda. No en vano, es el banco quién tiene la última palabra en si aceptar al nuevo deudor o no.
A pesar de que es una solución para poder hacer frente a la nueva hipoteca, también hay que asumir una serie de gastos, como la notaría, la gestoría, el registro y una comisión de subrogación.
Como podéis ver, comprar una nueva casa sin haber terminado de pagar la hipoteca de la antigua no es imposible. Solamente hay que saber cuáles son las alternativas y las soluciones que te da el banco para llevar a cabo la compraventa. A pesar de que el banco por sí mismo no compra viviendas, sí que es una entidad que te ayuda a que la operación se realice con más tranquilidad.