Todo aquel que se haya aventurado alguna vez a montar su propio negocio sabe de sobra lo que ello supone: trámites, papeleos, tasas y un sinfín de piedras en el camino que no hacen sino aumentar la burocracia de estos procesos.
Entre todas estas incomodidades necesarias cabe resaltar la figura de la licencia de apertura, otro obstáculo del que nadie se libra y del que no todo el mundo está lo suficientemente informado cuando se lanza a un procedimiento de este tipo y del que vamos a sentar las bases en este post.
Pero antes de nada, ¿qué es la licencia de apertura? Esta licencia no es más que la documentación legal que certifica que en un determinado espacio(local, nave u oficina) se cumplen los requisitos necesarios para realizar una actividad en concreto. Un tramite imprescindible por el que hay que pasar en cualquier traspaso o cambio de actividad pero que puede resultar un auténtico quebradero de cabeza si no se está bien informado.
Algo que mucha gente no sabe es para qué circunstancias es necesaria esta licencia. Por norma general, es requisito indispensable en caso de cambio de actividad de un negocio, reformas en el establecimiento o cambio de propietarios del negocio, también aplicable a negocios familiares en los que los titulares pasan a ser los hijos. Incluso en aquellos casos en los que la actividad que se vaya a realizar sea la misma que la que ejercía el antiguo propietario puede haber problemas a la hora de conseguir la licencia de apertura. Esto es porque las licencias de algunos locales antiguos han quedado totalmente obsoletas y en muchos casos han dejado de cumplir la normativa vigente.
Por eso, antes de tirarse a la piscina conviene saberse al dedillo todas y cada una de las condiciones que tendremos que cumplir para poder ocupar el local con todas las garantías.
Tipos de actividades
Como es de suponer según sea la actividad que se vaya a desarrollar tendremos más o menos trabas a la hora de conseguir la licencia de apertura. La normativa divide en dos los tipos de licencias que se pueden otorgar: inocuas, para actividades que no resulten ni molestas ni nocivas para las personas y el medio ambiente y calificadas para aquellas que sí puedan serlo. En el caso de las actividades inocuas el procedimiento es más sencillo y menos costoso que para las actividades calificadas. En todo caso, necesitaremos un informe técnico que acredite la capacitación del establecimiento.
Algo más caro y dificultoso será si la actividad que vamos a realizar entra dentro de las catalogadas como calificadas, para las cuales habría que presentar un proyecto técnico emitido por el profesional correspondiente donde se especifique todas las características del establecimiento y su adecuación a la actividad que se pretende desarrollar. Estos profesionales pueden ser arquitectos, ingenieros o aparejadores. Tantos para unas actividades como otras no podremos obviar el cumplimiento de la Ley de Accesibilidad que asegure una correcta circulación de los discapacitados dentro de nuestras instalaciones.
Solicitar la licencia de apertura
Una vez tengamos claro qué tipo de actividad vamos a desarrollar y en qué local pensamos hacerlo habrá que iniciar el proceso de solicitud. Pero antes de dar este paso, y para no realizar un gasto innecesario, es importante que estemos seguros de que el local elegido cumple la condiciones.
Si ya lo tenemos claro, encargaremos el informe o proyecto técnico al experto que corresponda para que acredite de manera formal el adecuamiento de las instalaciones. Con esto y el pago de las tasas correspondientes, que varían de un Ayuntamiento a otro, podremos presentar nuestra solicitud al organismo competente de nuestra zona. A partir de aquí, tendremos que cargarnos de paciencia y esperar, ya que la resolución de estos tramites suele prorrogarse demasiado en el tiempo.
No obstante, si has seguido todos los pasos y tienes la seguridad de que tu local cumple con todos los requisitos podrás empezar a ejercer tu actividad, siempre una vez que hayas enviado toda la documentación. Pero cuidado, si la resolución se resuelve en nuestra contra podríamos enfrentarnos a sanciones y al casi seguro cierre del local. No obstante, cabe decir que desde 2011 existe la figura de la ‘declaración responsable’, que sustituye a la licencia de apertura en locales que tengan unas determinadas características, principalmente aquellos en los que se vayan a llevar a cabo actividades inocuas. lo que simplifica considerablemente todo el proceso.
Licencia de apertura de un bar
Una de las licencias de apertura mas socorridas en nuestro país es la correspondiente a bares , que paradójicamente también es una de las más complejas.
Como hemos comentado más arriba las actividades que puedan ocasionar molestias o ser consideradas como nocivas, peligrosas y/o insalubres como pueden ser las que se corresponden con establecimientos hosteleros están organizadas como actividades calificadas. Esto quiere decir que para conseguir este tipo de licencia tendremos que ponernos en contacto con un profesional (ingeniero, arquitecto o aparejador) que atestigüe en base a un proyecto técnico que el local cumple las condiciones y en caso contrario, que reformas tendrían que llevarse a cabo.
Otro de los obstáculos que tendremos que salvar para el correcto funcionamiento de nuestro bar es el de la comunidad de vecinos de la zona afectada, que tendrá que darnos su visto bueno. Con esto y el pago correspondiente de impuestos y tasas no debería haber problema para la apertura de nuestro bar.