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El sonido y el ruido
Antes de entrar en materia, conviene refrescar la memoria sobre la teoría física del sonido. En primer lugar, en aspectos puramente definitorios, el decibelio es la medida utilizada para expresar el nivel de potencia y el nivel de intensidad del ruido.
Para establecer los valores ponderados e institucionalizados de la siguiente relación, se tiene que utilizar el logaritmo porque la sensibilidad del oído humano al ruido no es lineal y ni siquiera objetiva.
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Un sonido por sí solo no es fácil que se pueda cuantificar, pero sí en comparación a algún otro, y es ahí en donde se pueden mesurar.
Tabla del sonido
Fuente: “El oído. Saber y entender”
- 200 dB: Bomba atómica similar a las de Hiroshima y Nagasaki
- 180 dB: Explosión del Volcán Krakatoa a (160 km de distancia) / Cohete en despegue
- 142.2 dB: Récord Guinness de ruido en un estadio
- 140 dB: Umbral del dolor. Coche de Fórmula 1
- 130 dB: Avión en despegue
- 120 dB: Motor de avión en marcha. Pirotecnia
- 110 dB: Concierto. Acto cívico
- 100 dB: Perforadora eléctrica
- 90 dB: Tráfico
- 80 dB: Tren
- 70 dB: Aspiradora
- 50-60 dB: Aglomeración de gente/Lavaplatos
- 40 dB: Conversación
- 20 dB: Biblioteca
- 10 dB: Respiración tranquila
- 0 db: Umbral de audición
La ley sobre ruido en Cataluña
La Ley 16/2002 de Protección contra la Contaminación Acústica, junto con el Decreto 176/2009 conforman el marco jurídico que rige en la Comunidad Autónoma de Cataluña. Pero como suele ser habitual en muchos marcos legislativos, cada municipio puede tener sus ordenanzas particulares que pueden ser (o no) más restrictivas que la reglamentación base.
En este caso, como es lógico, prevalece la ley más restrictiva. También hay que tener en cuenta que existen varios tipos de zonas de sensibilidad acústica en las cuales el nivel máximo sonoro varía ostensiblemente, y hay que tener en cuenta tres franjas horarias diferentes.
Decibelios permitidos para un bar
Dicho esto, cuando hablamos de los decibelios permitidos en un bar, entendemos el nivel de decibelios máximo que puede percibirse en viviendas anexas a dicho bar, y durante el día es de 45 dB con las ventanas cerradas en salas de estar, y durante la noche de 35 dB con las ventanas asimismo cerradas. En dormitorios baja hasta los 30-40 dB respectivamente.
Existe otro modo más casero de comprobar que se supera el nivel de ruido permitido, y es si escuchamos con completa claridad las conversaciones de los vecinos y cualquier aparato fonográfico o de televisión.
Por otra parte, hay otros ruidos que no pueden superar ese nivel de decibelios y por su reiteración o contraste con el nivel sonoro habitual, pueden ser tan molestos y denunciables como los primeros.
Por ejemplo, el típico taconeo esporádico en medio del silencio de la noche y el no menos típico arrastre de muebles cada cierto tiempo del vecino del piso superior.
Niveles de ruido y decibelios permitidos
Si nos hallamos en zonas de dominio público, cogeremos entonces para resumir la casuística el caso más restrictivo: zona acústica de sensibilidad alta (A2), con predominancia de uso sanitario, docente y cultural, con niveles que oscilan entre 45 y 55 dB según franjas horarias. Dichos valores pueden aumentar 50-60 dB en zona predominantemente residencial y seguir subiendo hasta los 60-70 dB en zonas industriales o de uso predominante de espectáculo. Pero en todo caso, en lo que se refiere a la molestia en viviendas particulares, los límites de 30-35 dB son inmutables.
Finalmente, si hablamos del rango de emisión de la fuente del mismo bar, tenemos que volver a hacer hincapié en las ordenanzas particulares de la ciudad y su casuística. En Barcelona oscila el límite máximo entre 80 y 89 dB, y además, los proyectos de apertura y legalización exigen, conforme al Código Técnico de Edificación, un aislamiento acústico cuantificado de una media de 50-55 dB.