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Eficiencia energética de una vivienda
Uno de los puntos clave para definir la eficiencia energética de una vivienda es la ventana, o por supuesto, la puerta que da directamente al exterior. Lo primero a tener en cuenta en ventanas es que los elementos arquitectónicos no se comportan como seres aislados, sino que interactúan los unos con los otros. Por tanto, de casi nada nos valdría sustituir todas las antiguas ventanas de una vivienda por unas nuevas (con cámara de aire de 20 milímetros, rotura de puente térmico o incluso triple vidrio), si la pared sigue siendo de una hoja.
¿Qué quiero decir con esto? Que la eficacia energética de una ventana va directamente ligada a su entorno si la fachada que la envuelve sigue obsoleta. El símil es parecido a salir a la calle a una temperatura bajo cero, vestidos con un fenomenal abrigo Hugo Boss o Burberry, pero en calzoncillos. Por desgracia, éste es un fenómeno muy habitual en reformas, el no considerar la vivienda como un todo global e intentar resolver sus problemas de manera aislada.
Ahorro de energía en ventanas dependiendo del material
Otro punto clave en las ventanas y su ahorro de energía es la dicotomía entre los marcos de aluminio y los de PVC. Los primeros tienen una transmitancia cien veces superior a los segundos, por tanto, son cien veces más sensibles a los cambios de temperatura exterior y por ende a condensaciones intersticiales. Por el contrario, el PVC es un material compuesto por derivados del petróleo, lo que le confiere una considerable penalización ecológica.
Aluminio o PVC, ¿cuál es mejor?
La realidad es que existe una controversia total en la conveniencia de uno u otro material, y solamente es resoluble si pensamos – aquí sí – en términos independientes. Si buscamos el confort, indudablemente habría que decantarse por el PVC (a pesar de que los nuevos diseños de carpinterías de aluminio acorten distancias). En cambio, si optamos más por la conciencia ecológica, el aluminio es nuestra opción. Recordemos que parecido problema tenemos con las placas solares, una fuente limpia de energía, salvo durante el proceso de su fabricación.
Ventanas de madera eficientes
Las ventanas de madera son muy empleadas en climas adversos: no hay más que recurrir a la idílica postal de los Alpes con esas casas a dos aguas. Países como Alemania, Austria o Suiza llevan siendo durante muchas décadas pioneros en el tratamiento de la madera como elemento relacionado con la eficiencia energética. Si a eso le sumamos que se pueden disfrazar los marcos – forrándolos de otro material o de una falsa apariencia de material -, se nos abren muchas más posibilidades para buscar efectos estéticos sin renunciar a la eficiencia energética directamente relacionada con las propiedades de un material.
Cómo usar las ventanas para ahorrar energía
Dejamos las características de los materiales de lado – transmitancias, porosidad, reflectancia, temperatura de color, etc. En muchas ocasiones, la solución perfecta para acabar con los problemas de eficiencia energética es emplear el sentido común y recurrir a estratagemas de gestión energética. Se hacen precisos protocolos en edificios públicos para el buen uso de las ventanas en concordancia con los sistemas de climatización. Además, es necesario un correcto empleo de la protección solar y de la iluminación interior. Así como, la instalación de elementos baratos y eficaces para erradicar problemas de estanqueidad (burletes, sellado de juntas, aislamiento en cajas de persiana).
Finalmente, no nos debemos olvidar del tratamiento de la “ventana olvidada”, que es la eventual puerta de entrada a la vivienda, sobre todo si da al exterior. Ojo con esas puertas blindadas que carecen de elementos aislantes y son radiadores de frío o calor. Atención a las claraboyas y demás elementos de iluminación cenital, mucho más susceptibles a la acción de las inclemencias del tiempo. Y sobre todo, repetimos, cuidado con las uniones entre los huecos y las fachadas o forjados, tan o más importantes que las ventanas en sí.
Plan Renove de Ventanas
Son ayudas o subvenciones destinadas a la rehabilitación de las ventanas para mejorar la eficiencia energética y el ahorro. Si quieres cambiar tus ventanas para mejorar tu eficiencia comprueba si en tu localidad o comunidad autónoma se encuentra instaurada esta ayuda. En años pasados se repartieron estas ayudas en comunidades como Andalucía y Aragón. Actualmente pueden pedirse estás ayudas en lugares como Galicia y la Comunidad Valenciana.
El cambio de ventanas es una de las medidas de mejora más mencionadas en el Certificado Energético. Con ella podrás mejorar tu calificación energética y conseguir un ahorro económico.
Sistemas que mejoran el ahorro de energía en ventanas
A través de los años, la tecnología ha avanzado con el objetivo de mejorar la entrada de luz reduciendo las pérdidas de calor sin disminuir la calidad de las vistas al exterior.
1. Gas argón en la cámara de aire
La tecnología más avanzada en ventanas agrega la inyección de gas argón en la cámara de aire entre vidrios. Es un gas inocuo que se encuentra en el aire que respiramos, por lo que no se considera nocivo para el ser humano.
Este gas tiene la ventaja de aumentar en un 45% la capacidad de aislamiento de la ventana debido a que tiene menor capacidad de transmisión del calor y no bloquea la entrada de luz. Si hacemos referencia a térmiso de transmitancia térmica (K) para unidades con cámara de aire de 12mm y vidrios de 6mm el valor K es de 2,9 W/m2K. Mientras que con este sistema queda reducido a 1,4 W/m2K.
Numerosos estudios muestran que el gas argón filtra menos de 1% por año. De ahí se deduce el plazo tan importante de amortización de este tipo de sistema y su relevancia en el ahorro de energía de las ventanas.
2. Vidrios bajo emisivos
La propuesta adicional al gas argón son los vidrios de baja emisión. A estos se les adhiere una película de óxidos metálicos que estratégicamente colocados en la ventana de doble vidrio dejan pasar el calor del sol en invierno. Además, evitan que el calor interior de la vivienda se escape por los cerramientos, dando lugar a un ahorro de energía en ventanas significativo.
La película de baja emisividad mejora un 40% la capacidad de aislamiento térmico de las ventanas, al mismo tiempo que mejora el rendimiento de control solar en aproximadamente un 20%.
Está recomendado para zonas frías (norte de España) en las que es necesario aprovechar al máximo el calor generado en el interior, así como el que proviene del sol.
Ante ambos sistemas, nos preguntamos qué sistema es mejor para cada caso. Técnicos expertos del sector garantizan casi la misma capacidad de aislamiento en los dos sistemas, pero cada uno tiene sus particularidades.
Los bajo emisivos reducen la cantidad de luz que entra debido a la película que recubre el vidrio. Sin embargo, el gas argón es un sistema que no se suele emplear mucho en España por su elevado coste. Si es cierto que recomiendan la combinación de ambos sistemas para obtener un rendimiento térmico óptimo.