Casi todos los inviernos podemos ver en el telediario alguna triste noticia causada por los efectos de las estufas de butano en los hogares.
El gas butano es un combustible que tiene un alto poder calorífico y que durante siglos ha sido utilizado por el ser humano para calefactar los hogares.
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En los dos últimos siglos, con el desarrollo de: la electricidad, las instalaciones de gas natural en la ciudad y otros sistemas de calefacción, las típicas bombonas de color naranja han ido desapareciendo de nuestros hogares debido principalmente a la necesidad de su reemplazo al agotarse el combustible.
Sin embargo no es raro verlas en establecimientos públicos y en lugares donde se precisa calefactar de forma muy rápida (típicas farolas de calefacción, estufas, …) y en aquellos donde no queremos realizar una instalación fija.
Cómo ser precavidos con las instalaciones de gas
Este tipo de calefacción en sí no es peligrosa, pero debemos tomar precauciones con el gas butano, ya que un mal uso o un mal mantenimiento pueden producir efectos negativos en la combustión o incluso explosiones accidentales.
Recuerdo una frase de un profesor de carrera que decía que: “a la electricidad no hay que tenerle miedo, sino respeto”, y esta frase es igualmente aplicable al gas butano.
Para ello te vamos a dar algunos consejos para que puedas poner en práctica:
- Haz un buen uso de la bombona. Toda bombona tiene una serie de características y normativas según su diseño, por lo que respeta las normas del fabricante. Un ejemplo de un mal usoes colocar en posición horizontal la bombona cuando su diseño es vertical.
- Mantén la posición de la llave de la bombona de butano abierta o cerrada cuando esté en uso o sin actividad. Igualmente desconéctala cuando preveas largos periodos de inactividad.
- Realiza un mantenimiento preventivo del sistema de combustión. Cuando la llama de la estufa sea de un color rojizo o realice “ruidos” extraños, consulta a un técnico, ya que la combustión no se realiza de forma correcta.
- Revisa la fecha de caducidad de las gomas de la instalación.
- Evita tenerlas al sol en la medida de lo posible y lejos de fuentes de calor.
- Realiza las revisiones oportunas por empresas certificadas (4 años en Euskadi, 5 en el resto de España) y guarda los justificantes de la revisión.
- Si hueles a gas (en si mismo el gas no huele, sino una sustancia sulfurosa que añaden para alertar de presencia de gas), cierra la válvula, abre las ventanas, llama al servicio de emergencia y sal de la vivienda.
Si necesitas un proyecto de calefacción para tu hogar puedes ponerte en contacto con un profesional del sector que te ayude a decidir la mejor solución para tu inmueble.