Partiendo de la premisa de que la mejor energía es la que no se consume, podemos deducir que la mejor energía para consumir es la que proviene de fuentes naturales, y en este caso, a menos de que se acerque un apocalíptico propio de los mejores guionistas de películas de catástrofes, debemos recurrir al Sol. La vida en nuestro planeta es imposible sin ese mágico equilibrio en el que el astro Rey es directamente responsable, así que tampoco es lógico darle la espalda en lo que se refiere a la edificación y urbanística.
Las galerías o terrazas cerradas
En primer lugar, existe un elemento arquitectónico presente en innumerables construcciones, que no es más que un acumulador de calor, si está orientado de manera efectiva: la galería. Dicho elemento arquitectónico funciona como espacio intermedio entre el exterior y el espacio realmente habitable y no suele ser utilizado como espacio habitable permanente porque – como hemos mencionado – es un colector de calor. La galería es un radiador natural que dependiendo de las condiciones climáticas puede también ser “vivido”.
La importancia de las ventanas
En segundo lugar, no siempre se puede disponer de espacio para instalar una galería. Entonces debemos confiar a las ventanas esta labor, y por ello es de especial relevancia prestar atención a aspectos como el doble acristalamiento, al vidrio de radiación baja, a los brise-soleils o paramentos que generan sombra para mitigar la incidencia directa de los rayos de sol que podrían sobrecalentar las estancias, al material de los marcos de las ventanas, también “radiadores” en potencia si no se controla su diseño o previsión de las especificaciones en el proyecto, al tamaño de las ventanas y, por supuesto, a la arquitectura circundante, que funciona como paramentos obstaculizantes del mismo Sol y pueden beneficiar o dificultar la radiación en diferentes horas del día.
Otras soluciones de la arquitectura para la calefacción pasiva
En tercer lugar, de los dos postulados anteriores podemos ya deducir que ni posicionarse en extremos (casa de vidrio o casa cueva) suele ser lo más idóneo si se trata de perseguir el total entendimiento entre el binomio eficiencia energética y confort físico y psicológico. La Casa Farnsworth de Mies Van der Rohe es un icono de la arquitectura moderna, pero inhabitable según sus propietarios.
Y las casa-cueva podrán tener una temperatura interior casi constante en invierno y verano, pero salvo diseños muy sofisticados, suelen ser muy ensimismadas y disponer de poca luz natural. Por tanto, es en el equilibrio entre sólido y hueco donde hallaremos la vía principal de llegada a la calefacción pasiva. La sofisticación del separador del ambiente exterior e interior no se limita ya a ser sólido o transparente, sino que es un sistema complejo de múltiples elementos.
El Muro Trombe es tal vez el más significativo y el primer ejemplo de “pared inteligente”, pero si seguimos adelante en el tiempo, nos tropezamos con la fachada ventilada, la fachada ajardinada e incluso la utilización de paramentos de agua para aumentar la inercia térmica de cubiertas sin necesidad de acudir a materiales sintéticos. Pensemos en lo fresco que se está en una fortificación, iglesia o monasterio en verano, y lo caliente que se encuentra uno en una oficina perteneciente a un edificio con muro cortina, en un día soleado y sin calefacción de apoyo; y combinemos ambas experiencias.
En último lugar, los edificios se deberían siempre proyectar sin tener en cuenta las instalaciones para nada. Y para ello debemos empaparnos de las condiciones climáticas del entorno durante los doce meses del año (y no los meses que nos convengan para justificar diseños), ir más allá del aburrido muro de 30 centímetros de grosor que se reproduce hasta la saciedad como un mantra en billones de proyectos sin saber muy bien porqué y, sobre todo, no pensar en el espacio habitable como algo que acaba en la fachada. El espacio habitable empieza fuera del edificio.
Si te interesan estos temas puedes leer otros post sobre: sustitución de la energía convencional por la biomasa en instalaciones, calefacción por suelo radiante, etc. Y si quieres utilizar una de esas soluciones en tu vivienda contacta con los profesionales de Certicalia para que te ayuden con la realización del proyecto.