Las humedades de condensación consisten en la aparición de agua en estado líquido en alguno de los cerramientos de la vivienda. Estas humedades se deben al exceso de vapor de agua en el aire el cual, al contacto con un cerramiento frío, condesa produciendo el agua líquida. Es un cambio físico y natural del agua.
El mejor ejemplo para entender las humedades de condensación es pensar en el espejo del baño después de una ducha de agua caliente. La humedad contenida en el aire se transforma en gotas de agua en el espejo por ser este una superficie fría.
Causas y problemas ocasionados
Las condensaciones producidas en los cerramientos dependen de muchos factores: la temperatura ambiente de la vivienda, la temperatura de los cerramientos, la existencia de aislamiento térmico, la renovación del aire mediante la ventilación, etc.
Las humedades no sólo provocan un daño estético sino que afectan seriamente a la salud de los ocupantes y a las condiciones de salubridad de la vivienda.
Pueden ser de carácter superficial o intersticial dependiendo el lugar de la envolvente donde se produzcan (en el interior o en la superficie), dando lugar a diferentes patologías. Si sufres de humedades en tu vivienda puedes solicitar un informe pericial de humedades a un profesional para poder saber exactamente el motivo de las humedades y posibles soluciones.
Sintomatología y manifestaciones de las humedades por condensación
Estas humedades se manifiestan normalmente en forma de vaho en los cristales, manchas negras en suelos y techos, hongos, etc. Comienzan con la aparición de pequeños puntos negros en los encuentros entre las paredes y los forjados. Estos se van ampliando de forma progresiva dando lugar a la aparición de hongos y manchas importantes.
- Hongos en paredes y techos
- Condensaciones en las ventanas
- Moho en ropa y armarios
- Olor a humedad
- Charcos
- Muebles mojados
- Etc.
Cuáles son las causas de estas humedades
Las humedades por condensación pueden aparecer por diversas causas. Entre ellas las más comunes son la falta de ventilación, la ausencia de aislamiento térmico en la envolvente del edificio, falta de calefacción, o excesiva producción de vapor de agua. Muchas veces estas causas pueden darse de forma simultánea.
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Falta de ventilación:
En la actualidad las viviendas cuentan con muchos materiales impermeables como las pinturas plásticas. Estos impiden la ventilación pasiva a través de los cerramientos. Si a esto le unimos una falta de ventilación periódica para la renovación del aire interior mediante la apertura diaria de las ventanas, obtenemos uno de los principales causantes de estas humedades.
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Ausencia de aislamiento térmico:
La falta de aislamiento térmico en las envolventes del edificio y en las carpinterías, puede provocar puntos fríos que favorezcan la aparición de las humedades. Normalmente los puentes térmicos son los lugares más propensos para su aparición. Estos se corresponden con encuentros entre forjado y fachada, estructura del edificio, esquinas, cubierta, terreno, etc.
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Calefacción:
El uso descontrolado de la calefacción puede ser un factor importante para la aparición de humedades. El aire caliente admite mayor humedad siendo transmitida luego hacia los paramentos. Los cambios bruscos de temperatura o la variación brusca de temperatura entre el aire interior y los paramentos pueden provocar humedades.
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Excesiva producción de vapor de agua:
La generación de vapor de agua es un proceso natural del ser humano, que se produce en la respiración y en la transpiración. Pero también se genera vapor con otras actividades cotidianas como las duchas de agua caliente, la cocina, el secado de la ropa en el interior, etc. Un exceso de producción de vapor de agua incrementa las opciones de aparición de humedades.
Cómo evitar las humedades
La primera medida y la más sencilla, es llevar acabo ventilaciones diarias de 10 minutos de duración. Si la humedad es muy importante se realizarán dos veces al día. Una ventilación cruzada favorecerá una renovación del aire más rápida. Junto a esta medida se recomienda controlar la generación de vapor de agua evitando secar la ropa en el interior de la vivienda, ventilando los baños después de las duchas de agua caliente, o utilizando el extractor de la cocina para evitar la humedad generada.
La segunda medida por grado de dificultad, es el control de la climatización de la vivienda, manteniendo una temperatura adecuada y constante en el interior. Recordamos que la temperatura media aconsejada para las viviendas es de 25°C en verano y 21°C en invierno.
Por último procederíamos a la mejora del sistema constructivo de la vivienda. Para ello debemos mejorar las carpinterías existentes utilizando materiales que dispongan de rotura de puente térmico, vidrios con alta resistencia térmica, etc.
Otro punto de mejora sería la incorporación de aislamiento térmico en la fachada, intentando eliminar los puentes térmicos que existan o láminas para vapor que minimicen el riesgo de condensaciones intersticiales o superficiales. La instalación de un sistema de ventilación mecánica mejora significativamente el intercambio y la renovación de aire.
Cómo reparar las humedades
Si las humedades están localizadas en un punto en particular de paredes o techos, se recomienda mejorar el grado de aislamiento de la envolvente (fachadas y carpinterías). Esto se puede realizar a través de la incorporación de aislamiento térmico por el exterior (sistema SATE), en el interior de la cámara de la fachada, o en el interior de la vivienda.
Si las humedades se localizan en los marcos de ventanas, se recomienda la sustitución por carpinterías con rotura de puente térmico y doble vidrio.
El tratamiento de las humedades existentes se realiza con el pintado de la zona. Se recomienda utilizar pinturas transpirables que permitan el intercambio pasivo del aire interior de la vivienda.
Por último, existen aparatos llamados deshumidificadores que eliminan la humedad existente en el aire. Esta no es la solución ideal ya que tan sólo se minimiza el problema y las consecuencias sin atajarlo de raíz.