El certificado de eficiencia energética es un trámite obligatorio para vender o alquilar un inmueble. Pero… ¿cuál es su fin?
Este documento es un derecho del consumidor que va a adquirir ese inmueble, ya que le proporciona información acerca de su eficiencia, sus emisiones de CO2 a la atmósfera y el gasto medio anual.
Este gasto varía significativamente según la eficiencia del inmueble.
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¿Para qué sirve el CEE y qué ventajas tiene?
Un certificado energético, es mucho más que un simple trámite obligatorio para una acción comercial con un inmueble, tiene otras muchos usos y ventajas.
1. Se ofrecen una serie de mejoras dentro del inmueble para aumentar su eficiencia tales como:
- Sustitución de ventanas
- Sustitución de las calderas en funcionamiento por otras con energías renovables como la biomasa o calderas más eficientes
- Añadir aislamiento térmico en el interior de la vivienda o en la fachada del edificio completo.
Si se llevan a cabo alguna de estas medidas, se puede mejorar la eficiencia del inmueble. De este modo, disminuyen sus consumos y gastos.
2. Posibilidad de ahorrar dinero.
Gracias al CEE podemos conocer los consumos y gasto medio por año del inmueble. Además, este informe nos permite saber el ahorro que proporciona aplicar las medidas de mejora indicadas por el profesional. De este modo, si se aplican estas medidas de mejora, podemos conseguir los ahorros indicados en el informe y bajar el gasto de las facturas de los consumos energéticos.
3. Competitividad en el mercado inmobiliario.
Los inmuebless que tienen el certificado energético y que además son eficientes, ofrecen una imagen “ecofriendly”. Así, si se pretende realizar una comparativa con otros inmuebles sin certificado energético o sin que se hayan aplicado las medidas de mejora, los primeros tendrán ventaja competitiva, por ejemplo, frente a una situación de venta o alquiler.
4. Subvenciones y bonificaciones.
Contar con el CEE en ocasiones es crucial para solicitar ciertas subvenciones para el inmueble, como la de rehabilitación energética. Estas subvenciones piden como documentación obligatoria, la presentación del certificado energético en el momento previo a la rehabilitación y otro tras la rehabilitación. Además, indican como obligatorio la mejora de una letra en la calificación energética tras su rehabilitación.
También, se está planteando que, según la calificación energética del inmueble, se pudiera obtener una bonificación en el recibo anual del IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles). Así, las viviendas con calificación energética comprendida entre la A y la E podrían acogerse a esta bonificación.
En definitiva, el realizar un certificado de eficiencia energética no es solo algo que debe hacerse de forma obligatoria, sino que cuenta con numerosos usos y ventajas tanto para el inmueble como para el propietario.
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