¿Alquilar es tirar el dinero? En un país mayoritariamente proclive a la vivienda en propiedad, esta cuestión siempre ha estado ahí. Pero, ¿qué hay de cierto en ella? Todo depende de la óptica desde la que se analice el asunto y del perfil y las motivaciones que tenga una persona para resolver el clásico «compro o alquilo». Si no te acabas de posicionar, te contamos las ventajas y desventajas del alquiler de inmuebles frente a comprar o vender casa, solución habitacional que representa todavía a 8 de cada 10 españoles. Sin embargo, las tornas poco a poco van cambiando, y quienes apuestan por el arrendamiento son cada vez más.
Vivir en un piso de alquiler gana adeptos
Sea mejor comprar o alquilar una vivienda, lo cierto es que los españoles que se inclinan hacia la vivienda en alquiler son cada vez más, especialmente entre los jóvenes.
Esta tendencia se desprende de un estudio realizado por Fotocasa, que desveló que el 30% de los españoles ven en el alquiler su opción prioritaria. Del otro lado, sin embargo, el 37% continúa defendiendo la compra como la mejor alternativa.
Ventajas y desventajas de vivir de alquiler
Al margen de las ventajas y desventajas tradicionales del alquiler frente a la compra, hoy hay un aspecto que hace que el arrendamiento pierda enteros, en especial si es a largo plazo: la renta mensual. Esta está registrando un importante repunte que, de hecho, dejó en el primer trimestre un registro de récord, con una subida media de los alquileres del 5’9%.
Esta circunstancia, en unión con:
- El reajuste de precios que se ha producido en el mercado de la vivienda.
- El incremento de su valor y a unos tipos de interés muy bajos que aminoran el esfuerzo que supone enfrentar una adquisición.
Sirve para aumentar el atractivo de la compra sobre el del alquiler.
Aunque esta opción tiene entre sus ventajas menores cargas mensuales y adicionales, lo cierto es que en estos momentos el porcentaje de la renta que los hogares destinan al pago del alquiler supera el de las hipotecas.
Así, el Instituto Nacional de Estadística apunta a que, en el primer caso, más del 28% de los ingresos van a parar al alquiler, por el 24’3% en el caso de los préstamos hipotecarios. Algunos estudios amplían esta diferencia y elevan a un tercio de la renta lo que se destina habitualmente a la mensualidad de la vivienda en alquiler.
Incentivos públicos, ¿vivir de alquiler desgrava en Hacienda?
Sin embargo, como se apuntaba, algunas de las clásicas ventajas de optar por el alquiler siguen ahí.
- Así, la inversión inicial (y los recursos económicos que deben estar disponibles) es, sin duda, muy inferior a la requerida para conseguir una vivienda en propiedad.
- Además, optar por la propiedad acarrea más cargas, como el pago de la comunidad de propietarios, de posibles derramas, seguros del hogar, tributos como el Impuesto de Bienes Inmuebles, etc.
Todavía dentro de lo económico, un pro del arrendamiento frente a la compra es que vivir de alquiler desgrava en Hacienda, siempre que se cumplan una serie de requisitos. Frente a este incentivo al mercado del arrendamiento, el de la vivienda en propiedad ha ido perdiendo impulso desde el sector público en los últimos años.
Tener que lidiar con el casero, que puede ser algo que vaya como la seda o todo lo contrario, o estar de manos atadas para impulsar reformas y dar forma al hogar que uno quisiera tener son algunos de los aspectos que pueden resultar menos atractivos del alquiler, que ofrece a cambio una falta de ataduras que muchos valoran muy por encima de otros aspectos.
Y es que este asunto, el de la flexibilidad que ofrece un alquiler, es una de las principales fortalezas de esta opción habitacional que, además, se ajusta así a un mercado de trabajo en el que la movilidad laboral está a la orden del día.
¿Por qué comprar si alquilar es tan bueno?
Frente a esa cualidad del alquiler, la vivienda en propiedad ofrece seguridad, entre otras cuestiones. La posibilidad de que se revalorice es otro aspecto clave que juega hoy a favor de la compra. Es más, actualmente distintos estudios apuntan a que comprar aporta más valor que alquilar, en general y cuando esta opción se plantea para toda una vida.
La evolución registrada por el mercado inmobiliario está detrás de esa afirmación, en un momento en el que, como se apuntaba, los indicadores del sector apuntan a la idoneidad de comprar, desde una perspectiva económica.
A la consideración de la vivienda como un bien clave según el ciclo vital -no hay más que pensar en la jubilación, por ejemplo- se debe sumar su faceta como inversión. Frente al «pago para no tener nada tangible el día de mañana», que se achaca al alquiler, en el caso de la compra, se paga para tener la vivienda e, incluso, para obtener rentabilidad al comprar una vivienda para alquilarla.
Precisamente, la compra de vivienda como inversión se está situando entre las opciones que ofrecen mejores resultados ya que, destinada al alquiler, tiene una rentabilidad media del 9’5%, variación de precios incluida, según el Banco de España. Esta puerta, claro está, la tiene cerrada quien descarta la tenencia de una vivienda en propiedad, aunque hay formas de reducir el riesgo y comprar una vivienda de forma segura.
Alquilar o comprar, más allá del impacto económico
Pese a todos los pros y contras que puedan enumerarse, al final en la idoneidad de una opción frente a otra acaban mediando una serie de factores de carácter meramente personal. Por ello, las recomendaciones en este ámbito que se planteen en términos absolutos deben leerse con cautela y teniendo en cuenta la situación y los intereses de cada uno.
Así, más allá de asuntos económicos como la renta disponible o el atractivo que puede tener la adquisición de residencial sobre el alquiler, una serie de aspectos personales entrarán en juego para introducir en el mundo de lo relativo la solución que será mejor para cada uno. La edad, el nivel formativo, el estado civil o la situación familiar serán aspectos determinantes que entrarán en consideración antes de descartar el alquiler como opción más favorable.
No obstante, desde el sector existe cierto consenso al considerar el alquiler como alternativa a corto y a medio plazo que, si se extiende a toda la vida e incluso durante varios años, puede perder atractivo frente a la compra.