Como diseñador de un edificio, es importante ser consciente de las consecuencias energéticas de nuestras decisiones, tanto al pensar en sus formas como en los materiales elegidos.
Javier realiza certificados energéticos en Barcelona. Es arquitecto técnico y en este post nos habla de lo fundamental que es diseñar un edificio de manera eficiente desde la fase de proyecto.
Es importante particularmente porque se estima que en Europa, 40% del consumo y de la contribución a la contaminación viene del consumo energético de edificios. Para poner este dato en perspectiva, es importante darse cuenta que si todas las personas del mundo consumieran como un ciudadano medio de Europa, se necesitaría triplicar los recursos del planeta. Cuando vemos que la contribución al consumo energético por parte de los edificios es tan importante, es fundamental tomar acciones viables y plausibles para reducir la demanda energética en los próximos años.
Utilizar materiales de producción o reciclado local o reducir el consumo de agua son acciones primordiales en el diseño bioclimático de cualquier construcción. También es importante fijarse en cómo integrar un edificio con el transporte público para facilitar la movilidad de sus habitantes. O incluso ver cómo integrar un edificio con el estilo de vida y ligarlo al consumo de bienes y servicios locales y al reciclaje dentro del mismo. En el proceso de diseño, varias decisiones simples al principio del mismo pueden ayudar a ahorrar energía más tarde. Un ejemplo es el diseño solar pasivo como ejemplo de ahorro energético. Los elementos claves de dichos diseños son:
- Planificación y elección del emplazamiento
- Forma del edificio (los edificios compactos retienen el calor, ya que tiende a ascender verticalmente)
- Espacios de luz solar y orientación (se aconseja que 30% del mismo esté orientado al sur y utilizar el calor natural con conducciones internas al resto de espacios)
- Aislamiento
- Diseño de ventanas
- Inercia térmica (materiales como la piedra absorben y liberan el calor más lentamente y son idóneos para ocupación regular, y materiales metálicos suelen calentarse o enfriarse rápidamente y se aconsejan para espacios de uso intermitente)
A través de estas técnicas, la contribución del calentamiento de un hogar a través del sol puede subir hasta 30% del total. Esto implicaría reducciones de consumo energético sustanciales. Y nos llevaría a diseños ecológicos que no sólo aportan ahorro si no también contribuyen a la sostenibilidad energética del planeta.