La eficiencia energética de un inmueble se mide en una escala que va de la A, etiqueta para los edificios más eficientes, a la G, que etiqueta a los edificios con menos eficiencia energética de nuestro país.
Un alto porcentaje de los inmuebles en España obtienen una certificación energética G, la peor calificación energética de la escala de la etiqueta energética. ¿Qué problemas provoca esta calificación y qué consecuencias tiene?
Por qué se obtiene una mala calificación energética y sus consecuencias en la factura de gas y luz
Según el informe de estado de la certificación energética de los edificios publicado por el IDEA (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), más de 743.000 de los edificios ya existentes registran una calificación energética en emisiones G. Un dato que contrasta con los 1.300 edificios acabados de nueva construcción que obtienen esta certificación.
Según este mismo informe, la comunidad autónoma con más calificaciones energéticas en emisiones G registradas de edificios ya existentes es Cataluña (191.867). En el caso de los edificios de nueva construcción, sobresale Canarias con 840 edificios que obtienen esta mala calificación energética.
Qué ocurre si mi casa obtiene una certificación energética G
Si al realizar el certificado energético de su inmueble obtiene la peor calificación energética, la G, no tiene la obligación de realizar ningún tipo de reforma o mejora. Pero la normativa le obliga a mostrar la calificación energética de su inmueble, en este caso la G, en todos los anuncios y ofertas que haga para vender su inmueble.
No hay una calificación energética mínima estipulada por la normativa. Obtengan la calificación energética que obtengan los inmuebles, la obligación es la de mostrar el resultado del certificado energético en los anuncios de venta o alquiler.
Las viviendas y locales con certificación energética G son los que más dinero gastan en energía
El gasto medio anual de un inmueble con calificación energética G es de 2.087 euros en calefacción, agua caliente y aire acondicionado. Para un inquilino o comprador que esté buscando piso, es un dato a tener muy en cuenta. La media de los inmuebles españoles gasta 1.010 euros anuales en energía.
Los inmuebles que en el certificado energético han obtenido una G, gastan el doble. Es por eso que las viviendas y locales que obtienen una calificación energética G son los menos deseables en términos de gasto, ya que las facturas en calefacción y agua caliente serán el doble que la media.
Cómo mejorar una calificación energética G
El certificado energético incluye una serie de mejoras para aumentar la calificación energética de la vivienda. Son consejos que, de llevarse a cabo, pueden reducir considerablemente el gasto energético del inmueble. Las medidas que más se recomiendan para mejorar una certificación energética G son:
- Cambio de ventanas. La calidad de vidrios y carpinterías ha mejorado muchísimo en los últimos años. Sustituir unas ventanas con vidrio simple por otras con doble capa de vidrio y rotura de puente térmico es una medida muy efectiva para mejorar la eficiencia energética de un inmueble.
- Cambios de instalaciones de agua caliente. Hay viviendas que conservan calderas muy antiguas y son muy poco eficientes. Es decir, consumen mucha energía para calentar unos litros de agua. En cambio, los sistemas más recientes, como la calderas de condensación, son mucho más eficientes y consumen menos energía para calentar el agua que la vivienda necesita.
La etiqueta energética
Desde el 1 de marzo de 2021 es obligatorio que los electrodomésticos incorporen la nueva etiqueta energética. En los pasados meses las personas que hayan comprado un televisor, una lavadora, una secadora o un frigorífico ya han podido ver en el embalaje la nueva etiqueta.
Eficiencia energética A,B,C,D,E,F,G
La Unión Europea con este cambio de etiquetado pretende que la información sea más clara y más comprensible para el consumidor. Previamente hubo un estudio que determinó que con las etiquetas A +, A ++ y A +++ había menos motivación a comprar electrodomésticos más eficientes que con la escala de A a G.
Estas nuevas etiquetas serán revisadas cuando el 30% de los productos en el mercado comunitario reciban la máxima clasificación (A) o cuando el 50 % esté en las franjas A y B, para asegurar su utilidad.
En los electrodomésticos:
- Se reescalaron las letras, los electrodomésticos más eficientes que antes pertenecían a la clase A+++, quedarán asignados a la clase B. Así, siempre hay margen de mejora hasta la clase A, la más eficiente, quedará inicialmente desierta.
- En algunos electrodomésticos, las actuales etiquetas energéticas informan del consumo eléctrico, y también aportan datos sobre el agua utilizada por ciclo de lavado, la capacidad de almacenamiento o el ruido…
- Las nuevas etiquetas incluyen un código QR para escanear y poder obtener información adicional sobre el producto.