La reforma de una vivienda puede ser tan sencilla o compleja como se quiera.
Índice de contenidos
Reformas sencillas
Se puede conseguir un cambio impactante con elementos sencillos, como por ejemplo jugar con el color de las paredes, con lo que el único gasto sería unos botes de pintura. Otra reforma sencilla es un cambio de mobiliario. Una buena distribución del espacio de una estancia eligiendo un mobiliario adecuado puede cambiar completamente el concepto de esa estancia. Es recomendable contar con los consejos de un profesional.
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Obras menores
Si lo que buscas es una reforma más compleja en la que pretendas hacer obras, es recomendable contar con la opinión de un profesional que haga un proyecto de reforma.
Si la obra es de escasa entidad y sencillez, y poco coste económico, habría que solicitar una licencia de obra menor, por ejemplo, si queremos cambiar alicatados, suelos, cambiar puertas o ventanas, o incluso tirar un tabique, siempre y cuando no sea estructural.
Obras mayores
Si lo que pretendes es tirar la casa por dentro para volver a plantearla, tenemos que solicitar una licencia de obra mayor que necesita un proyecto de ejecución que tiene que redactar un arquitecto.
Si vas a reformar un piso, es muy importante no tocar ningún elemento estructural o instalaciones del edificio. Tampoco conviene tocar la fachada. Para realizar una modificación de fachada habría que solicitar permiso a la comunidad y sería imprescindible un proyecto de ejecución.
Ayúdate con unos planos
A la hora de planear cualquier reforma, ya sea un piso o una vivienda unifamiliar, ayuda mucho contar con unos planos de la vivienda. Las viviendas de reciente construcción cuentan con planos que se proporcionan con la compra, pero las viviendas que se compran de segunda mano y que son más antiguas, no cuentan con ellos. Un técnico puede realizarlos, es fundamental que un plano muestre la superficie útil de cada estancia y estén acotados.
Aprovecha para mejorar la eficiencia energética
Otra cosa importante, si reformamos nuestra vivienda, es tener en cuenta el comportamiento energético de los nuevos materiales que vayamos a utilizar. Una reforma es una excelente oportunidad para mejorar la eficiencia energética de la vivienda. Sustituir las ventanas por otras con mejor comportamiento energético o trasdosar las fachadas con materiales aislantes son buenos ejemplos de cómo podemos mejorar la calidad energética de nuestra vivienda.
Recuerda que si una vivienda que vas a vender o alquilar necesita una gran reforma, es mejor realizar el certificado energético tras la realización de las obras, ya que si cambiamos instalaciones y cerramientos es probable que la calificación sea diferente. Cualquier duda consulta con nuestro equipo de expertos de Certicalia.