Una vivienda con una calificación energética D consume aproximadamente la mitad de energía que las viviendas tipo E, F y G, lo que tiene un fuerte impacto en las facturas de consumo energético. Pero llegar a una calificación energética D puede parecer complicado. Para calificaciones F o E no es necesario hacer grandes cambios (puede bastar con sustituir ventanas por otras con cristal doble o instalar dispositivos de protección solar como toldos). Pero lo cierto es que el nivel D puede implicar reformas que afectan tanto a nivel de aislamiento de la vivienda como a sus instalaciones térmicas.
Hoy vemos qué cambios hay que hacer en una vivienda para llegar a este nivel de calificación energética y qué beneficios nos puede traer.
El gran salto de eficiencia
La promoción desde las calificaciones E, F, G hasta la calificación D es la más difícil de conseguir cuantitativamente en emisiones y consumo energético. Para promocionar una vivienda desde el nivel G hasta los niveles F o E, podría bastar con introducir medidas de mejora básicas como la sustitución de las ventanas por otras con cristal doble más estancas o la instalación de dispositivos de protección solar como lamas y toldos. Pero para promocionar una vivienda desde los niveles E, F o G hasta el nivel D las medidas de reforma necesarias serían más importantes y tendrían que afectar tanto al nivel de aislamiento de la vivienda como a sus instalaciones térmicas.
Esto se debe a que para provocar el salto hasta el nivel D, se debe conseguir un ahorro de energía primaria y una reducción en el nivel de emisiones globales mucho más grande que para pasar a cualquier otro nivel desde el inmediatamente anterior. Y esto exige considerar meticulosamente cambios en el aislamiento de fachadas, cubiertas y suelos, considerar el nivel de aislamiento de los puentes térmicos, el nivel de estanqueidad y la transmitancia de los huecos acristalados… Además de cambios en las instalaciones térmicas, tales como la sustitución de equipos por otros de menor consumo y emisiones o la incorporación, cuando es posible, de fuentes de energía renovable, como la energía solar térmica o la biomasa para producción de agua caliente, calefacción y refrigeración.
Aprobado en eficiencia energética
Si en nuestro anterior post decíamos que la calificación E podía considerarse como el aprobado raspado de la escala de eficiencia energética, sin duda podemos decir que la calificación D se trata de un aprobado merecido. Al igual que hicimos mediante simulación para las calificaciones E y F, podemos decir de la calificación D que:
- La calificación D presenta un consumo aproximadamente igual a la mitad del consumo de las calificaciones E, F y G.
- La vivienda tipo D consume entorno a un 50% más que la tipo C.
- La vivienda tipo D Consume aproximadamente el doble que la tipo B.
- La vivienda tipo D consume entre 3 y 5 veces más que la tipo A.
Todas las viviendas de España calificadas como E, F, o G, (el 84 % obtiene esta calificación), pueden alcanzar la calificación D mediante una reforma integral que contemple tanto la envolvente como las instalaciones. De hecho, en teoría, todas las viviendas existentes tendrían que poder alcanzar el nivel A, según los procedimientos que establecen la escala de eficiencia energética.
Pero lo cierto es que solo un 12% de las viviendas existentes certificadas en España, han obtenido la calificación D, lo que nos indica que aún queda mucho trabajo por hacer para salir del vagón de cola de la eficiencia energética en Europa.
Pásate a la D
En la situación actual, debemos ser optimistas y pensar que la promoción del nivel de eficiencia energética de nuestro edificio o vivienda hasta el nivel D puede reportarnos ventajas importantes.
En primer lugar, están las subvenciones establecidas en el Real Decreto 233/2013 que regula el Plan Estatal de fomento del alquiler de viviendas, la rehabilitación edificatoria y la regeneración y renovación urbanas, 2013-2016. Teniendo en cuenta que es posible pasar de las calificaciones E, F o G a la D mediante medidas de mejora que a día de hoy pueden considerarse habituales, podremos obtener subvenciones de hasta el 35% del presupuesto de la reforma, pudiendo llegar al 50% si se aprovecha para mejorar también la accesibilidad.
Por otro lado, y sin necesidad de plantearse una reforma, los inmuebles que obtengan la calificación D, podrán beneficiarse de un descuento de hasta el 8% en el impuesto de bienes inmuebles (IBI) gracias a la reforma del impuesto que presumiblemente entrará en vigor a comienzos de 2016 y que permitirá a las corporaciones locales aplicar estas bonificaciones a los inmuebles en función de su calificación energética.
Además, como dijimos antes, una vivienda con calificación energética D, consume aproximadamente la mitad de energía que las viviendas tipo E, F y G, lo que sin duda tiene una repercusión directa en las facturas de consumo energético en concepto de electricidad, gas o gasóleo de los hogares españoles.
Desde Certicalia te recomendamos realizar la rehabilitación energética, no sólo por la obtención de una mejor calificación energética, sino por todo lo que conlleva y que comenta Michael. Un mayor confort en la vivienda, ahorro energético y económico, menor contaminación, y ayudas económicas tanto para la rehabilitación como posteriores.