¿Necesito licencia turística para alquilar mi casa en Airbnb?

Cada vez hay más gente que, al aproximarse las vacaciones, ven la posibilidad de alquilar su vivienda. También se alquilan habitaciones a lo largo de la temporada para sacarse un ingreso extra. Iniciativas para el alojamiento entre particulares como Airbnb o Homeaway han crecido mucho. Una opción a barajar ya es el alquiler vacacional a través de estas plataformas. Pero, ¿es legal Airbnb en España? ¿Necesito licencia turística en Airbnb?

El asunto se encuentra sumido en una maraña de normativa que cambia en las distintas comunidades e, incluso, de ciudad a ciudad.

Licencia turística en Airbnb para alquilar mi casa

Lo mismo que Uber ha revolucionado el concepto de transporte, Airbnb lo ha hecho con el del alquiler. Tanto es así que en 2016 esta opción de turismo colaborativo registró un incremento superior al 80%, con 5’4 millones de viajeros que encontraron dónde alojarse en España a través de esta plataforma.

Cuando alguien piensa en poner su casa en alquiler para periodos vacacionales, seguro que piensa en Airbnb.  Según los datos del año pasado, reportó a los anunciantes ingresos de 3.300 euros de media por 36 noches de alquiler anuales.

Quien quiera obtener beneficios similares, lo tiene fácil para darse de alta como anfitrión en la web de Airbnb. Ofrece incluso un simulador de cuánto podrías ganar por alojamiento completo o por habitación privada o compartida. Darse de alta es sencillo, hacerlo legalmente es otra cosa. Con el crecimiento fulgurante de la plataforma, la polémica no se ha hecho esperar a golpe de protestas del sector hotelero tradicional. También han protestado las administraciones locales, como el Ayuntamiento de Barcelona.

Si no estás ya registrado y tu vivienda cuenta con la perceptiva licencia turística en Airbnb, en Barcelona no te va a ser posible sacarte. La capital catalana está actuando vía expedientes sancionadores frente a Airbnb. Esto se debe a que anuncia pisos turísticos no inscritos en el Registro de Turismo de Cataluña, tal y como obliga la Ley 12/2002 de Turismo de Cataluña.

Esta inscripción se realiza de oficio una vez que el ayuntamiento de la ciudad en la que está la vivienda da luz verde a la actividad; algo que en Barcelona no es posible puesto que la concesión de licencias está congelada. Además, la ciudad condal ha dado luz verde a un plan de choque que podría sancionar en 30.000 euros a particulares que incumplan la normativa, como no obtener tu licencia turística en Airbnb, y en hasta 600.000 euros a intermediadores.

Esta situación se repita en otros lugares como Palma de Mallorca, donde se prohibirá el alquiler turístico y se podrían plantear multas de hasta 40.000 euros a propietarios. Ante esta situación, el centro de ayuda de Airbnb señala que, antes de que te apuntes como anfitrión, “es importante que entiendas cómo funciona la legislación aplicable en tu ciudad”.

Por ello, y por las responsabilidades que se pueden derivar para la plataforma, ésta indica en su artículo ‘¿Qué cuestiones legales y normativas debería tener en cuenta antes de convertirme en anfitrión de Airbnb?’ que, cuando una persona inscribe su casa para alquilar y acepta las condiciones del servicio, queda comprometida a cumplir con la legislación local.

Maraña legal para alquilar tu vivienda a través de Airbnb

Desde que en 2013 se transfirieron a las comunidades autónomas las competencias para regular los alojamientos turísticos en viviendas, lo de cumplir la legislación no es tan sencillo como podría parecer puesto que ahora existen múltiples regulaciones en las que se están introduciendo cambios y que varían casi de ciudad a ciudad.

Así, por ejemplo, mientras en Barcelona no es posible obtener licencia turística en Airbnb para alquilar por estancias breves, en algunos lugares solo es necesaria una declaración responsable del propietario, como sucede en Asturias, Navarra, Valencia o Andalucía.

En estas comunidades es también obligatorio que las viviendas estén inscritas en los registros de actividad turística y que cualquier publicidad incluya el número de registro. Además de en las zonas mencionadas, esta obligatoriedad se repite en Cataluña, Aragón o Madrid, comunidad en la que no puede contratarse una vivienda por un periodo inferior a cinco días. Por su parte, en Canarias hoy día es imposible alquilar en áreas turísticas, de forma legal, mediante esta plataforma.

Con tanta disparidad, acudir a los servicios de información del departamento de Turismo puede ser adecuado antes de anunciar tu vivienda en Airbnb. La plataforma ofrece también más información en ‘Ser un anfitrión responsable en España’.

Tasas turísticas y declaración de ingresos al alquilar tu casa en Airbnb 

Otro de los aspectos a tener en cuenta además de la licencia turística en Airbnb, son los impuestos derivados de este tipo de arrendamiento. Airbnb informa a sus usuarios sobre la obligatoriedad de hacer frente a los impuestos de la actividad de arrendamiento de una habitación o piso.

Declaración de la renta

Los beneficios que obtengas por el alquiler a través de Airbnb tendrás que incluirlos en tu declaración de la renta con independencia de los ingresos que hayas obtenido. Tanto si eres propietario como si eres inquilino y subarriendas una habitación. A través de la web de Airbnb puedes obtener información  sobre tus ingresos antes de presentar la declaración de IRPF.

Airbnb aplica el IVA al cliente en el momento del pago a través de su plataforma. La cuantía de este tributo se descontará del precio total del servicio prestado.

Tasas turísticas

Además de la obligación de declarar ingresos y del pago del IVA, en determinadas zonas se sumará otro impuesto: las tasas turísticas. Cataluña, por ejemplo, es uno de los lugares donde el anfitrión tendrá que hacer frente a un impuesto turístico igual que otros establecimientos del sector. Madrid se plantea actualmente aplicar esta tasa turística, así como la limitación de alquileres en el centro de la ciudad.

La irrupción de fórmulas como Airbnb o Uber y el crecimiento que están registrando derivan de que éste sea un momento de transición marcado por una normativa cambiante y por la acción judicial. Mientras esto ocurre en España, la Comisión Europea considera que la economía colaborativa se va a extender. Sucederá con o sin el apoyo de las autoridades, por lo que recomienda que se favorezca el desarrollo de estos negocios. Así  no se quedarán en la economía sumergida y el consumidor estará protegido.