Aunque en España no estemos aún habituados con la calificación energética de viviendas, locales u otro tipo de inmuebles en otros países europeos, como Francia o Italia, tener conocimiento del nivel de eficiencia energética de los edificios es común desde que hace un par de años. Dentro de poco esta medida llegará a España y, a través de ella, podremos comparar la eficiencia energética de varios pisos, por ejemplo, a la hora de comprar o alquilar uno. La imagen de la derecha, en la cual podemos ver cómo se incorpora el nivel de calificación energética en los anuncios de cada pisos pasará a ser habitual.
A partir del 1 de enero de 2013 cada vivienda (bien inmueble en general) en venta o alquiler tendrá que conocer su eficiencia energética, ya que será de aplicación la Certificación Energética de Edificios Existentes, obligándose a que todos los edificios existentes, cuando sean objeto de contrato de compraventa o de arrendamiento, deben disponer de un certificado de eficiencia energética. La eficiencia energética de un edificio se determinará calculando o midiendo el consumo de energía consumida anualmente para satisfacer la demanda energética del edificio en unas condiciones normales de funcionamiento y ocupación, que incluirá, entre otras cosas, la energía consumida en calefacción, refrigeración, ventilación, producción de agua caliente sanitaria e iluminación, a fin de mantener las condiciones de confort térmico y lumínico y sus necesidades de agua caliente sanitaria y calidad de aire interior.
Con esta resolución se consigue un doble efecto. Por un lado, favorece la promoción de edificios de alta eficiencia energética y las inversiones en ahorro de energía, concienciando a la sociedad de la importancia de tener edificios que reduzcan consumos energéticos y emisiones de CO2 al ambiente. Por el otro, abre una oportunidad para luchar contra el desempleo, dado que la gran mayoría de los inmuebles no poseen actualmente dicho certificado, puesto que sólo era obligatorio, hasta ahora, para los edificios de nueva construcción posteriores a noviembre de 2007.
Cada vivienda tendrá un certificado energético parecido a los que ya incluyen los electrodomésticos para indicar su eficiencia en cuanto al consumo de energía, agua y clasificarlos según una escala que va desde la categoría A (la más eficiente) a la categoría G (la menos eficiente). Al tratarse de una escala que ya nos resulta familiar, en el caso de los edificios es muy fácil saber si uno en concreto es mejor o peor que otro en cuanto a su eficiencia energética, igual que sabemos que una lavadora o nevera etiquetada con una C consumirá más que las que llevan en su etiqueta una letra A.
Fuente texto: www.construction21.eu – Fuente imagen: www.zerolab.com.es
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