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Qué es la recuperación de calor
La recuperación de calor es un sistema por el que se va a ventilar y renovar el aire de forma eficiente una vivienda o un edificio sin derrochar el calor del interior. De esta forma, vamos a conseguir un ahorro energético de entre un 15% hasta un 30%.
¿Porqué es necesario su uso?
En los edificios debemos lograr unos mínimos de ventilación que son obligatorios por el propio Código Técnico de la Edificación en su Reglamento de instalaciones térmicas del los edificios. Estos mínimos de ventilación se establecen para mejorar la calidad del aire interior.
En un momento dado, tras la crisis del petróleo de los años 70 se mejoró tanto la estanqueidad de los edificios que se provocó el Síndrome del Edificio Enfermo. Es decir, la ventilación de los edificios es obligatorio para garantizar la calidad del aire que respiran las personas que habitan.
Con lo cual nos encontramos con unas obligaciones de ventilación que mejoran la calidad del aire interior, pero a la vez nos provoca un “desperdicio” de calor (o frío).
¿Cómo funciona un recuperador de calor?
El recuperador de calor permite recuperar parte de la energía del aire, mediante un sistema de ventilación mecánica. Lo hace mediante un intercambiador, que pone en contacto el aire que se extrae del aire que se introduce.
En invierno el intercambiador aprovecha el calor del aire que se extrae para calentar el aire frío que entra, mientras que en verano enfriaremos el aire que entra.
Tipos de recuperadores
- Recuperador de placas: Suelen ser de aluminio, aluminio pre-pintado o acero inoxidable, tienen bajos costes de instalación y de ejercicio, separación total de los flujos, ausencia de partes móviles, materiales adecuados para las características de los distintos ambientes, alta eficiencia, mínimo mantenimiento y amortiguación de los ruidos.
- Recuperador rotativo: Diseñados para la ventilación controlada de edificios modernos.
- Tubos de calor (heat pipe).
- Doble batería de agua: Se diseñaron para una separación estricta de los flujos de aire, bien para cumplir estándares de higiene o por razones de seguridad.
- Batería en bucle de agua. Recuperación activa por circuito frigorífico.
Normativa: recuperadores de calor
Como hemos comentado, el Reglamento de Instalaciones Térmicas nos va a indicar unos mínimos en los que hemos de instalar el recuperador de calor. En particular, en la actualidad, en la instrucción técnica correspondiente – IT 1.2.4.5.2- nos dice que cuando el caudal del aire expulsado sea superior a 500 l/s hemos de recuperarlo.
El mismo código técnico nos indicará los mínimos de ventilación y la eficiencia de recuperación, en función de las horas anuales de funcionamiento y del caudal del aire exterior. En las tablas correspondientes hallaremos la eficiencia mínima de recuperación.
En las viviendas (unifamiliares y edificios de viviendas) la normativa nos indica los mínimos de ventilación – en el documento CTE, HS (salubridad)- pero no nos indica la obligatoriedad de recuperadores de calor.
Casas pasivas – Passive house
En ellas uno de los pilares es la calidad del aire interior. No se trata de una ventilación conseguida mediante una apertura puntual de puertas o ventanas sino de una ventilación precisa y continuada durante las 24 horas del día. Extraeremos aire de los locales húmedos (cocinas y aseos) e introduciremos aire en los cuartos secos (dormitorios, despachos..)
Esto lo vamos a lograr mediante unos ventiladores que impusan o extraen el airte. Ambos ventiladores de encuentran en el mismo “mueble”. A esto le vamos a sumar un intercambiador de calor que, sin que haya contacto directo entre los dos flujos de aire va a realizar una transferencia de calor o frío. Evidentemente el sistema es muy eficiente.
Conclusiones
Bien por tener que cumplir la normativa, bien porque queremos provocar una mayor eficiencia energética, los recuperadores de calor van a provocar un ahorro y una mayor eficiencia energética.
Irán acompañados normalmente por otro tipo de medidas, como una mejora de los aislamientos de las viviendas, mejora de huecos y mejora de las instalaciones térmicas. Todas ellas en conjunto van a lograr una disminución de la “factura energética”.
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