Las cubiertas tradicionales en Andalucía han sido siempre la de teja árabe y la azotea, que se construía mediante un sistema que se denomina comúnmente como cubierta a la andaluza y que se trata de una cubierta transitable sin ventilación (a diferencia de la catalana) dispuesta sobre un forjado plano más o menos horizontal y compuesta por un relleno que formaba la pendiente y una solería, a veces doble, de ladrillos cerámicos a modo de suelo.
Este tipo tradicional de cubierta era muy pesado y confiaba la impermeabilización necesaria al uso de morteros bastardos con alto contenido en cal y a la mencionada doble solería. Con el tiempo fue variando e incorporando nuevos elementos; la catifa de relleno disminuyó de volumen y se sustituyó por hormigón de baja densidad o arcilla expandida, se dispuso una lámina impermeabilizante y, finalmente, el aislamiento térmico y acústico.
Hoy en día, en la cubierta andaluza se construye colocando sobre el forjado de hormigón una capa de formación de pendiente de hormigón aligerado que se alisa con mortero para disponer la lámina impermeabilizante (asfáltica, de PVC o de cualquier otro tipo), se protege con una lámina antipunzonamiento y una nueva capa de mortero de protección y se coloca una solería final.
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Cubierta andaluza invertida
El aislamiento térmico y acústico puede ir colocado indistintamente por debajo de la impermeabilización, como tradicionalmente se hacía, o por encima, en cuyo caso se denomina “invertida”. Esta disposición hace que la protección de la lámina sea mayor y el aislamiento utilizado suele ser el poliestireno extruido (XPS) que aguanta muy bien la intemperie.
La cubierta invertida se utiliza mucho para cubiertas no transitables en las que la solería es sustituida por una capa de grava que protege la placa aislante o bien ésta es autoprotegida.
Otros tipos de cubierta transitable
Existen otros tipos de cubiertas transitables como, por ejemplo, las cubiertas de solería flotante, en las que el agua de lluvia discurre por debajo de la solería que se levanta del soporte mediante unos pivotes regulables. Existen otras en las que la propia solería incorpora un aislante térmico que mejora las condiciones de los espacios inferiores.
También las hay que están adaptadas a la circulación de vehículos y que disponen de una capa de rodadura especial de aglomerado asfáltico.
Rehabilitación de cubiertas
Dejando aparte los problemas estructurales, característicos de edificios antiguos con estructura de madera, la mayoría de las patologías que afectan a cubiertas tienen relación con la pérdida de la impermeabilidad o con temas relacionados con la mejora del aislamiento térmico.
La impermeabilización de cubiertas deterioradas debe hacerse desarmando la parte superior de la cubierta y sustituyendo la lámina teniendo especial cuidado con los encuentros, aunque se han dado muchos casos de reparaciones mediante elementos superpuestos a las cubiertas, como las ejecutadas con pinturas de caucho o similares, de muy dudosa efectividad y limitada duración.
La mejora del aislamiento térmico de una cubierta plana supone un considerable aumento del nivel de confort, especialmente en aquellas zonas como Andalucía donde la entrada de calor a través de la cubierta es considerable en los meses de verano.
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