Reducción del IBI para las viviendas más eficientes, conocimiento del consumo de nuestros aparatos de climatización, más carriles bicis en las ciudades, o un etiquetado energético común en los diferentes productos que consumimos. Estas son algunas de las ideas mejor valoradas por los españoles para potenciar el ahorro energético.
La Fundación Entorno realizó una interesante encuesta de la que vamos a destacar las principales conclusiones. La encuesta analiza cuatro escenarios de nuestra vida diaría, y propone diferentes soluciones para el ahorro energético. Los encuestados valoraron qué propuestas les motivaban con más fuerza a ahorrar energía en cada unos de esos escenarios.
El certificado de eficiencia energética de edificios existentes es una medida inminente y pronto se convertirá en una información indispensable a la hora de elegir vivienda. Se espera además que esta normativa promueva la concienciación acerca del ahorro energético en los hogares. Además es previsible que con este certificado las viviendas con mejor calificación sean premiadas y se conviertan en las más demandadas por inquilinos y compradores.
Estas fueron las propuestas con mejor acogida entre los encuestados por la Fundación Entorno:
1. ¿Qué animaría a los ciudadanos a mejorar el comportamiento energético en sus hogares?
– Disponer de contadores con los que conocer la cantidad de energía que están consumiendo en cada momento.
– Rebaja en el IBI para los hogares más eficientes.
– Financiación de reformas en base a los ahorros de energía que se consigan dichas reformas.
– Asumir una subida del precio de la energía, siempre y cuando se incentive a aquellos hogares más eficientes.
2. ¿Qué podría animar a los ciudadanos a consumir menos energía a la hora de desplazarse?
– Mayor frecuencia y precio más económico en el transporte público.
– Iniciativas para compartir vehículo promovidas desde cada empresa.
– Más carriles bicis en las ciudades.
– Posibilidad de pagar un peaje por circular en coche por las areas más congestinadas de las ciudades.
3. Y en el trabajo, ¿qué movilizaría a los empleados para cambiar sus hábitos?
– Un bonus para empleados por ahorro energético.
– Destinar los ahorros conseguidos en energía para acciones de obra social.
– Involucrar a empleados a la hora de proponer medidas de ahorro energético.
– Campañas de sensibilización desde la propia empresa.
4. ¿Qué necesitan los consumidores para elegir productos que ahorren energía?
– Existencia de un etiquetado común en los productos que informe sobre el consumo de cada producto en el punto de venta.
– Información sobre el consumo que ha supuesto la fabricación de un producto y el consumo que supondrá deshacerse de él.
– Que los productos cuya fabricación haya sido más eficiente soporten menos impuestos
– Campañas de sensibilización desde las empresas y en los puntos de venta.
Además resumen las siguientes conclusiones:
Si nos preguntaran, todos sabríamos cuánto gasta nuestro coche, pero pocos conocemos cuánta luz y gas estamos gastando en casa. En este sentido, la gran mayoría de los ciudadanos apoyarían la instalación de contadores inteligentes para conocer cuánto consumen y qué aparatos o instalaciones son los responsables.
A la hora de desplazarnos, todos estamos de acuerdo en que lo mejor es que nos lleven. Sin embargo el transporte público,en ocasiones, no es la mejor opción. Los ciudadanos proponen más frecuencia y una reducción de la tarifa en el transporte público. Las mayores dificultades parecen surgir a la hora de ir a trabajar, y muchos estarían dispuestos a compartir coche si su empresa lo promoviera.
En el trabajo, no todo lo solucionan la tecnología. De nosotros depende apagar el ordenador, las luces, cerrar ventanas, etc, pero la inercia es siempre difícil de superar y las campañas informativas tienen poco éxito. Según la mayoría de los encuestados, la concienciación tienen que ir acompañada de algún incentivo como un bonus ligado al ahorro energético.
Nuestras decisiones de compra las basamos en qué me ofrecen y por cuánto. Si existiera un etiquetado común que permitiera saber cuánta energía me ahorro, junto a algún mecanismo fiscal que permitiera bajar el precio de las mejores opciones.
Vía: Fundación Entorno