El suelo. Esa superficie plana que vemos y pisamos cada día desde que nos levantamos hasta que nos acostamos y, sin embargo, nunca nos paramos a pensar en ella. Tradicionalmente, los suelos de las casas españolas, por lo menos en sus zonas vivideras, han sido de madera, ese material noble, cálido y natural que acaricia cada uno de nuestros sentidos. Y, sin embargo, ¿cómo son los suelos de madera de nuestras casas?
Los suelos de madera de nuestras casas reciben varios nombres diferentes. Si sumamos esto a que en otros países reciben otros nombres y los sistemas pueden variar, la confusión se hace aún mayor. Por tanto, vamos a referirnos solo a los sistemas y nomenclatura más habituales en nuestro país. Como regla general, se le puede llamar parquet a cualquier tipo de suelo de madera, pisable, no estructural, que tenga un grosor mínimo suficiente (mayor que 2,5 mm) como para que pueda ser acuchillado.
¿Qué tipos de parquet existen?
Para responder a esta pregunta, vamos a responder primero qué tipos de suelo NO son parquet:
- Suelos laminados o sintéticos.
Este tipo de suelos están compuestos por láminas, generalmente de distintas capas, en las que la superficie superior no es de madera. Esta capa superior suele ser una lámina plástica que imita el dibujo de la madera o de otros materiales. Por tanto, no se puede acuchillar. Aunque alguna de sus capas intermedias esté compuesta por elementos de madera, definitivamente estos materiales no son parquet.
- Tarima flotante.
A este material se le denomina a veces parquet flotante o parquet multicapa. La diferencia con el parquet tradicional es que las piezas que lo componen no van pegadas a la superficie inferior sino simplemente apoyadas y unidas entre sí, generalmente mediante machihembrado. Estas piezas suelen tener forma de tablas alargadas y están compuestas por varias capas de madera, siendo las capas inferiores de maderas baratas y la capa superior de alguna madera noble y de aspecto agradable.
En principio, debería permitir el acuchillado, pero como solo podemos acuchillar la última capa, este será muy limitado. En general solo permiten 1 o 2 acuchillados a lo largo de su vida útil, porque cada acuchillado rebaja unos 2 mm de espesor. Propiamente, solo deberíamos llamar parquet a este material si su capa superior tiene un espesor suficiente (mayor de 4 mm) como para que podamos acuchillarlo varias veces.
- Entarimado.
Este término es confuso, pues hace referencia a sistemas que no se usan en la actualidad, al menos en nuestro país. Se llama entarimado a las tablas de madera que se apoyan sobre rastreles o directamente sobre las viguetas o pontones de la estructura. Estas tablas, llamadas generalmente tarimas, suelen estar hechas de madera maciza, pues han de soportar esfuerzos a flexión y a su vez ser un elemento de acabado.
Tradicionalmente van clavadas a los rastreles o viguetas sobre las que se apoyan. Actualmente, este sistema no se usa más que en rehabilitación porque se tiende a diferenciar los elementos estructurales de los elementos de acabado. Tampoco está muy extendido en nuestro país el uso de la tarima sobre rastreles, entre otras cosas por ser un sistema caro. Los sistemas de entarimado no se pueden denominar parquet, pues suelen ser más bien elementos estructurales.
Teniendo claro qué tipos de suelos no son parquet, podemos acercarnos más al sistema tradicional de parquet que es el parquet encolado. Este está formado por piezas de madera de diferentes formas y tamaños, de entre 1 y 2 cm de espesor y encoladas a la superficie inferior. A veces, pueden ir también machihembradas entre sí.
Tipos de parquet
Por las diferentes formas de las piezas y los dibujos que forman podemos distinguir los siguientes tipos de parquet:
- Parquet mosaico: El concepto parquet mosaico puede hacer referencia a cualquier tipo de parquet que vaya encolado al soporte inferior, pero normalmente lo llamamos así cuando las piezas forman dibujos geométricos formados por la repetición de piezas de pequeño tamaño. Es el sistema clásico de parquet que se propagó en la Francia del siglo XVIII en los grandes palacios como el de Versalles.
- Lamparquet: Este tipo de parquet se caracteriza por el uso de tablillas alargadas de madera maciza de cierto tamaño (mínimo 20 cm de longitud). Habitualmente se colocan a rompejuntas o en espiga. Este sistema estaba muy de moda a mediados del siglo XX, pero ha decaído en los últimos tiempos, siendo sustituido por la tarima flotante, que puede formar dibujos parecidos a un precio más económico.
- Parquet taraceado: Es el clásico parquet colocado en forma de damero. Por eso también se le llama parquet damas. Cada cuadrado de este damero esta formado por varias tablillas que vienen unidas entre sí de fábrica. Incluso, varias de estas piezas cuadradas pueden venir previamente unidas, en su cara inferior, por una malla, para su más rápida colocación en obra. Este tipo de pavimento era muy típico de mediados y finales del siglo XX, cayendo en desuso en los últimos años.
¿Cuál es el mejor parquet?
Como hemos podido ver el parquet encolado no vive sus mejores días. El problema principal es el tipo de colocación, pues una vez colocado hay que lijarlo y barnizarlo, con lo que no es muy recomendable para pequeñas reformas. En este sentido, las alternativas son las siguientes. Te puede ser útil si vas a realizar un proyecto de reforma en tu casa.
- Como alternativa para presupuestos bajos y moderados tenemos, sin duda, la tarima flotante o parquet multicapa, que puede costarnos unos 40 €/m². El principal beneficio es su fácil colocación, pues permite incluso colocarla encima del pavimento existente. También es sencilla su sustitución, pues al ir machihembrada y terminada podremos cambiar una o varias piezas, sin necesidad de tener que volver a acuchillar y barnizar. Es recomendable que la capa superior de esta tarima sea de un grosor suficiente para que la podamos acuchillar varias veces y aumentar su vida útil, pues de lo contrario tendremos que cambiar todo el pavimento cada cierto tiempo.
- Para presupuestos altos lo mejor será la tarima flotante maciza, que puede rondar unos 80 €/m². Este sistema es parecido al anterior pero la durabilidad es mucho mayor. Pueden venir acabados de fábrica, pero además les podremos dar varios acuchillados e infinitos barnizados, por lo que su vida útil puede ser, en la práctica, casi infinita.
- Si somos unos nostálgicos y nos encantan los dibujos y las figuras geométricas en el suelo, sin duda nuestra opción será la de un parquet mosaico. Por un precio intermedio entre la tarima flotante y la tarima maciza, alrededor de unos 60 €/m², tendremos un suelo muy duradero, que permitirá múltiples acuchillados y barnizados y además nos dará una sensación agradable y cálida a la pisada y evitará ruidos molestos al vecino de abajo.
¿Qué tipo de madera elegir?
Todas las maderas presentes en el mercado tienen unas propiedades adecuadas para su uso como pavimento, por lo que su elección será más bien una cuestión de gustos y de precio.
- Madera de roble: Es la más utilizada en pavimentos. Vale tanto para parquet mosaico y tarima maciza como para acabado de tarima flotante.
- Madera de pino: Es una de las maderas más baratas en el mercado. Es válida para su uso como tarima maciza o para las capas no visibles de los parquets multicapa. No se utiliza para parquets mosaico ni para acabados de tarima flotante, por ser una madera muy blanda.
- Madera de haya: Su uso también está muy extendido, aunque ha perdido auge en los últimos tiempos. Se usa para tarima maciza y para acabado de tarima flotante.
- Madera de castaño: Se usa para parquet mosaico, pues es fácil de trabajar.
- Madera de cerezo: Es una madera muy valorada y muy cara. Se usa como acabado de tarima flotante.
- Maderas tropicales (jatoba, elondo, tola, etc.): Son maderas que aguantan bien la humedad. En interiores, esto no es muy importante, y sin embargo, al tener tonos oscuros pueden reducir la luz en el ambiente. Se usan para todo tipo de pavimentos.
Eficiencia energética en el parquet
Como ya sabemos, la madera es un material aislante térmico, por lo que nos ayudará a mantener el calor de nuestra vivienda. En este sentido, cualquier sistema de madera natural nos brindará un buen aislamiento térmico, aunque primarán aquellos que tengan mayor grosor, como es el caso de los parquets. Por el contrario, los sistemas laminados y cerámicos tienen unas propiedades aislantes mucho peores que la madera. Aunque esto no es preocupante si vivimos encima de otra vivienda, si lo puede ser si nuestro suelo está encima de locales no calefactados o de la intemperie.
En cuanto a la eficiencia energética, cada fabricante clamará a los cuatro vientos que su producto es el más eficiente. Lo más importante para nuestro propio ahorro es que el material esté bien colocado, por ejemplo, si es tarima flotante que se coloque sobre una lámina de polietileno para reducir el ruido de impacto, o si se coloca sobre suelo radiante que esté bien aislado.
Por otro lado, para el ahorro de nuestro planeta lo ideal es que elijamos maderas de bosques sostenibles y, si puede ser, que procedan de nuestro entorno cercano. En este sentido, traer maderas del trópico o de China no parece lo más razonable. Pero como en este mundo de la globalización ya no se sabe qué se produce en China o qué se produce en nuestro país, simplemente tendremos que fiarnos de las especificaciones del fabricante.
En definitiva, el parquet es un sistema de pavimentación histórico, que ha tenido un gran auge hasta finales del siglo XX, pero que ha ido decayendo en beneficio de la tarima flotante y de los sistemas sintéticos y cerámicos. Es tanta su importancia histórica, que a estos nuevos sistemas se les intenta denominar, de manera un tanto confusa, como parquet flotante, parquet sintético o parquet cerámico, respectivamente. Lo que no podemos imitar es el tradicional parquet mosaico, con sus hermosas formas geométricas y sus adecuadas propiedades mecánicas, acústicas y térmicas, por lo que este será un sistema que se seguirá utilizando tanto en rehabilitación de viviendas existentes como incluso en diseños nuevos que quieran establecer un toque de distinción y personalidad.