Gestión energética

¿Cómo conseguir una gestión energética?

Tendrás que ponerte en contacto con una gestoría energética, donde pondrán a tu disposición un técnico cualificado profesionalmente para el desarrollo de esta gestión. Es indispensable que sea experto en materia de energía e instalaciones. Una vez hables con él, tendréis que fijar una reunión, en la que estableceréis un contacto previo y llegaréis a un acuerdo económico. Una vez alcanzado este punto, el gestor podrá ponerse manos a la obra para comenzar a realizar la gestión energética de tu empresa.

- Realización de análisis previos sobre la situación inicial en la que se encuentra tu negocio o el edificio en cuestión: este estudio inicial es necesario para poder establecer más tarde los objetivos a cumplir a corto y medio plazo. En este análisis es fundamental el estudio sobre cómo se consume la energía, así como el establecimiento de una línea base de demanda y consumo. Es posible que tengan que instalarse una serie de equipos para realizar las mediciones de la energía. El ahorro que puede conseguirse gracias a este paso es de más del 20%.

- Se establecen medidas que requerirán inversiones mínimas. Para ello se estudiará la amortización de estas inversiones, que no deberá superar los cinco años.

- Valoración, inspección y gestión de los planes de mantenimiento e instalación de equipos. Esto incluye la supervisión en el cumplimiento de las normativas y parámetros que se han fijado para la consecución de la eficiencia buscada.

- Planteamiento y puesta en marcha de medidas a largo plazo, así como grandes inversiones que deban ser realizadas para la consecución de estas y otras medidas.

La idea principal de esta gestión energética es que con los ahorros obtenidos en las primeras fases del proyecto puedan continuar poniéndose en marcha todas aquellas acciones de mejora encaminadas a la optimización energética, lo que, con el tiempo, supondrá un ahorro significativo en el consumo y la cartera.

La figura idónea para la realización de estos trámites es un profesional experto en energía e instalaciones. Dado que la complejidad y la duración de este proceso son altas, será importante que posea la formación adecuada.

No es aconsejable que el estudio lo haga uno mismo con el fin de ahorrar en los honorarios. Entiende que la finalidad máxima de este análisis es la eficiencia energética, pero también la económica. La figura que lleve a cabo las tareas de optimización deberá tener, desde el principio, bien claro hasta dónde debe llegar. Para esto es necesaria e imprescindible, además de formación, experiencia en el sector. No solo se trata de análisis y deducciones, sino de implantación de nuevos modos de trabajo, instalaciones e interpretación de datos ofrecidos por aplicaciones que requieren de conocimientos técnicos. Si tratas de hacer este trámite por ti mismo es muy probable que no logres reducir tu consumo.

El precio dependerá, evidentemente, de las condiciones de tu negocio o edificio y del profesional que realice el proceso. Pero, de forma orientativa, realizarás una inversión de entre 700 y 2000 euros, que recuperarás en poco tiempo y que, a medio plazo, te reportará beneficios.

Normativa y requisitos de la gestión energética

La normativa que actualmente hace referencia a todo el proceso de gestión para la eficiencia energética es la Norma UNE-EN ISO 50001:2011. ¿Qué dice este reglamento? Establece una serie de requisitos sobre el uso en lo que a sistemas de gestión energética se refiere. Todo ello encaminado a la realización continua y constante de mejoras en el rendimiento energético de las organizaciones.

Se trata de una norma europea. Las estimaciones relativas a los fines de este reglamento se muestran muy optimistas. De hecho, son bastante significativas: se estima que, mediante el cumplimiento de todas sus premisas y la aplicación de estas normas básicas en lo que a uso de energía se refiere, puede afectar hasta en un 60% el consumo energético.

El modelo ISO 50001 se basa en la implantación de un modelo de negocio que ya está existiendo en multitud de lugares del mundo. Los objetivos de esta norma, que de momento tiene un carácter opcional, son la convergencia de todos los modelos energéticos en una sola forma de gestión: la mejor posible. Y esto se basa en la premisa de que, si bien las empresas (o los mismos particulares, que también son consumidores de energía) no pueden controlar las tarifas de la energía que contratan, sí que pueden optimizar su actividad en vistas a mejorar y disminuir el consumo. Esto es positivo para la empresa, en un sentido económico, y para el medio ambiente, en un sentido integral.

¿Cuánto puedo ahorrar en mi negocio con una buena gestión energética? No podemos realizar un cálculo basándonos solo en la variable de la gestión. Habrá que tener en cuenta el consumo actual del negocio, las dimensiones, las posibilidades de mejora, etc. Pero una adecuada gestión garantizará una reducción pronta en la factura energética, que además será progresiva y alcanzará en un período no muy largo el 20% menos del total. Y esto sin afectar a la energía o los servicios ofrecidos a los clientes. A largo plazo, el ahorro podría llegar a reducirse a la mitad.

¿Cuáles son las ventajas de una buena gestión energética? Las ventajas son numerosas: ahorro económico, derivado de la disminución del consumo eléctrico y térmico y ajustes en las instalaciones; potenciación de la imagen de la empresa debido a la mejora de la sostenibilidad (la reducción de emisiones de CO2 es un factor importante); refuerzo del perfil de la empresa de cara a los stakeholders (elementos que rodean a la empresa y que influyen y se dejan influir por ella), etc.

¿Cómo afecta la implantación de las soluciones que se proponen en un estudio de gestión técnica? Ya lo hemos explicado en líneas anteriores: la gestión energética se constituye mediante una serie de fases, entre las cuales está el análisis y la posterior implementación de los elementos incluidos en ese análisis. Dado que su fin es la optimización y no otro, por consecuencia lógica, estas actuaciones contribuirán al uso eficiente de la energía sin que esto suponga una decadencia en las prestaciones, más bien todo lo contrario.

¿Qué es la gestión energética?

A pesar de que tiene un precio, muchos hablan de ella como de un ahorro, más que de un coste. Y no les falta razón. La gestión energética no es más que la optimización en el proceso de utilización de la energía, con el objetivo de lograr siempre la racionalidad y la eficiencia, pero sin que esto produzca un perjuicio en las prestaciones.

Mediante la correcta gestión energética se pueden mejorar los niveles de calidad y seguridad de todo el sistema. Así, también se consigue que los usuarios sean conocedores del sistema para, así, ser capaces de implantar una serie de mejoras con el objetivo de llegar a alcanzar la máxima eficiencia energética posible, algo que siempre ofrece un valor añadido a nuestro inmueble.

Por tanto, y explicado de forma más sencilla, hablamos de un estudio integral que actúa en un doble sentido: por un lado realiza un análisis del consumo de la energía actual de un inmueble, y por otro, realiza una búsqueda de alternativas renovables a las fuentes tradicionales de energía.

El principal fin de la gestión energética no ha de ser otro que fijar una serie de objetivos. Dichos objetivos estarán encaminados a optimizar todos aquellos recursos energéticos que sea posible mejorar. Por supuesto, todo ello se realizará mediante plazos (algunos objetivos podrán cumplirse en períodos más cortos, otros tendrán que fijarse en plazos más extensos). También la reducción en el consumo será un objetivo importante en el proceso de la gestión energética.

Es una figura esencial para la gestión eficiente. Será él y no otro quien se encargue de asegurar tanto el establecimiento de objetivos como la consecución de los mismos, llegando así a los estándares óptimos de eficiencia energética. Todo ello, como imaginarás, pasando por una serie de actuaciones en busca de la mejora y el mantenimiento de las instalaciones eléctricas, térmicas y de alumbrado, así como acciones que incluyan el impulso del ahorro y la eficiencia. Y esto con vistas a adelgazar las pesadas facturaciones energéticas a las que todos hemos tenido que hacer frente alguna vez.

El gestor energético tiene la capacidad de adaptarse a todos los casos, así como a todos los sectores. Sus tareas te las explicamos brevemente a continuación:

- Control periódico del consumo energético de las instalaciones. A través de mediciones, arbitrajes y otras estipulaciones, el gestor energético realizará una estimación sobre el consumo realizado. Esta es, por encima de las demás, su tarea de mayor importancia.

- Indagación y estudio sobre los posibles motivos que puedan propiciar el exceso en el consumo.

- Vigilancia del buen mantenimiento de las instalaciones.

- Establecimiento de pautas con vistas a mantener al mínimo posible el coste energético. Este paso se realizará a raíz de los anteriores, y teniendo en cuenta los datos que el estudio y la indagación sobre el consumo y estado de las instalaciones ha revelado.

Cuanto cuesta gestión energética