Para muchos, las vacaciones están a la vuelta de la esquina. Algunos ya estarán buceando en buscadores turísticos, o preguntando a amigos, vecinos y familiares por tal o cual sitio donde se alojaron en otras vacaciones.
El presupuesto, el servicio, la limpieza de las habitaciones, la piscina, las actividades, si hay tortilla de patata en el buffet de desayuno… todo ello les empujará a decidirse por una u otra opción.
Sin embargo, un hotel no es solamente una sucesión de habitaciones con salas en la planta baja para que se congreguen los clientes. Hazte las siguientes preguntas:
- ¿Sabes qué pasa cuando la ocupación de un establecimiento es del 10 ó 20% y todo está iluminado y climatizado como si no hubiese un mañana?
- ¿Sabes hasta dónde ha llegado la ocupación de la costa, en la cual camas y más camas exhiben sus letreros luminosos para conquistar al turista aunque condenen al olvido a la iglesia del siglo XVII, que estaba allí en primer lugar?
- ¿Sabes qué pasa con el agua que llena tantas y tantas piscinas costeras, siendo que a menudo existe una playa a cincuenta metros?
Si la respuesta es no, sigue leyendo. Estás a punto de descubrir las ventajas de elegir un hotel sostenible.
Características de un hotel sostenible
Su arquitectura ha de ser respetuosa con el medio e integrarse con el mismo, si puede ser, adoptando las formas del lugar y utilizando los mismos materiales del entorno para evitar el acarreo de materiales.
Por supuesto, la resultante del gasto energético debe tender a cero, y para ello se tiene que recurrir a energías renovables como la solar, la biomasa o la geotermia.
Puede conseguirse un menor gasto energético adoptando las medidas de mejora del certificado energético de hotel.
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Los clientes del hotel sostenible
Es evidente también que las actividades que se generen también deben ser respetuosas con el entorno. Los clientes – que de no tener buena predisposición no se habrían alojado en un establecimiento sostenible – serán la prolongación lógica de las características del hotel.
Por tanto, no deben contaminar de ninguna manera el medio, ni siquiera acústicamente. El turismo rural es un ejemplo de lo que podría llamarse “hotel eficiente sostenible”. Solo es necesario ampliar sus miras y coger las mejores características de la actividad hotelera convencional.
Ejemplos de hoteles sostenibles eficientes
- Rehabilitación de edificios existentes. El beneficio es doble: se conserva el patrimonio cultural de una población y se minimiza el impacto de la construcción. Esto es sostenibilidad.
- La innovación en la oferta. Casas-cueva, dormir en museos, en una cama al aire libre, en un iglú…son ideas llevadas hasta el extremo, pero cumplen con las premisas de un hotel sostenible, aunque no sean vendidos como tal. Esto es ecosostenibilidad, y existen certificados de sostenibilidad que lo acreditan.
- El turismo rural actualizado desde el punto de vista sostenible. Realmente esta opción, que nace por la necesidad del público de huir de la aglomeración, se encuentra de rebote conque cumple muchos de los requisitos de sostenibilidad.
- El edificio de resultante cero, calificación A. La Passivhaus. Puede ser una arquitectura sofisticada cuyo gasto inicial quede compensado por el autoabastecimiento.
Para detectar la oferta de hoteles sostenibles en España y en el mundo, quizás no nos sea necesario ir en busca de información como haríamos en otras ocasiones en las que queremos averiguar aspectos del funcionamiento de algún establecimiento.
No hacen falta etiquetas. Basta con utilizar el sentido común: recordemos que un hotel es sostenible por la decisión de quienes lo regentan y por la buena fe de los clientes, que participarán de buena gana de él.