Antes que establecer un baremo para las tarifas sobre levantamiento de planos, hay que definir qué es exactamente un levantamiento de planos. En líneas generales, el levantamiento de planos es la reproducción en planta de una realidad arquitectónica. El arquitecto deberá tomar medidas de la entidad solicitada y plasmarla en un documento con mediciones (cotas y superficies), a una escala gráfica lógica y natural. Este documento debe huir de todos los tecnicismos posibles y ser totalmente comprensible para el usuario medio, fuera del ámbito profesional.
Una vez definido el concepto de levantamiento de planos, desgranaré en los siguientes puntos lo que se debe esperar de los clientes que soliciten este servicio, y, por supuesto, de los arquitectos que lo lleven a cabo.
Índice de contenidos
¿Cómo se tarifa un levantamiento de planos?
Sé que la mayoría de profesionales tarifarán según precio por metro cuadrado, y parece lo más lógico. De hecho, cuantos más metros cuadrados a dibujar, más trabajo habrá. Sin embargo, mi visión es la de establecer un precio mínimo fijo hasta una determinada superficie, que contemple el servicio estándar (plantas acotadas y superficiadas), y solamente pasar al siguiente precio a partir de un escalón alto. Bajándolo a tierra, tarifar siempre lo mismo hasta los 100 m2, subirlo considerablemente hasta los 200 m2 y a partir de allí, indicar que se tiene que personalizar.
Establecer un precio igualitario para todas las viviendas hasta 100 m2 hace que uno se complique menos a la hora de dar presupuestos por teléfono y concentre los esfuerzos en la negociación. La inmensa mayoría de viviendas no superan los 100 m2, por tanto, es ideal esa frontera para poner precios.
En el caso de que el cliente pida alzados y secciones, se puede duplicar el presupuesto, sin necesidad de recordar nada más.
¿Cuánto tarifar?
La pregunta del millón. Los honorarios son libres desde hace muchísimos años, por tanto, no estamos libres de sufrir la guerra de precios por parte de los profesionales que tarifan a la baja para llevarse parte del mercado. Por mi experiencia, justamente cuando he subido los precios de cualquier servicio y los he dicho sin vacilación alguna, es cuando más ventas he realizado. Esto puede ser refrendado por cualquier vendedor experimentado. Es cierto que muchos clientes lo único que tienen en cuenta es el precio, pero cabría reflexionar si son esos los clientes que nos interesan.
Si realizamos scouting en páginas web de profesionales de la arquitectura, verás que la horquilla de precios por m2 oscilará entre los 1 y 1,5 € por m2. Eso quiere decir que el piso que mida 100 m2 (que es el extremo de la primera horquilla), se tarifará a 150 m2. Ése sería un precio único razonable.
Seguro que a muchos clientes les parecerá caro y te contestarán con el temido “ya te diré algo”, pero tú sabes (aunque también intuyes que medir servicios por tiempo empleado es un absurdo) que en un levantamiento de planos de una vivienda de 100 m2, vas a invertir mínimo unas 3 horas. Considera qué precio tiene tu hora de trabajo.
¿Para qué se necesita el levantamiento de planos?
Es fundamental que ésta sea la primera pregunta que hagamos a nuestro cliente, antes que ofrecerle nuestra retahíla de servicios y gadgets. Una persona que necesite un levantamiento de planos para ver si le caben los muebles de IKEA en su reluciente nuevo piso, seguramente lo único que necesitará es una planta acotada de la vivienda, sin superficies siquiera.
Un cliente que desee realizar una reforma integral del inmueble necesitará una planta acotada y superficiada al milímetro, con varias hileras de cotas coincidentes del mismo elemento arquitectónico, con alzados de cada una de las habitaciones, algunas secciones y también planos temáticos de instalaciones y de la estructura existente.
Otra persona que necesite renovar la cocina no deseará que le dibujemos toda la casa, sino solamente la cocina, con planta, alzados y a una escala muy reducida para plasmar el máximo detalle. Por tanto, preguntemos al cliente y recomendémosle lo más adecuado para él. No para nosotros, ¡para él! Ya sabemos que cuanto más trabajo haya, mejor, pero no es nada ético sobredimensionar el servicio sin necesidad.
Huir de planos aburridos
No hay nada más desagradable que encontrarse con un plano lleno de cotas, superficies y gráficos que parece la catarata de letras y números verdes del ordenador de la nave disidente de Matrix. Quizás nosotros los arquitectos los entendamos perfectamente, pero nuestro cliente probablemente se pierda. Por tanto, simplifiquemos la lectura de los datos y presentemos el plano de una forma atractiva, que dé gusto leerlo. Sombreados para muros, alguna foto de la vivienda de fondo de la lámina, diseños personalizados de la brújula, escaleta y cuadro de superficies que huya como la peste del plano técnico, y, sobre todo, no recurrir a las bibliotecas de muebles o de sanitarios, que despersonalizan el dibujo.
Es preferible que el inodoro sea un rectángulo, a incrustar un objeto con 100 líneas que coja protagonismo por encima de las mediciones del cuarto de baño. Planos elegantes, a la par que discretos.
Confusión típica
Finalmente, un tema importantísimo. Cuidado con los clientes que piden planos cuando en realidad, lo que desean son proyectos. Un levantamiento de planos reproduce una realidad existente. Un proyecto elabora una nueva realidad aún no existente, que deberá cumplir con una serie de normativas extensas como el Código Técnico de la Edificación, y por supuesto, su precio será mucho mayor.
Preguntemos siempre al cliente si desea un levantamiento de plano o un proyecto, si no lo tenemos claro de la lista de necesidades que debemos detectar en el punto 1). No demos por sentado nada porque la mayoría de clientes con los que contactemos no están habituados a términos de arquitectura y debemos hacerles fácil la comprensión de nuestra información.