Mara Guerrero, experta en certificado energético en Murcia, reflexiona sobre la utilidad del certificado de eficiencia energética y la dificultad de comunicar su importancia a propietarios y otros agentes implicados en la certificación energética
He realizado entorno a 40 certificados de eficiencia energética en Murcia desde que es obligatorio para la venta y compra de inmuebles. Me resulta complicado explicar cuál es su finalidad, puesto que a corto plazo no se puede ver el objetivo de este certificado. A primera vista, parece una treta de la Administración Pública para obtener beneficios y poder proporcionar trabajo a los técnicos, que tras el Boom Inmobiliario nos hemos quedado en una situación precaria. Es difícil entender, no obstante, utilizo el símil con los electrodomésticos. Al principio nos daba igual comprar un lavavajillas clase A o E, solo nos importaba el precio del electrodoméstico, además, cuanta mejor clase, mayor es el precio.
Pues bien, hoy en día la mayoría de las personas prefieren los electrodomésticos con mejor eficiencia energética, porque eso significa un mayor ahorro energético. La electricidad sube de precio anualmente de forma drástica, por lo que amortizamos el coste del electrodoméstico en corto plazo. Una vivienda con mejor eficiencia energética necesita de menor apoyo de calefacción y/o climatización para poder ser utilizada en el nivel de confort del ser humano. Por esta razón, una vivienda con mejor eficiencia energética está construida con materiales de mayor calidad, aplicando los conocimientos de bioclimática y utilizando sistemas de climatización y calefacción de alta eficiencia energética y/o con apoyo de energías renovables, habitualmente solar. Por lo que el valor de dicha vivienda debe ser superior a otras.
Con el certificado de eficiencia energética se acompaña un estudio de mejoras, en el que se hace un cálculo de la amortización. Según la inversión a realizar para mejorar la clasificación energética obtendremos un tiempo de amortización, y en función de este tiempo se ha de valorar y aconsejar al cliente sobre si esta inversión merece la pena. Dependerá fundamentalmente de la finalidad del Certificado de Eficiencia Energética, si es para la venta, el alquiler de la vivienda o para el análisis del propietario con vistas a un ahorro energético en su propio consumo. Aún es pronto para decirlo, pero confío que en un tiempo podamos ver cómo un Certificado de Eficiencia Energética es algo más que un papel obligatorio.