Desde hace algunos años, Hacienda utiliza instrumentos como el análisis de imágenes por satélite y los drones para localizar a quien haya realizado reformas o ampliaciones en su vivienda y no las haya declarado.
¿Has montado una pequeña piscina en tu propiedad? Pues ojo, porque dotarse de estas instalaciones sin informar a las autoridades es uno de los aspectos que centran la atención de los inspectores, ya que contar con una zona para refrescarse en casa no saldrá gratis: al coste de instalación habrá que sumar el impuesto por tener piscina y, en caso de que no esté declarada, el de regularización.
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Impuesto por piscina
Haber construido una piscina en tu vivienda alterará los impuestos que debes asumir por la misma. ¿Por qué? Pues porque de esta nueva instalación se derivará una modificación del valor catastral de la propiedad que es, no lo olvides, la base imponible del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que todo propietario debe liquidar cada 1 de enero ante su ayuntamiento.
En este sentido, no será lo mismo, a efecto de valor catastral, si una propiedad tiene un terreno baldío o si, en el mismo, se ha construido una piscina. Si en este punto te estás preguntando cuánto incrementa el IBI una piscina, lo cierto es que no existe una cantidad cerrada, sino que será algo que se fije en función de su superficie (muros perimetrales incluidos) y del coeficiente que se aplique a este elemento de uso deportivo.
Aunque no sea posible aportar una estimación del impacto de una piscina en el valor catastral, sí que hay algo seguro: la incorporación de piscinas privativas debe ser “objeto de regularización en todo caso”, si su construcción no se ha comunicado e incorporado en el Catastro, según sostiene el Ministerio de Hacienda.
Regularización piscinas catastro
Para que una piscina cumpla a efectos de tributación, su incorporación a una propiedad debe figurar en el registro catastral. De hecho, cualquier modificación de uso en una propiedad, así como nuevas construcciones, rehabilitaciones y reformas, se tienen que poner en conocimiento del Catastro que, así, ajustará el valor catastral y, con él, hará lo propio el IBI.
Para notificar esta nueva instalación que, por lo general, requiere de la concesión de licencia de obras por parte del Ayuntamiento, será necesario presentar el modelo 902-N por cualquiera de las vías disponibles, junto con la documentación exigida.
Quien se dotara de una piscina y no siguiera este trámite puede ser sorprendido en las inspecciones impulsadas por Hacienda. En ese caso, tendrá que hacer frente a una tasa de regularización de la piscina de 60 euros, además de tener que ponerse al día con los impuestos dejados de abonar. El ajuste del valor de la propiedad en el catastro afectará además a los impuestos a liquidar en adelante.
¿Tiene que pagar IBI una piscina desmontable?
El procedimiento impulsado para detectar alteraciones en propiedades no declaradas no ha estado exento de polémica, puesto que en ocasiones se han confundido piscinas hinchables con piscinas de obra y se ha tratado de actualizar el valor catastral solo por instalar una de estas estructuras desmontables.
Si es tu caso o si no estás de acuerdo con el proceso de regularización catastral, que en lo que afecta a piscinas ha tenido un especial impacto en la comunidad de Murcia, Baleares y Cataluña, puedes recurrir la decisión ante el Tribunal Económico Administrativo o ante la Gerencia del Catastro.
Pero el mejor consejo es hacer las cosas bien desde el principio y para construir una piscina pedir un proyecto técnico de piscina, una licencia de obras y registrar su construcción. En caso de no hacerlo así, podrías pedir una legalización de piscina posterior a su construcción.