Permuta de viviendas entre particulares
Por muy inusual que parezca este sistema de trueque de casas, resulta muy práctico en época de crisis. Aunque, a pesar de ello debemos analizar si es conveniente o no, y para comenzar vamos a ver si en función de si alguna de las viviendas existen cargas, si está hipotecada, es útil.
Así, si en este intercambio de casas entre particulares ninguna de las viviendas está hipotecada no habría ningún problema, pues debería de realizarse un contrato de permuta inmobiliaria privado que posteriormente elevaremos a escritura pública ante Notario y registraremos en el registro de la propiedad, que aunque este paso de inscripción es voluntario debemos recordar que es altamente recomendable desde un plano jurídico.
Pero, el problema lo encontraremos cuándo al menos de una de las dos viviendas está hipotecada, puesto que en este trueque de casas interviene un tercero, nada más y nada menos que el banco.
En este caso, tenemos dos soluciones a esta permuta de pisos:
– La primera, que el comprador pague la deuda existente y quede la vivienda libre de esa carga, que veremos si por el importe le compensa.
– La segunda opción, que el banco acepte una subrogación de la cantidad pendiente por el nuevo propietario; aquí, debe el banco aceptar al comprador, ya que deberá analizar el riesgo para concederle esa subrogación.
En el caso de que exista un préstamo hipotecario de por medio, debemos añadir un gasto más a los ya citados, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Una vez analizado lo anterior, vamos a ver las ventajas y los inconvenientes de la permuta de inmuebles, que básicamente podemos concretar en las siguientes.
Vetajas del intercambio de viviendas
– Permite ahorrar tiempo en la venta de nuestro inmueble y tener que esperar a comprar uno nuevo hasta que se venda el anterior, y sobre todo si tuviéramos que afrontar dos hipotecas, la del inmueble que vendemos y la del que compramos, lo que dificultaría económicamente nuestros planes.
– Puede ser un medio para obtener liquidez inmediata, si la nueva vivienda que intercambiamos va a ser más económica que la que vendemos.
– Es muy útil cuando debemos cambiar de casa, por un traslado de ciudad a consecuencia del trabajo, o simplemente porque la vivienda que tenemos se nos queda pequeña o, todo lo contrario, grande, porque han cambiado nuestras circunstancias personales, y queremos cambiar a otra que se adapte a esas nuevas necesidades.
Inconvenientes
Principalmente, lo tendremos en la dificultad de encontrar un comprador al que le guste nuestra casa y que a nosotros, claro está, nos tiene que gustar la de ese vendedor.
Otro aspecto clave, a tener en cuenta, en este intercambio de casas entre particulares, es la necesidad de contar con las oportunas tasaciones inmobiliarias necesarias para “poner precio” a ambos inmuebles, que como ya hemos hablado en otros post anteriores, son recomendables que se realicen a través de un profesional cualificado que, además, nos asesorará debidamente sobre los pasos a seguir y nos orientará en todos nuestros trámites.
Este intercambio de pisos es perfectamente válido tanto para nuestra vivienda habitual como para nuestra vivienda vacacional, pero nunca confundamos el intercambio de casas de vacaciones con la multipropiedad, que es un concepto de disfrute vacacional completamente diferente, puesto que en este caso estamos ante una forma de copropiedad entre varias personas sobre un mismo inmueble y que hacen un uso limitado en a lo largo del año de esa vivienda.