La ley de cambio climático fue aprobada este año por el Gobierno y se convirtió en la primera de este tipo que España tiene en la historia. En este sentido, supone un paso añadido en la lucha contra la denominada «emergencia climática», cuyas consecuencias ya estamos sufriendo. A continuación, detallamos los aspectos clave de esta ley y explicamos qué papel otorga a la eficiencia energética.
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¿Qué es la ley de cambio climático?
En mayo de 2021, el Congreso de los Diputados aprobó la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Esta norma pone sobre la mesa gran parte de los compromisos que España ha forjado en las diferentes COP (conferencias de Naciones Unidas), en línea con lo que han hecho otros países.
El objetivo principal de esta legislación es apostar por una transición hacia un modelo completamente sostenible. Se trata, por tanto, de un esfuerzo superior para evitar que el planeta se convierta en una caldera ardiente e inundada. Para ello, se articula sobre tres pilares fundamentales:
Reducción drástica de emisiones: la meta está puesta en 2050, cuando se deberá haber alcanzado la neutralidad climática (equilibrio entre los gases que se emiten a la atmósfera y los que se pueden absorber).
Extensión de las energías renovables: especialmente en el transporte y la industria, que son los sectores más contaminantes.
Eficiencia energética: consumo responsable de los recursos, sobre todo en el ámbito doméstico. El foco está puesto en las viviendas y edificios residenciales.
La ley de cambio climático en cifras
Para detallar algunos aspectos clave de esta ley, vamos a proporcionar algunos datos:
0 emisiones de dióxido de carbono para 2050
30 % mínimo de los Presupuestos Generales del Estado deberá contribuir a políticas ecologistas
42 % de orígenes renovables en el consumo eléctrico nacional para 2030
74 % de generación de energía a través de fuentes renovables
100 % de eliminación de la minería de uranio y las prospecciones para 2030
Estas son, básicamente, algunas cifras que convierten a los objetivos en un camino que debemos recorrer juntos. Sin embargo, hemos dejado atrás la eficiencia energética, que es el mayor punto de encuentro de empresas y familias. En la próxima sección profundizaremos en este aspecto.
La eficiencia energética, un compromiso de todos
¿Qué significa que una instalación sea energéticamente eficiente? ¿Y qué lo sea un electrodoméstico? Principalmente, se trata de optimizar al máximo el consumo de energía. Es decir, no consumir más de la que se necesita y apostar siempre por fuentes de alta calidad frente a las más contaminantes.
La eficiencia energética es un concepto que está al alcance de todos. Cualquier familia, independientemente de su situación económica o del tamaño de su vivienda, puede luchar contra el cambio climático. Muchas acciones, como ahorrar en el consumo de luz, están encaminadas en este sentido.
No obstante, en este artículo elevaremos un grado más el nivel de compromiso proponiendo una nueva medida: la rehabilitación de viviendas. En la próxima sección veremos en qué consiste esto.
¿Cómo rehabilitar energéticamente una vivienda?
Rehabilitar un edificio o una vivienda es una gran idea por tres motivos:
Reduce considerablemente la factura de la luz
Se contribuye a reducir las emisiones de CO2
Revaloriza la vivienda, especialmente a medio-largo plazo
No hay que olvidar que es necesario disponer del certificado energético de la vivienda para venderla o alquilarla. Por tanto, deberíamos considerar la rehabilitación una opción para ser más eficiente energéticamente. Afortunadamente, tanto el Gobierno como las comunidades autónomas disponen de ayudas y subvenciones para este fin.
Generalmente, podemos resumir las actuaciones necesarias en un plan de 5 pasos:
Análisis del consumo eléctrico: hay que conocer su eficiencia energética actual y descubrir en qué aspectos se está malgastando más energía. De esta forma, se podrán concretar los siguientes pasos.
Estimación económica del proyecto: tenemos que calcular cuánto dinero requerirán las reformas y cómo se amortizará económicamente al cabo de varios años.
Solicitud de permisos: en función de las reformas que se vayan a hacer, hay que solicitar permiso al Ayuntamiento y a la comunidad de vecinos, si la hubiese.
Ejecución del proyecto: las actuaciones más frecuentes en este sentido son la sustitución del suelo, el cambio de electrodomésticos y la reforma de la fachada para garantizar el aislamiento.
Instalación de renovables: si es económicamente asumible, es una opción ideal contar con paneles solares, entre otros sistemas.
En definitiva, la ley de cambio climático convierte el compromiso con un planeta limpio en obligación. Es un proyecto del que todos formamos parte y al que todos podemos contribuir. Convertir nuestras viviendas en instalaciones energéticamente eficientes nos hará contener el ya inevitable calentamiento global.