Originalmente las pinturas térmicas fueron desarrolladas para la industria aeroespacial, hoy pueden adquirirse a precios similares a los de la pintura acrílica de calidad.
¿Qué es la pintura térmica?
Son emulsiones de microesferas cerámicas en pintura acrílica.
¿Cómo funciona?
Tras su aplicación, al secarse, las microesferas quedan dispuestas de manera compacta en varias capas entre las que se forman cámaras de aire que rompen el puente térmico.
Además, gracias a las propiedades refractarias de los materiales cerámicos, un amplio espectro de la radiación incidente sobre la superficie tratada “rebota” reduciéndose así la transmisión de calor a través del cerramiento al rechazarse hasta un 90 % de la radiación solar infraroja y hasta un 85% de la ultravioleta.
Diversas empresas que desarrollan y comercializan estas pinturas, han realizado ensayos de medición de la conductividad térmica de sus pinturas, habiéndose obtenido valores de en torno a 0,05 W/m K, equivalentes a los obtenidos mediante para otros materiales aislantes clásicos como la lana mineral o el poliestireno expandido.
Una característica de la pintura térmica es que funciona de manera bidireccional: refleja el calor procedente de ambos lados de la superficie pintada, de manera que en verano es capaz de “detener” el calor que intenta introducirse desde el exterior y en invierno lo retiene en su intento de escapar desde el interior.
Usos y aplicaciones
Como se ha dicho, su desarrollo fue impulsado por la industria aeroespacial en su búsqueda de materiales capaces de disipar el calor producido por la fricción de las aeronaves a alta velocidad con la atmósfera.
Posteriormente fue y es utilizada por otros sectores industriales para el aislamiento térmico de depósitos, tuberías y todo tipo de estructuras sometidas a estrés térmico.
Tras décadas de desarrollo, hoy está disponible para la industria de la construcción y puede aplicarse tanto en interior como en exterior sobre diversos materiales como el hormigón, el ladrillo, el yeso o mamposterías. También se aplica sobre superficies metálicas en techos como parte de los sistemas de impermeabilización, en sellado de conductos o para el sellado de grietas.
Aplicada sobre materiales metálicos laminados puede reducir la temperatura hasta en 10 °C, llegando esta reducción hasta los 30 °C cuando se aplica al hormigón.
Además, en climas fríos previene la formación de humedades por condensación, lo que evita la aparición de mohos y bacterias.
¿Cuánto cuesta?
El precio de 1 litro de pintura térmica está entorno a los 25 €, variando según el fabricante y el color elegido, siendo el blanco el color más barato, pudiéndose pintar encima posteriormente con pintura convencional de cualquier color.
Teniendo en cuenta que tiene un rendimiento aproximado de 0,8 – 1,0 litros por metro cuadrado (l/m2) y que para su aplicación suele diluirse con un 10 % en volumen de agua, pueden calcularse unos 700 € para tratar una pared de 10 x 3 m (30 m2).
Para conseguir esta cobertura suelen ser necesarias dos o tres manos con rodillo.
Ahorro en energía
Como se ha visto, aunque algo superior, el precio de la pintura térmica no dista demasiado del precio de una buena pintura acrílica.
Se producen ahorros en energía cercanos al 40%, lo que supone la amortización de la diferencia de precio dentro de los dos primeros años tras su aplicación. A partir de aquí la inversión en pintura térmica genera beneficios de por vida, pues sus efectos son permanentes a muy largo plazo.
La pintura térmica puede ayudarte a conseguir una mejor calificación energética.
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