En la actualidad, los negocios tienden más a colaboraciones horizontales puntuales y no piramidales diarias. El teletrabajo y el ejercer una profesión desde casa ya es una realidad y el estar presente en una oficina de 9 a 17 horas ya empieza a ser un modelo arcaico que seguramente tenga fecha de caducidad. Pero para poder trabajar desde casa es necesario llevar a cabo algunos trámites para regularizar la situación. Si estás pensando en convertir tu vivienda también en tu lugar de trabajo, te explicamos qué debes tener en cuenta para montar un negocio en casa.
Hacerse profesional autónomo
Cuando acabas la carrera y llega el momento de lanzarse al mundo profesional es habitual hacerse una pregunta: ¿y ahora qué?
Existen tres posibilidades:
- Buscar trabajo como empleado por cuenta ajena.
- Especializarte compaginando tu trabajo.
- Hacerte profesional independiente.
Las opciones 1 y 2 no entran en discusión en este artículo, pero si deseas emprender como un lobo solitario tu trayectoria hacia la gloria y el reconocimiento, de entrada, como mencionó un profesor mío de Proyectos del último año, “cuando salgan de la Escuela no les van a encargar una promoción de 300 viviendas”.
Pero incluso si te gradúas estando en el grupo de WhatsApp de Norman Foster, Rafael Moneo o Frank Gehry, tienes legalmente que establecer tu actividad en algún lugar. Una de las opciones es ejercer la profesión en casa. Y aquí es cuando hay que hacer ciertas averiguaciones administrativas para saber cómo se puede montar un negocio en una vivienda.
Abrir un negocio en casa
Los trámites para abrir un negocio en casa son los siguientes:
- Darte de alta en el Régimen de Autónomos (que en la profesión de arquitectura lo provee la Hermandad Nacional de Arquitectos, aunque puedes también hacerlo por la Seguridad Social).
- Darte de alta en el Epígrafe 411 para poder emitir facturas y tributar por tu actividad, dependiendo de tu ciudad de residencia.
- Dar de alta también un inmueble como sede de tu actividad. Esto depende de la normativa municipal. Por ejemplo, en Barcelona es posible ejercer como arquitecto “sin despacho” (algo que para los que realizan certificaciones energéticas es pertinente), pero en Hospitalet de Llobregat, en el Departamento de Actividades Regladas, hay que declarar una dirección desde la cual se ejerce la actividad, tu campamento base. Para ello debes demostrar que el bien inmueble es de tu propiedad o que si es de alquiler dispones de los permisos para desempeñar la actividad profesional en casa. En cualquier caso, la normativa urbanística también debe permitirte dar de alta el inmueble como base profesional, cosa que en zona urbana casi siempre es posible, aunque nunca está de más preguntar para que no tengas sorpresas cuando ya hayas alquilado tu oficina.
La otra opción para montar un negocio en casa es dar de alta una habitación de tu vivienda y a la hora de declarar los impuestos (modelos 130 y 303 del IRPF e IRPF), declarar la parte proporcional resultante de dividir la superficie de la habitación de tu negocio entre la superficie total de la vivienda, en lo que respecta a gastos de agua y luz.
Para dar de alta la habitación, suelen pedirte un escrito en el que debes indicar cómo es tu negocio de manera resumida, planos de emplazamiento y acotados de la habitación y, en ocasiones, dado que la administración desconoce la idiosincrasia del teletrabajo, pueden “columpiarse” exigiendo medidas correspondientes a oficinas con su proyecto de actividad dado de alta.
Para ello es necesario insistir en que nuestra actividad se basa sobre todo en las visitas profesionales a viviendas ajenas y que en casa redactamos exclusivamente el material técnico.
En resumidas cuentas, los requisitos para montar un negocio en un piso son disponer del permiso necesario de la propiedad y que sea urbanísticamente legal.