La ITE es la inspección obligatoria que tiene que pasar cualquier edificio de más de 50 años. El objetivo es garantizar su seguridad: saber si se encuentra en buen estado o si necesita alguna reforma para garantizar las condiciones de salubridad y accesibilidad. ¿Cuándo es favorable una ITE? ¿Cuáles son los principales problemas en una ITE? ¿Qué tipos de deficiencias de un edificio pueden causar una ITE desfavorable? ¡Lo resolvemos todo en el post!
¿Qué es la ITE?
Una ITE, acrónimo de Inspección Técnica de Edificios, es un documento reconocido que deben realizar todos los edificios de más de 50 años. La obligatoriedad de la ITE viene marcada por el Real Decreto 8/2011, de 1 de Julio.
Los parámetros que valora la conocida popularmente como “la itv de los edificios” son:
- El estado de conservación del edificio
- El cumplimiento de la normativa vigente sobre accesibilidad universal
- El grado de su eficiencia energética
ITE favorable/desfavorable
Cuando «las itv de los edificios» cumplen con los estándares marcados, el resultado de la ITE será favorable. Cuando el edificio presenta algún tipo de deficiencia y aparece uno de los principales problemas en una ITE, el resultado de la misma será desfavorable.
Principales deficiencias que pueden provocar una ITE desfavorable
Dentro del análisis del edificio, las principales deficiencias pueden agruparse en las siguientes familias:
- Estado de la estructura y cimentación: Las más habituales son grandes grietas en elementos estructurales como las vigas o las columnas. Estas deficiencias (en función de la profundidad de las mismas) son graves, ya que pueden provocar el derrumbamiento del edificio. Los problemas derivados de las cimentaciones son muy difíciles de detectar. La solución a estos principales problemas en una ITE requiere un análisis personalizado por un experto en la materia.
- Estado general de fachadas, patios y medianerías. En esta familia, los problemas
- más habituales son la presencia de grietas que pueden provocar humedades. Para solucionar las humedades, lo más importante es detectar el punto en el que se están produciendo y actuar con la mejor solución en función de lo que se trate.
Elementos con riesgo de desprendimiento
También es habitual la existencia de elementos con riesgo de desprendimiento como cornisas, molduras, revestimientos, aleros, cantos de balcones y terrazas. La solución consistirá en fijar, si es posible, o retirar los elementos en riesgo de desprendimiento.
- Estado general de cubiertas y azoteas. Los tejados y las azoteas suelen presentar problemas de humedades en las plantas inferiores, elementos muy deteriorados en las cubiertas que pueden desprenderse y falta de mantenimiento en los elementos de evacuación de aguas pluviales. Generalmente estas deficiencias pueden subsanarse sustituyendo los elementos deteriorados o realizando una correcta impermeabilización.
- Redes generales de fontanería y saneamiento. Generan humedades. En muchos casos, no es fácil de detectar ya que la presencia de la humedad no se corresponde con el lugar donde está el defecto, por lo que requiere de un buen experto que localice el origen del problema y proponga la mejor solución. En edificaciones antiguas, las redes de fontanería y saneamiento están empotradas. Así que en el caso de que exista un problema, es recomendable buscar una alternativa al aire para evitar grandes demoliciones y molestias a muchos vecinos.
- Accesibilidad. Los principales problemas en una ITE relacionados con la accesibilidad son la presencia de escaleras de acceso a los edificios. En muchos casos, no es posible la ejecución de una rampa. O en caso de poder realizarse, no puede ajustarse a la normativa en cuanto a la pendiente. Muchos edificios que no disponen de ascensor ni siquiera tienen espacio físico para ponerlo.
Implicaciones legales de no realizar la ITE
No cumplir con la obligación de realizar la ITE puede acarrear multas que pueden llegar hasta los 6.000€. Además, puede generar problemas con la venta de la propiedad, la obtención de hipotecas y otras consecuencias negativas.