¿Cuándo solicitar un proyecto nave industrial?
Cuando te pongas en contacto con el profesional proyectista, seguirá el largo camino del desarrollo del proyecto de estructuras de la nave industrial. Y decimos que sigue porque antes del proyecto hay que hacer algunos trámites previos.
El primero es el llamado anteproyecto. Esta es la fase del trabajo en la que se exponen los aspectos fundamentales de las características generales de la obra, para proporcionar una imagen global de la misma y establecer un avance del presupuesto. Este anteproyecto lo realiza un arquitecto o ingeniero, que puede ser (parece recomendable) el mismo profesional que después redactará el proyecto básico y el proyecto de ejecución. No confundas anteproyecto con proyecto básico. Son dos documentos diferentes que tienen distintos objetivos y características.
Antes de que el proyectista se encargue de estudiar y redactar el proyecto de tu nave industrial, tú puedes (y debes) ir recabando la información y la documentación que necesariamente debe incluirse. Hay documentación obligatoria, por ejemplo, un estudio geotécnico. El estudio geotécnico sirve para conocer y justificar las características del suelo y los parámetros de influencia en la cimentación de la nave. Estar al tanto de las condiciones del suelo que albergará la nave puede ser vital (y, normalmente, lo es) para la supervivencia del edificio, pero es que además puede ser un motivo de rechazo del proyecto. ¿Quién quiere edificar en arenas movedizas?
Otra documentación de interés puede ser accesoria. Es el caso, por ejemplo, de los estudios topográficos, que no suelen ser necesarios aunque sí son recomendables si las características de la parcela donde se vaya a construir lo determinan.
Debes tener en cuenta lo anterior a la hora de hacer una estimación de tiempos y plazos de la construcción de tu nave industrial. Puede haber motivos que exijan tener una nave construida y lista para usar en un plazo de tiempo determinado, aunque no siempre es el caso. En cualquier caso, sí es necesario conocer los plazos para gestionar mejor el trabajo y ganar en eficiencia, que es en definitiva ahorrar dinero. No querrás estar mano sobre mano cuando en la Administración están de vacaciones, por ejemplo.
Hay documentos e informes que pueden hacerse simultáneamente, y otros que dependerán de conclusiones previas. Hay cosas que podrás hacer al mismo tiempo que mueves el papeleo administrativo. Este papeleo, considerando citas, visitas al Ayuntamiento y otras consideraciones, puede superar con facilidad una o dos semanas.
Un anteproyecto no excesivamente complejo puede llevar una semana más. El proyecto básico posterior puede realizarse en 10-15 días. Si la Administración no impone modificaciones, estudiará el proyecto básico en 7-10 días, tiempo durante el cual podemos realizar el proyecto de ejecución.
En definitiva, con toda la documentación previa en regla, y sin interrupciones debidas a modificaciones, negociaciones y demás retrasos, un proyectista podría redactar un proyecto de nave industrial en uno o dos meses.
A eso deberás sumar el plazo para obtener el visado del colegio oficial correspondiente y, luego, lo que tarde la Administración en darte vía libre.
¿Cómo conseguir un proyecto nave industrial?
Para conseguir los permisos y licencias de ejecución de obra de una nave industrial necesitarás el consiguiente proyecto, que solo puede ser redactado por un arquitecto, arquitecto técnico, ingeniero o ingeniero técnico. Puedes contactar con estos profesionales en una empresa especializada o pueden ser proyectistas independientes.
Como verás a continuación, el proyecto tendrá una ingente cantidad de información técnica.
a) Una memoria. Constará de:
–Memoria descriptiva. Incluirá una descripción de los agentes implicados (promotor, proyectista y otros técnicos), información previa (normativa aplicable, datos del emplazamiento, antecedentes…), una descripción del proyecto (descripción arquitectónica y general del edificio, relación con el entorno, usos característicos del tipo de nave en cuestión y usos previstos, cumplimiento de la normativa…) y las prestaciones de la nave industrial.
–Memoria constructiva. Describirá las soluciones técnicas adoptadas al incluir documentación de la sustentación del edificio (es decir, las características del suelo); sistema estructural (cimentación, estructura horizontal y portante); sistema envolvente de la nave (definición de esos componentes y descripción de su comportamiento ante su propio peso, viento, fuego, evacuación de agua, humedad, su propio uso…); sistema de compartimentación (definición, comportamiento ante el fuego, aislamiento acústico…); sistemas de acabados, sistemas de acondicionamiento e instalaciones (protección contraincendios, red eléctrica, fontanería, ascensores, vías y métodos de evacuación de los residuos, ventilación…); equipamiento (baños, cocinas, equipamiento industrial…).
–Justificación del cumplimiento del Código Técnico de Edificación. Justificación de seguridad y protección (estructural, de utilización, en caso de incendio…), ahorro de energía, protección acústica, y otros aplicables.
b) Planos. Tantos como sean necesarios. De emplazamiento, de urbanización, de cubiertas, de secciones, de estructura, de instalaciones…
c) Anexo de la memoria. No te cortes. El proyecto contendrá tantos anejos como haga falta para definir y justificar las obras: información geotécnica, protección contraincendios, instalaciones del edificio, cálculo de la estructura, estudio de impacto ambiental, eficiencia energética, plan de control de calidad, y, según sea el caso, un estudio básico o un estudio de seguridad y salud.
d) Pliego de condiciones. Incluye en pliego de cláusulas administrativas, disposiciones (generales, facultativas, económicas, técnicas), prescripciones sobre los materiales, sobre la ejecución de la obra, y también sobre las verificaciones necesarias en el edificio terminado.
e) Mediciones. Las descripciones técnicas necesarias para la especificación y valoración.
f) Presupuesto. Se indicará el aproximado y el detallado. El precio de un proyecto depende, lógicamente, de su magnitud. El llamado presupuesto de ejecución material (PEM) es el del coste de la construcción (preparación del solar, cimientos, estructura, cubiertas, cerrajería e instalaciones, entre otros). Además, debes tener en cuenta las tasas administrativas (dependen de cada Ayuntamiento, pero suelen ser un 2% del PEM), los honorarios del proyectista (un 4% del PEM) y los impuestos (un 4-6% del PEM).
Una vez concluido el proyecto de la nave industrial, será visado por el colegio oficial al que pertenezca el proyectista, y luego se entregará a la administración local que corresponda para la obtención de los permisos y licencias.
Normativa y requisitos del proyecto nave industrial
La actividad de la construcción, independientemente del sector del que se trate, está especialmente regulada. Su importancia económica y social, y las especiales características de su función (vivienda, ocio, comercio o actividad industrial) hacen que la Administración se implique especialmente en su control.
De ello depende tanto la habitabilidad, confort y seguridad de los usuarios, como el deseado desarrollo sostenible y la protección ambiental, así como la gestión urbana. En la construcción de la nave industrial no puede ser menos.
–Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo, por el que se aprueba el Código Técnico de la Edificación. El Código Técnico de Edificación constituye el marco normativo de las exigencias de calidad que deben cumplir los nuevos edificios. Este texto es fundamental para responder a la demanda de protección, seguridad, calidad y desarrollo sostenible de la sociedad. En el Anejo I encontrarás la relación de contenidos indispensables que debe contener tu proyecto de nave industrial.
–Ley 38/1999, de 5 de noviembre, de Ordenación de la Edificación. La Ley de Ordenación de la Edificación regula los aspectos esenciales de la edificación en España. Establece obligaciones y responsabilidades de los agentes que intervienen en la edificación, así como las garantías para su desarrollo. El objetivo es garantizar la calidad de las construcciones. Entre otros tipos de edificios, esta ley también regula el proyecto y construcción de las naves industriales (el artículo 2.1.b las recoge).
–Real Decreto 2267/2004, de 3 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de seguridad contra incendios en los establecimientos industriales. Asegurar la protección de las personas en las instalaciones industriales debe ser una prioridad, y los incendios suelen ser uno de los mayores peligros posibles. Este reglamento se encarga de establecer y definir los requisitos que los establecimientos e instalaciones industriales deben cumplir a este respecto. Aquí encontrarás las disposiciones legales de seguridad, prevención, respuesta y extinción en caso de incendio.
–Real Decreto 1247/2008, de 18 de julio, por el que se aprueba la instrucción de hormigón estructural. Ningún aspecto de la construcción debe quedar sin regulación, y uno tan importante como la estructura de hormigón no va a ser menos. Con esta instrucción se regula el proyecto, ejecución y control de las estructuras de hormigón para lograr la seguridad de las propias construcciones y de sus usuarios.
–Real Decreto 235/2013, de 5 de abril, por el que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios. Un aspecto importante que debes considerar es el del ahorro de energía y el cumplimiento de las normativas sobre eficiencia energética. Esta ley establece cómo conseguir la certificación al respecto para tu nave industrial.
–Normativa autonómica y municipal. Tantos las Comunidades Autónomas como los municipios establecen sus propias normativas de construcción que afectan al proyecto de una nave industrial, sumando sus disposiciones a las de carácter estatal. No son iguales entre sí, así que conviene que estés atento a las que afecten a tu localidad si quieres construir una nave industrial. Por ejemplo, podrían sumar algunos puntos de cumplimiento indispensable en la obra, o podrían señalar un contenido que debe incluirse en el proyecto además del señalado en el Código Técnico de la Edificación.
¿Qué es el proyecto nave industrial?
No puedes construir un edificio a la ligera. No se trata de localizar un terreno y alegremente levantar paredes y pisos al capricho. Ni siquiera se trata de hacer eso con un buen plano de arquitectura o ingeniería detrás. Al menos, dentro de la legalidad. Te hará falta algo más que un terreno, material y planos de obra. Necesitarás garantías de protección y seguridad del propio edificio, de los agentes constructores y de los posteriores usuarios.
Una nave industrial no va a ser menos. Para erigirla, precisarás cumplir un complejo trámite que incluye un proyecto de estructuras de una nave industrial, un documento legal que recoja ciertos parámetros de interés que justifiquen la construcción y la expliquen.
El proyecto de nave industrial es el documento necesario para que puedas ejecutar la construcción de la nave, que tendrás que cumplir con la normativa vigente. Este proyecto se puede realizar para una nave industrial genérica o que considere desde el principio la actividad final a la que será destinada. Por ejemplo, una nave agrícola, una nave ganadera o una simple nave de almacén.
Realizar este proyecto es una labor compleja que obliga a tener amplios conocimientos técnicos. Por eso, es obligatorio que quede en manos de un verdadero profesional, como puede ser un arquitecto o un ingeniero, que puede ser un proyectista independiente o pertenecer a una empresa especializada. Estos profesionales redactarán el proyecto de la nave industrial, que valorará las características de la nave.
Desde el punto de vista técnico, el proyecto valorará y expondrá su viabilidad y seguridad. Desde el punto de vista administrativo, el proyecto es el paso previo e indispensable para obtener los permisos y licencias requeridos para la ejecución de las obras y la recepción de las mismas. Es decir, si la construcción es buena y segura técnicamente, obtendrá la aprobación necesaria para ser ejecutada. Si el proyecto no verifica su idoneidad, o si no hay proyecto, no habrá permiso de ejecución y esta no podrá hacerse. Queda así clara la importancia de este documento. Un buen trabajo lleva a un buen proyecto, y este a una buena obra legal.
Cabe destacar que existen dos tipos de proyectos.
Por un lado está el proyecto básico. En este se definen las características generales de la obra y sus prestaciones. Esto se hace adoptando y justificando soluciones concretas. Solo incide en el aspecto urbanístico y en el control de la legalidad urbanística de la obra en cuestión. Es un proyecto «preliminar» que no recoge todas las obligaciones, por lo que sirve para conseguir licencia municipal de obras, pero no es suficiente para poder empezar la construcción de la nave industrial.
El proyecto de ejecución se realiza a partir del proyecto básico, ampliándolo y definiendo a la obra en su totalidad. El proyectista integrará los documentos necesarios que completan al proyecto básico (detalles y especificaciones de todos los materiales, elementos, sistemas constructivos y equipos) de manera que ya cumpla todos los requisitos legales verificables para la ejecución de la obra.
Cuanto cuesta proyecto nave industrial
La construcción de una nave industrial requiere un proyecto técnico detallado que debe ser elaborado por profesionales cualificados. Este proyecto es esencial tanto para definir las características constructivas de la nave como para cumplir con las normativas vigentes. Los factores que influyen en el costo de un proyecto de nave industrial incluyen la ubicación, tamaño de la nave, uso que se le dará (almacenaje, producción, logística), y los requerimientos específicos del cliente.
En general, el precio de un proyecto para una nave industrial puede variar significativamente. Como referencia, el precio medio del proyecto puede oscilar entre los 6.000 y 12.000 euros. Para una nave de tamaño estándar, el coste puede rondar los 8.000 euros, mientras que para naves más grandes o con requerimientos específicos, el precio puede aumentar.
Es importante tener en cuenta que estos precios son aproximados y que el coste final estará determinado por la complejidad del diseño y las tasas correspondientes, incluyendo los honorarios del arquitecto o ingeniero, y el presupuesto que estos profesionales establezcan de acuerdo a sus tarifas y la amplitud del trabajo a realizar. Por tanto, se recomienda solicitar varios presupuestos para obtener una estimación precisa que se ajuste a las necesidades específicas del proyecto en cuestión.
