Como he podido comprobar reciente y lamentablemente, de forma reiterada, reformas en viviendas particulares en las que, aunque se utilicen materiales de acabados con un coste aproximado de 100 euros por metro cuadrado, no se ha hecho un cambio adecuado de las ventanas, algo que puede suponer un hogar energéticamente eficiente.

Estas ventanas “nuevas” están equipadas con vidrios simples de aluminio sin puente térmico y se instalan en un cerramiento con una transmitancia térmica de 1.3 W/m²K. Conociendo la zona, puedo afirmar que el valor de transmitancia térmica del hueco es de 5.7 W/m², mientras que el Código Técnico de la Edificación establece un máximo de 0.49 W/m² para la envolvente y de 2.1 W/m² para los huecos en esta zona climática. Es posible por la mitad del precio anterior llegar a esos valores de confort sin menospreciar la estética.

Hogar energéticamente eficiente

He observado una tendencia generalizada a realizar una inversión media de unos 6.000 euros, sin IVA, para instalar un sistema fotovoltaico en el tejado. Esta instalación puede llegar a generar más de 7.000 kWh anuales si se tiene una buena orientación. Sin embargo, estas viviendas siguen contando con vidrios simples, sistemas de calefacción y agua caliente sanitaria con calderas de gasóleo, y sin ninguna bomba de calor. El problema radica en que, técnicamente, no estamos invirtiendo en la eficiencia energética de la vivienda, sino en la “infraestructura de red eléctrica”, porque estamos produciendo electricidad en el extremo final de una red que, en cierta medida, le compensa las pérdidas de carga.

¿Realmente estamos mejorando la eficiencia energética de la vivienda?

Hagamos una reflexión: lo que buscamos en una casa es que sea nuestro hogar, un lugar que ofrezca confort y calidad de vida.

Siempre pongo un ejemplo a mis clientes de que la mejor casa sería como una “cueva”, en la que el “microclima” interno permaneciera constante durante todo el año. De alguna manera, sin despreciar aspectos importantes como la ventilación y la iluminación o el ruido, el hogar energéticamente eficiente perfecto sería aquel en el que no fuera necesario usar equipos de refrigeración o calefacción. Esto indicaría que la vivienda mantiene un clima estable, sin verse afectada por las condiciones externas.

Lograr esto en la práctica es muy difícil, ya que depende, primero, del lugar y, segundo, de la orientación de la vivienda. Sin embargo, podemos mejorar la eficiencia energética a través de la envolvente, es decir, todos los elementos que nos separan del exterior: muros, suelos, techos, particiones y medianeras. A lo largo del artículo hemos mencionado la transmitancia térmica, que refleja la capacidad de un elemento, ya sea una fachada, una ventana, un suelo o un tejado, para permitir el paso de la energía.

hogar energéticamente eficiente

Muchos clientes consideran cambiar las ventanas, y todos entienden la diferencia entre una ventana con vidrio simple y una con doble vidrio, a menudo conocida por la marca «Climalit» pero desconocen valores como la transmisividad térmica o factor solar. Sin embargo, es importante mencionar que, en algunos casos, este tipo de ventana está desactualizada y no ofrece el mejor rendimiento.

Solicitar la transmitancia térmica de las ventanas al fabricante es un deber para mirar por nuestro hogar. Es más, debemos ser exigentes y que el fabricante nos de el valor de cada ventana, bien a través de un ensayo o el correspondiente cálculo matemático. Es curioso como para comprar un coche conocemos la potencia del motor, el cubicaje… pero de nuestro hogar no nos tomamos la molestia de conocer esos valores que son vitales. Sin embargo, la palabra kwh, placas solares, tiene mayor relevancia que el cambio de ventanas o la mejora de la envolvente como puede hacerse una fácil comparación en Google Trends.

¿Cómo actualizo mi casa a un hogar energéticamente eficiente?

No es que no sea partidario de la inversión en fotovoltaica, solo es que si tienes la capacidad económica para hacer una inversión el primer paso es ampliar el conocimiento sobre tu casa. En esto puede venir muy bien contar con un técnico que elabore una inspección de la vivienda con una visita y lo plasme sobre un certificado de eficiencia energética.

Puede ser el punto de partida para poder empezar a poner las cosas sobre su sitio. Una porque se te informara de los valores que se le van a asignar a la envolvente teniendo en cuenta las orientaciones de la vivienda y te puede asesorar sobre las mejoras, en cuanto a la elección de los materiales que pueden dar lugar a una mejor envolvente. Si bien tendemos a primar la estética, no debemos hacer como el ejemplo al inicio del artículo, olvidándonos completamente de la eficiencia energética.

De más de mil certificados realizados, muy pocos clientes han sido exigentes en cuanto a la definición de la envolvente. Un ejemplo que me llamó mucho la atención fue un cliente que había decidido hacerse el solo la reforma de su casa, le puso mucho cariño, hasta el punto de que había colocado 15 centímetros de lana de roca en una de las habitaciones de la planta superior sobre las que contaba una cubierta inclinada, solo tener en cuenta ese elemento cambiaba radicalmente la clasificación en el consumo de energía primaria no renovable. 

La importancia de la concienciación y la asesoría profesional

En resumen, es esencial que antes de tomar cualquier decisión sobre mejoras en tu hogar, te informes y entiendas cómo cada componente de la vivienda afecta su eficiencia energética. No basta con invertir en lo que está de moda o en lo que parece más sencillo. Un hogar energéticamente eficiente es aquel en el que se ha tenido en cuenta cada detalle de la envolvente térmica, desde el tipo de ventanas hasta el aislamiento de muros y techos.

Es comprensible que la estética juegue un papel importante en las decisiones de reforma, pero no debe ser el único criterio. Una casa bonita puede no ser un hogar energéticamente eficiente, lo que a largo plazo implica un mayor gasto energético y menor confort. Por eso, es fundamental equilibrar la belleza con la funcionalidad y la sostenibilidad.

Para aquellos que no tienen un conocimiento profundo sobre estos temas, contar con la ayuda de un técnico especializado puede marcar una gran diferencia. Un certificado de eficiencia energética no solo es un documento obligatorio en muchos casos, sino también una herramienta valiosa para comprender mejor las características de tu vivienda y las áreas que necesitan mejoras.

Finalmente, me gustaría animar a los lectores a que se conviertan en esos clientes exigentes que demandan lo mejor para sus hogares. Invertir en la envolvente térmica y en la eficiencia energética no solo es una decisión inteligente desde el punto de vista económico, sino también una contribución significativa al bienestar global, al reducir el consumo de energía y, por ende, el impacto ambiental.

Apostar por un hogar energéticamente eficiente es apostar por un futuro más sostenible y confortable para ti y para las generaciones venideras. Cada pequeño paso, desde la elección de las ventanas hasta la planificación de las reformas, cuenta. Así que no subestimes la importancia de estos detalles y conviértete en un defensor activo de la eficiencia energética en tu propio hogar.

Manuel Carmona Jurado
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