- Visita el barrio del piso a distintas horas del día. De día los fantasmas desaparecen, pero por la noche, un barrio suele ofrecer su cara verdadera. No te dejes influir por las modas del momento, ni siquiera por los precios. Un piso de 50.000 euros en el centro de Madrid puede ser un auténtico desastre que te provoque un chorreo de dinero constante a base de derramas, que lo convierta en uno de 125.000 € en varios años. Ten claro qué es lo que buscas y no te dejes seducir por ofertas. Eres tú el que escoge, no el vendedor.
- Cuando visites el piso, presta especial atención a la orientación del mismo. La Este-Sureste es la mejor durante todas las épocas del año. La Oeste es buena en invierno, pero en verano sufre de un asoleo demoledor. La Sur también es buena, si se presta especial atención a los elementos que generen sombra. Orientaciones como la Noroeste-Norte-Noreste son proclives al gasto energético, sobre todo en viviendas usadas.
- Cuando visites el piso, no solamente utilices la vista, sino el resto de los sentidos. Un olor a humedad delata que algo pasa, tocar las paredes puede desenmascarar alguna grieta imperceptible u otra mancha que pasaba desapercibida. Escucha en silencio los ruidos que puedan venir de la calle o de los edificios colindantes, eso te dará señales sobre el estado del aislamiento. Y, por supuesto, analiza el estado de todos los elementos del piso, tanto fijos como de instalaciones, tipo de ventanas, grueso de muros… En un futuro no es descartable que los compradores de pisos se hagan acompañar por un técnico que les asesore convenientemente de la conveniencia del inmueble o no.
- Consultar el planeamiento urbanístico que afecta al inmueble. Estos documentos suelen estar colgados en formato pdf o interactivos en las páginas web de los Ayuntamientos. En el caso de que no sea así, hay que pedir cita con el departamento de Urbanismo o con el arquitecto municipal, y solicitar dicha información. ¿Por qué? Para averiguar si el edificio está afectado por un inminente plan urbanístico, cambio de alineación, Plan de Reforma Interior, etc. No es muy agradable encontrarse con la sorpresa de que tu vivienda recién adquirida en un plazo de escasos años va a ser expropiada por la apertura de una avenida. De acuerdo con que el propietario anterior o la agencia debía haberte avisado, y que han incurrido en dolo, pero no está de más realizar esta gestión previa o encargarla a alguien experto en la materia que la realice.
- Informarse del estado actual del inmueble. Este consejo vale sobre todo para viviendas de segunda mano. En este caso, es probable te toparás con el hermetismo de muchos vecinos y del propietario. Cuando visites el piso, piensa que aunque reluzca a la vista por una espléndida reforma, puede haber defectos precisamente tapados por el yeso que todavía está húmedo. Pregunta sin temor si el piso tiene aluminosis. Muchas veces, aunque te digan que no, los gestos faciales del vendedor delatan la verdad. Visita otros pisos del edificio pidiéndoselo a los vecinos. Mucho ojo con barrios afectados por la aluminosis, entérate de si el del piso deseado ha padecido esa plaga. Si es potencialmente candidato, no temas pedir una cata. Los vendedores quieren vender, y si realmente quieren cerrar la operación, se harán cargo del coste de ese análisis de laboratorio.
- Pedir el certificado energético y la cédula de habitabilidad, y si no están tramitados, supeditar la compra del inmueble a la realización de esos trabajos por parte de la parte vendedora, por supuesto. No en pocas ocasiones me han llamado potenciales compradores de pisos a los que la agencia de turno les pedía que realizasen por su cuenta el certificado energético y cédula, algo que es una mala praxis manifiesta y que surge de una clara ilegalidad, porque cualquier piso a la venta o alquiler debe tener TODOS los documentos en regla. En cuanto a la ITE, según la antigüedad del inmueble y la comunidad autónoma, es también obligatoria. Infórmate en la agencia, como siempre, y contrasta con la opinión de un técnico independiente.