La subdivisión de un terreno consiste en partir un terreno en dos o más lotes, y debe ser solicitada siempre por el titular registral del mismo.
Existen dos operaciones de subdivisión de fincas muy parecidas. Son la segregación y la división. Un proyecto de segregación consiste en separar de la finca originaria o madre una parte o porción para que por sí sola constituya parte independiente. En los proyectos de división las fincas resultantes son más de una y no queda finca “resto”.
Proceso y costes de un proyecto de división
Lo primero que habría que hacer sería un proyecto de segregación. Los encargados de ello son un arquitecto en caso de fincas urbanas, un ingeniero agrónomo en caso de fincas agrarias, un ingeniero industrial en caso de terreno industrial o un ingeniero forestal o de montes si fuese un terreno forestal.
Dicho proyecto suele consistir en una memoria y unos planos acotados acerca del terreno en cuestión. Además necesitamos una licencia de parcelación.
Hablando de gastos, a los honorarios que se le deberán pagar a dicho profesional (los cuales no suelen ser elevados). Por poner una cifra orientativa diríamos entre 100 y 250 euros (siempre hablando de manera general y para un terreno que no tenga una gran extensión).
Una vez se tenga el proyecto, se procederá a presentarlo al ayuntamiento correspondiente, así como al catastro y ante Hacienda y a liquidar el Impuesto de Transmisiones y Actos Jurídicos Documentados, el cual varía dependiendo de la comunidad autónoma en la que nos encontremos (en Asturias es el 1,2% del valor del terreno).
En la segregación el impuesto recae sólo sobre el valor la finca segregada, y en la división el impuesto recae sobre el valor de toda la finca.
El coste del notario para firmar las nuevas escrituras
Por último, se deberán redactar de nuevo las escrituras ante un notario, el cual también cobrará la minuta correspondiente. Los notarios aplican un arancel fijo que estableció el Gobierno en 1989 y que desde entonces no se ha revisado. Se puede consultar en el BOE, y como dato son los más baratos después de los de Portugal en la Unión Europea.
Como puede verse, un proyecto de división no es un proceso muy costoso pero sí que requiere desembolsar una cantidad de dinero que el titular deberá valorar si le compensa o no.