Con el objetivo de obtener neutralidad climática, la nueva Directiva de Eficiencia Energética de la Edificación ha propuesto una nueva medida. A partir del 2030 todas las viviendas tendrán que tener una calificación energética mínima de letra E. En los siguientes 3 años el certificado energético mínimo requerido subirá hasta la letra D. Todo ello quiere proponer una limitación en la venta de viviendas según su calificación energética.
¿Cuándo se implantará la nueva medida de eficiencia energética?
La medida que limita la venta de viviendas según su calificación energética no se implantará hasta el año 2025. Se empezará a aplicar en varios países, en un periodo de 24 meses. Antes los Estados miembros deberán certificar que todas las viviendas nuevas en ese año, sean de cero consumo.
Cambio en el mercado por la clasificación energética
El principal cambio que se pretenden implantar para el futuro es que cada vez más compradores y vendedores tengan en mente la calificación energética como uno de los factores determinantes a la hora de comprar una vivienda.
Se establecerá un plan de seguimiento hasta 2050, analizando cómo la norma se adapta, con el objetivo de conseguir un lugar con edificios de viviendas que no desprenden ninguna emisión.
Transformación en la directiva
La unión europea ha empezado a trabajar con las nuevas ideas incorporadas en los textos:
- Edificio cero emisiones: en 2050 deben pertenecer los inmuebles comunitarios a esta sección, haciendo desaparecer los pocos edificios con consumo.
- Potencial de Calentamiento Global del edificio: se recoge gracias a este cálculo toda la vida útil del edificio desde su diseño, construcción, mantenimiento y reformas, hasta su demolición.
- Pasaporte renovación energética: documento creado para que propiedades que no abordan toda la reforma de rehabilitación energética en una sola fase puedan aprobar un plan de acción.
- Planes Nacionales de Renovación: es la hoja de ruta de las medidas de cada Estado miembro para alcanzar los objetivos nacionales.
Fechas para la nueva directiva
Para edificios de nueva construcción:
- 1 de enero de 2026 constarán de cero emisiones todos los edificios públicos o por la Administración Pública.
- 1 de enero de 2028 los edificios no públicos de construcción nueva serán de cero emisiones.
Para edificios ya presentes:
- En la fecha del 1 de enero de 2027 todos los edificios públicos deberán tener letras E como mínimo, para el 2030 cambiará a la letra D.
- En el caso de edificios privados residenciales, tienen las mismas características y exigencias que en los públicos existentes.
- Por último los residenciales, la fecha cambia, en comparación con los anteriores, el cual para el 1 de enero de 2030 constaran de la letra mínima E, y en 2033 una mínima de D.
¿Qué ocurre si no lo cumplen?
Todavía no existe ninguna sanción creada por parte de la legislación española. Cada Estado propondrá una serie de condiciones a cumplir.
Ayudas
A lo largo de la redacción de la nueva directiva se destaca la necesidad de utilizar recursos europeos para afrontar la transformación. De forma que los ciudadanos hagan frente la menor carga posible. Por el momento, se han mencionado hipotecas verdes, préstamos con condiciones especiales y subvenciones. Sin embargo, todavía no hay ninguna ayuda específica.
Cuentan con tres grandes fuentes de financiación:
- Fondos de Recuperación Transformación y Resiliencia (Next Generation).
- Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).
- Fondo Social para el Clima (que se creó junto a todo el Paquete Climático).
Mercado en España
El sector de edificaciones en España se queda muy atrasado, con un modelo de viviendas obsoleto debido a la antigüedad de estas. Contamos con el 80% de edificios y viviendas con un certificado energético de E, F o G.
La situación supone un gran trabajo de cambio. Suena esperanzador que miles de comunidades de propietarios españolas ya están aprovechando los importes inyectados por los Fondos Next Generation, mientras que en el resto de Europa sigue negociando cómo plantear la estrategia.
Aún así, la falta de concienciación social hace que a día de hoy parezca imposible cumplir el objetivo marcado para 2030.