Los calorímetros, como su propio nombre indica, son instrumentos que sirven para medir las cantidades de calor suministradas o recibidas por los cuerpos. Hay muchos tipos de calorímetros (adiabático, de carga seca, microcalorímetro, etc.), pero vamos a centrarnos de forma más específica en los calorímetros para calefacción, pues son los que van a ayudar directamente al ahorro energético en nuestras viviendas.
La medición individual de la energía consumida en cada vivienda va a proporcionar un ahorro energético en muchas familias que actualmente pagan gastos de comunidad exagerados y no adecuados al uso que ellos deberían hacer de la calefacción. De ahí que a día de hoy se plantee como algo imprescindible modificar las instalaciones centralizadas e incorporar calorímetros de calefacción central, bien por vivienda o individuales en cada radiador, según la antigüedad de la instalación lo permita.
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Problemas de la calefacción central
En muchas comunidades con calefacción central, donde la caldera es comunitaria, se marca un horario durante el cual se enciende la caldera y funciona la calefacción central. Generalmente, todo el mundo enciende en ese momento los radiadores (o los deja siempre encendidos), incluso si van a estar todo el día fuera trabajando, pues quieren tener la casa caliente al llegar.
¿Pero no resulta completamente absurdo estar calentando el aire durante 10 horas si sólo vamos a hacer uso de la vivienda las dos últimas? La respuesta de muchos es: “Total, voy a pagar lo mismo”. No es más que una muestra de nuestro egoísmo, de la gente que piensa que por ahorrar ellos energía van a estar ahorrándosela a todos sus vecinos, pero que ellos apenas lo notarán en su factura.
Pero, ¿y si cada minuto que permanece encendido un radiador repercutiese directamente en nuestro bolsillo? Seguro que nuestros hábitos cambiarían radicalmente.
Normativa
De ahí que la normativa (para viviendas con calefacción central) obligue antes del 1 de enero de 2017 a tener instalados dispositivos de medición individuales en cada vivienda, para facilitar la lectura y liquidación de los costes de calefacción por vivienda.
Estos calorímetros de calefacción o “repartidores de costes de calefacción”, son unos dispositivos que se vienen utilizando desde hace muchos años en otros países europeos, y que permiten la medición del calor emitido por cada radiador. Una vez instalados en el radiador, sus consumos se recogen telemáticamente, por lo que no es necesaria una lectura física de los mismos.
¿Cómo funcionan estos calorímetros?
Estos calorímetros deben cumplir con el marcado CE y la normativa UNE EN 834:1994, y su funcionamiento es sencillo.
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Los calorímetros miden dos temperaturas: la del radiador y la del ambiente, entendiendo que la calefacción está en marcha cuando la diferencia entre ambas es muy elevada. Si es menor de 4 grados, el calorímetro entenderá que la calefacción no está funcionando.
Además, el calorímetro establece una diferenciación por estaciones, empezando a medir consumos cuando la temperatura supera los 40 grados en verano, o los 29 grados en invierno.
¿Venta o alquiler de calorímetros?
Existen dos posibilidades a la hora de instalar estos medidores en las viviendas: la venta o el alquiler. En cualquiera de los casos, la instalación debería ser gratuita.
Lo más habitual resulta el alquiler, que puede salir a una media de unos 5 euros al mes por vivienda.
Aunque otra opción es la compra de los calorímetros. El precio dependerá de la compañía instaladora, pero como referencia, hay que tener en cuenta que el gasto empezará a ser amortizado a partir de unos dos años.
Lo que es seguro, es que aunque parezca que es otro gasto más a sumar a nuestra vivienda, nada más lejos de la realidad. Al instalar medidores individuales en cada vivienda, el ahorro energético empezará a ser inmediato y por fin cada uno pagará por lo que consume, adaptando su consumo a sus horarios, su modo de vida o sus necesidades particulares.