Los sujetos obligados a hacer frente a la liquidación del IBI son los propietarios de todos los inmuebles. Se trata de un tributo de índole municipal, por lo que corresponde a los Ayuntamientos tramitar y recaudar dicho impuesto. Efectivamente, es una de las principales fuentes de ingreso de dichos organismos.
Tener una piscina de obra en el jardín de tu casa implica que es objeto de gravamen del Impuesto de Bienes Inmuebles sobre esta. No es lo mismo tener un terreno sin nada a que se haya construido una piscina. Por ello, es importante conocer el IBI de una piscina.
Desde hace algunos años, Hacienda utiliza instrumentos como el análisis de imágenes por satélite y los drones para localizar a quien haya realizado reformas o ampliaciones en su vivienda y no las haya declarado.
¿Has montado una pequeña piscina en tu propiedad? Pues ojo, porque dotarse de estas instalaciones sin informar a las autoridades es uno de los aspectos que centran la atención de los inspectores. Contar con una zona para refrescarse en casa no saldrá gratis: al coste de instalación habrá que sumar el impuesto por tener piscina y, en caso de que no esté declarada, el de regularización.
Calcular la cuota del IBI
La cuota del IBI es el resultado de un cálculo bastante complejo, que se basa fundamentalmente en, por una parte, el valor catastral de la propiedad, y por otra, en el coeficiente a aplicar que marca cada ayuntamiento.
El valor catastral, que no podría superar el 50% del valor de mercado de cada inmueble concreto, se calcula en función de numerosas variables, como su situación, su antigüedad, el coste de las reformas que hubiese tenido, su estado de conservación, etc.
El coeficiente a aplicar por cada consistorio viene marcado por el Gobierno Central, que establece un margen dentro del cual debe estar (actualmente el margen se sitúa entre el 0,4 y el 1,3% de su valor catastral)
Cada ayuntamiento puede aplicar si así lo considera, una serie de facilidades o bonificaciones en función de diferentes requisitos como pueden ser la renta de las familias.
Valor catastral de una piscina
Para llegar al valor catastral de un bien concreto se parte de un complejo procedimiento administrativo que se basa principalmente en estudios de mercado inmobiliario llegando a un valor resultante.
En el caso concreto de una piscina, para llegar al valor catastral se estudian variables como pueden ser el tipo de piscina, la superficie de la misma, la profundidad, los materiales de que está construida, la valorización del terreno una vez hecha, etc.
Si no estamos de acuerdo con el valor catastral que le han asignado a cualquiera de nuestras propiedades, podremos impugnar dicha valoración en los plazos establecidos para ello.
Para que una piscina cumpla a efectos de tributación, su incorporación a una propiedad debe figurar en el registro catastral. De hecho, cualquier modificación de uso en una propiedad, así como nuevas construcciones, rehabilitaciones y reformas, se tienen que poner en conocimiento del Catastro que, así, ajustará el valor catastral y, con él, hará lo propio el IBI.
Para notificar esta nueva instalación que, por lo general, requiere de la concesión de licencia de obras por parte del Ayuntamiento, será necesario presentar el modelo 902-N por cualquiera de las vías disponibles, junto con la documentación exigida.
Quien se dotara de una piscina y no siguiera este trámite puede ser sorprendido en las inspecciones impulsadas por Hacienda. En ese caso, tendrá que hacer frente a una tasa de regularización de la piscina de 60 euros, además de tener que ponerse al día con los impuestos dejados de abonar. El ajuste del valor de la propiedad en el catastro afectará además a los impuestos a liquidar en adelante.
¿Tiene que pagar IBI una piscina desmontable?
El procedimiento impulsado para detectar alteraciones en propiedades no declaradas no ha estado exento de polémica. En ocasiones se han confundido piscinas hinchables con piscinas de obra. Tratándose de actualizar el valor catastral solo por instalar una de estas estructuras desmontables.
Si no estás de acuerdo con el proceso de regularización catastral puedes recurrir ante el Tribunal Económico Administrativo o ante la Gerencia del Catastro. Este proceso ha tenido un especial impacto en la comunidad de Murcia, Baleares y Cataluña.
El mejor consejo es hacer las cosas bien desde el principio: pedir un proyecto técnico de piscina, una licencia de obras y registrar su construcción. En caso de no hacerlo así, podrías pedir una legalización de piscina posterior a su construcción.