Ya hemos hablado en anteriores artículos sobre la declaración responsable, en qué se parece y en qué se diferencia de la comunicación previa. En este artículo vamos a recapitular toda la información útil necesaria, poniendo énfasis en el punto de vista del ciudadano de a pie.

¿Qué es la declaración responsable?

La declaración responsable es un procedimiento mediante el cual un ciudadano declara ante una administración unos hechos para llevar a cabo una acción. Por ejemplo, sirve para abrir un negocio, hacer obras, traspasar una actividad, etc. 

Antiguamente (hace más de 10 años) todos los procedimientos administrativos, especialmente en el campo que nos ocupa, el urbanismo y la edificación, se solicitaban mediante licencia. Es decir, el ciudadano presentaba una documentación a la administración y tenía que esperar a que dicha administración le concediera una licencia. Esta licencia iba a la cola de todos los expedientes presentados y podía tardar varios meses e incluso años.

Al ver que este procedimiento era un engorro, los organismos europeos elaboraron directivas para agilizar estos trámites que se transformaron, a nivel estatal, en la “Ley 12/2012, de 26 de diciembre, de medidas urgentes de liberalización del comercio y de determinados servicios” y a nivel autonómico, por ejemplo, en la “LEY 9/2013, de 19 de diciembre, del emprendimiento y de la competitividad económica de Galicia”. 

Los ayuntamientos tuvieron que adaptarse a estas leyes e implantar en sus procedimientos el sistema de declaración responsable y el de comunicación previa.

La declaración responsable se implanta, entre sus principales finalidades, para la apertura de actividades inocuas en locales de menos de 300 m². También se implanta para la realización de obras que no requieran proyecto

Los ayuntamientos u otras administraciones han creado modelos de solicitud en los que el ciudadano declara responsablemente cumplir una serie de requisitos o estar en posesión de cierta documentación, para que no haya lugar a dudas con los requisitos necesarios para realizar el trámite solicitado.

Aun así, las cosas no son siempre blancas o negras, por lo que siempre existirán casos tangenciales en los que no esté claro si el trámite es mediante licencia o mediante comunicación previa. Incluso, a veces, no sabemos ni tan siquiera si hay que realizar un trámite o no.

¿Necesito licencia o declaración responsable?

Existen ciertos trámites administrativos, en apariencia sencillos, que requieren todavía de una licencia y que, por lo tanto, se alargan más de lo necesario. 

Por ejemplo, es el caso de los vados o el caso de las terrazas de los locales de hostelería. También puede ser el caso de ciertas obras que afecten a la fachada o a la vía pública, como la apertura de nuevas ventanas, cambio de cubierta (sin afectar a la estructura), colocación de rótulos, toldos, etc., que requerirán de licencia, pero no de proyecto. 

Este tipo de trámites, por afectar a la vía pública, requieren el trámite de licencia, sin embargo, no requieren la realización de ningún proyecto, a lo sumo de unos planos y una memoria, dependiendo del ayuntamiento. 

Por otro lado, existe el caso contrario. Ciertos procedimientos que se tramitan como comunicación previa pueden exigir un proyecto técnico completo, incluida dirección de obra, visado, etc. 

Puede ser el caso de reformas interiores que cambien la distribución de la vivienda, restauración de fachadas, patios o terrazas, obras puntuales de consolidación estructural, instalación de antenas, o cualquier otro procedimiento que regule el ayuntamiento correspondiente como declaración responsable.

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A veces, ni siquiera está claro si una obra requiere proyecto o no, lo que implicaría un tipo diferente de trámite, licencia o comunicación previa. 

Por ejemplo, las obras interiores de una vivienda suelen establecerse como obras menores, pero ¿qué pasa si tiramos un tabique para unir dos habitaciones, o si abrimos un hueco en el forjado, o si cambiamos las correas de cubierta? Cambiar la distribución de la vivienda afecta a las normas de habitabilidad, por lo que puede requerir un proyecto. Igualmente, pasa si modificamos un elemento estructural, ya sea un forjado, una vigueta o una escalera. 

En caso de duda, puedes consultar el tipo de trámite correcto en tu Ayuntamiento o preguntarle a tu técnico de confianza.

Otras veces, un trámite que comienza siendo una declaración responsable acaba tramitándose como licencia. Puede ser que el ayuntamiento considere que tus obras necesitan proyecto, o que el local en el que quieres intervenir esté en un edificio protegido y no lo sabías. O que lo que creías que era un proyecto de actividad (en el que se mantiene el uso del local, por ejemplo, comercial) sea en realidad un cambio de uso (en el que se pasa de un uso comercial a uso público como, por ejemplo, un gimnasio).

¿Cómo hacer la declaración responsable?

Antes de nada tienes que cerciorarte de cuál es el modelo oficial para solicitar el trámite que quieres. Muchos organismos tienen sus impresos oficiales colgados en internet, e incluso se pueden entregar de manera telemática, como suele ser el caso de las comunidades autónomas y de muchos ayuntamientos. Pero puede que haya algunos ayuntamientos que no tengan todos sus impresos publicados y nos tengamos que acercar a sus oficinas a solicitar el impreso correspondiente.

En el impreso de declaración responsable correspondiente, el solicitante tiene que declarar y cubrir una serie de puntos conforme cumple una serie de requisitos, además de declarar que entrega una serie de documentación. La documentación a entregar será solicitada, normalmente, por el empleado del registro al que le entregues la solicitud. En todo caso, si no entregas cierta documentación, te la van a solicitar antes o después. 

El problema viene con la declaración responsable de puntos que no cumplimos, puesto que estaríamos engañando a una administración y nos podría acarrear una infracción o la imposibilidad de ejecutar en el futuro nuestra obra o nuestro negocio. 

Por ejemplo, no puedo declarar que cumplo con la normativa de incendios o la de accesibilidad si no es verdad y ningún técnico ha declarado que es así. Tampoco puedo declarar que tengo un seguro de responsabilidad civil sobre el negocio si no lo tengo.

Por tanto, antes de presentar la solicitud, tengo que corroborar que cumplo con todos los requisitos necesarios declarados en el impreso: deberé encargar el proyecto o memoria de actividad a un técnico competente, si procede, deberé dar de alta el seguro, si procede, recopilar la documentación necesaria como DNI, título de propiedad o contrato de alquiler, etc.

Por último, deberé pagar las tasas correspondientes, en caso de haberlas, en el servicio económico oportuno del ayuntamiento o de la administración correspondiente. 

Proceso de la declaración responsable

Si se trata de la declaración responsable para realizar unas obras, a los 15 días de presentar la solicitud, siempre que no me respondan negativamente, podré empezarlas.

Esto no quiere decir que más adelante no puedan paralizarme las obras o mandarme legalizarlas, porque el problema de la declaración responsable es que el ciudadano se compromete a presentar la documentación exacta y correcta, por lo que asume toda la responsabilidad del trámite. Es decir, si hace algo mal o se excede de lo declarado, tendrá que subsanarlo después.

Si se trata de la declaración responsable para abrir un negocio sin obras, al momento después de presentar la solicitud ya podría abrir el negocio, aunque la administración podría hacerle subsanar las deficiencias en el futuro, si las hubiere.

Otros trámites regulados por el procedimiento de declaración responsable

Las comunidades autónomas regulan muchos de los trámites que antes necesitaban una autorización mediante una declaración responsable. Estos son algunos de los que existen en Galicia mediante este procedimiento:

  • Aprovechamientos madereros en montes de gestión privada.
  • Inicio de actividad de viviendas de uso turístico.
  • Inicio de actividad de viviendas turísticas.
  • Inicio de actividad de apartamentos turísticos.
  • Declaración de incidencia ambiental.
  • Prestación de servicios de actividades al aire libre.
  • Declaración de entidad de control de calidad de la edificación.
  • Actividad en una piscina.

Incluso existen procedimientos de declaración responsable, autonómicos y estatales, para multitud de trámites ajenos al urbanismo como registros de empresas o ejercicio de actividades de todo tipo.

En definitiva, la declaración responsable es un procedimiento que ha agilizado gran cantidad de trámites, especialmente en los ayuntamientos. Pero hay que tener cuidado porque nos puede generar un sentimiento de inseguridad jurídica, ya que no tenemos una licencia oficial expedida por el ayuntamiento. 

No siempre la declaración responsable es el mejor método. Desde luego es el más rápido, pero lo ideal sería que hubiese trabajadores suficientes en los ayuntamientos para poder responder a cada uno de nuestros trámites en un tiempo prudencial. Tal vez en el futuro las inteligencias artificiales revisarán toda nuestra documentación y las licencias se otorgarán al momento. Tal vez.

Silja Molist López
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