La rehabilitación energética del edificio está de moda. Cada día es más importante ahorrar en la factura de la luz, bien porque no nos fiamos de las compañías eléctricas, bien porque cada vez queremos vivir con más confort y no arruinarnos en el intento.
En este artículo vamos a explicar las medidas más habituales de ahorro energético que podemos aplicar en un edificio. Y no, no vamos a hablar de medidas de autoayuda del estilo de ponerse un jersey cuando hace frío, poner la calefacción más baja, bajar el término de potencia, apagar los aparatos cuando no los estamos utilizando, etc. Estas medidas de rehabilitación energética, por supuesto, están bien y hay que aplicarlas en la medida de lo posible, pero no son medidas de eficiencia energética sino de educación en el ahorro.
En general, para casi todas estas actuaciones existen ayudas para la rehabilitación energética incentivadas por la Unión Europea, que se tramitan generalmente a través de las Comunidades Autónomas. Si queréis medidas de mejora de la eficiencia energética personalizadas para vuestro hogar, podéis obtenerlas con el certificado energético.
Índice de contenidos
Actuaciones para la rehabilitación energética
Vamos a analizar cada una de las actuaciones de ahorro de energía que podemos implementar en un edificio o vivienda, en orden de mayor a menor impacto sobre nuestra factura. No siempre podremos hacerlas todas, y habrá que analizar cada caso específico.
1. Sistema SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior).
Como su propio nombre indica, consiste en la adición de aislamiento térmico por el exterior del edificio. Hay distintos tipos de aislamiento térmico. Lo más habitual es utilizar como base planchas de poliestireno expandido, aunque también se puede utilizar lana de roca u otros materiales. Las capas exteriores, con un espesor despreciable, sirven para dar resistencia al conjunto y dotarlo de diferentes acabados y prestaciones. Su precio puede rondar entre los 40 €/m² y los 80 €/ m².
- Ventajas: Es el mejor sistema de aislamiento posible. Evita todos los puentes térmicos. No disminuye la superficie útil del interior de las viviendas. Evita condensaciones intersticiales en el muro.
- Inconvenientes: No es válido para edificios protegidos, puesto que puede cambiar su estética exterior. De la misma manera, no es válido para edificios en los que no es apropiado modificar su fachada, como edificios con fachada de piedra, de ladrillo visto, de paneles, etc. Tampoco es válido para aislar medianeras, salvo que estas funcionen a modo de fachada exterior y no invadamos la parcela contigua.
2. Inyección de aislamiento en la cámara de aire
Consiste en la inyección en la cámara de aire de la fachada de diferentes materiales aislantes, normalmente perlas de poliestireno expandido. Su precio puede rondar los 20 €/m².
- Ventajas: No disminuye la superficie útil interior del edificio ni invade la vía pública. No modifica la composición de la fachada. Es un sistema relativamente barato.
- Inconvenientes: No sirve si no existe cámara de aire en la fachada (generalmente edificios muy antiguos, edificios de muros de carga de piedra, edificaciones de escasa entidad, etc.). No soluciona los puentes térmicos, dado que las cámaras de aire casi nunca son continuas. Existen zonas de difícil acceso en las que probablemente tampoco podamos aislar la cámara. En algunos casos requieren andamios. Debido a la anulación de la cámara de aire, hay que analizar si esto tiene impacto sobre la fachada a nivel de condensaciones intersticiales (normalmente no suele ser problemático, pero hay que tenerlo en cuenta).
3. Trasdosado interior de la fachada
Consiste en la colocación de aislamiento térmico por el interior de la fachada, generalmente mediante un sistema formado por paneles de lana de roca y acabado interior de yeso laminado. También se puede realizar con otro tipo de aislamientos y acabar interiormente con ladrillo. Su precio puede rondar los 20 €/m².
- Ventajas: No modifica la composición exterior de la fachada ni invade la vía pública. No necesita andamios. Es un sistema relativamente barato.
- Inconvenientes: Disminuye la superficie útil interior del edificio. No es apropiado en edificios cuya fachada interior tenga unas cualidades estéticas características (fachadas de muros de piedra, de ladrillo visto, de hormigón visto, etc.). No soluciona los puentes térmicos (forjados, unión tabique-fachada, cajas de persiana, etc.). Puede producir condensaciones en el interior, por lo que es aconsejable disponer de una barrera de vapor, pero esta a su vez hace que la fachada no respire y se acumule la humedad en el interior del edificio (si está bien resuelto no es un problema, pero hay que tenerlo en cuenta).
4. Aislamiento de cubierta
Existen multitud de sistemas para aislar las cubiertas. Existen sistemas equivalentes al SATE de las fachadas (aislamiento por el exterior de la cubierta). También existen sistemas equivalentes al trasdosado interior (colocación de falso techo con aislamiento). En cubiertas ligeras, podemos sustituir la chapa existente por un panel sándwich con el aislamiento adecuado. También podemos aislar el forjado bajo cubierta, en vez de la cubierta en sí. Por tanto, establecer un sistema de aislamiento de cubierta concreto es imposible. Cada sistema tendrá un precio determinado y será adecuado solo en ocasiones determinadas.
- Ventajas: Aislar la cubierta es el método más efectivo para ahorrar en calefacción, debido a que el aire caliente tiende a subir, por lo que se escapará antes por la cubierta que por el resto de paramentos. Si solo tomamos una medida de ahorro energético, sin duda la mejor opción será aislar la cubierta.
- Inconvenientes: Dependiendo del sistema a utilizar, los inconvenientes que se pueden presentar pueden ser la necesidad de andamios para su colocación, las dificultades de acceso a ciertos bajo cubiertas, etc. También pueden ser peligrosos ciertos sistemas como el poliuretano proyectado, que puede ser inflamable.
5. Sustitución de luminarias
Además de las actuaciones de rehabilitación energética en fachada y cubierta, la iluminación también es uno de los elementos que más influyen en el ahorro energético. Influye en mayor medida en edificios terciarios y locales y un poco menos en viviendas. La actuación más recurrente es sustituir el sistema de iluminación actual (lámparas incandescentes, halógenas o fluorescentes) por luminarias LED.
- Ventajas: Las luminarias LED consumen mucho menos que las incandescentes y halógenas y un poco menos que las fluorescentes. También tienen una mayor durabilidad.
- Inconvenientes: El único inconveniente de las luminarias LED es su precio, pero a la larga compensan sobradamente.
6. Sustitución de calderas
Aunque utilicen el mismo combustible, no todas las calderas tienen la misma eficiencia energética. Las hay con mejor o peor rendimiento y mejor o peor aisladas. En general, una caldera de hace 20 años va a consumir bastante más que una actual, por lo que suele compensar cambiarlas en este plazo. Si quieres saber qué caldera comprar, también tenemos un artículo sobre esto.
- Ventajas: En general, cambiar la caldera por una mejor es una medida de ahorro importante. Si es posible y el entorno nos lo permite, debemos intentar utilizar sistemas más eficientes y sostenibles como la aerotermia, la geotermia y la biomasa, entre otros. Estos sistemas, además de suponer un ahorro para nuestro bolsillo, supondrán un ahorro para el planeta.
- Inconvenientes: El cambio de la caldera no tiene mayor inconveniente que el gasto que supone el hacerlo. Algunos sistemas ocuparán más espacio que otros y tendrán mayor o menor mantenimiento, por lo que sus inconvenientes tendrían que estudiarse de manera particular.
7. Sustitución de ventanas
A pesar de lo que piensa la gente, el impacto que tiene la sustitución de ventanas en un edificio sobre la eficiencia energética no es muy alto, o por lo menos es menor que el de los anteriores apartados. Esto es debido a que suponen una proporción pequeña sobre el conjunto de la envolvente. De todas maneras, el ahorro en la factura energética será mayor cuanto peores fuesen las ventanas originales y mejores las nuevas, y también es posible que cambiar las ventanas ayude a mejorar el aislamiento acústico del exterior.. El precio para la sustitución de ventanas puede ir desde los 250 €/m² en adelante.
- Ventajas: La sustitución de las ventanas por unas con mejores prestaciones es siempre adecuada. El aislamiento del vidrio doble con cámara es infinitamente mejor que el vidrio simple. La rotura de puente térmico del marco también es mucho mejor que si este no la tiene. También es muy útil, en términos de eficiencia energética, aislar la caja de las persianas y poner persianas aislantes.
- Inconvenientes: Hay que tener en cuenta que el material sea el apropiado para cada tipo de fachada, pues las normas urbanísticas y los estatutos de la comunidad de cada edificio permitirán o prohibirán unas características y no otras. En el caso de las carpinterías de aluminio, habrá que asegurarse de que el marco tenga rotura de puente térmico. Si las carpinterías son de PVC, habrá que asegurarse de que tienen la resistencia adecuada. En el caso de que sean de madera, esta tendrá que ser de una madera que aguante la intemperie o estar tratada de manera adecuada.
¿Cuáles son las medidas de rehabilitación energética de edificios más útiles?
La rehabilitación energética de un edificio debe ser analizada de manera global. Hay que estudiar cuáles son los elementos más desfavorables del edificio y actuar sobre ellos. Por ejemplo, de nada sirve cambiar las ventanas por unas mejores si el edificio no tiene aislamiento en la fachada. Tampoco sirve de nada aislar la caja de la persiana si las ventanas aún tienen vidrio simple. Hay que ir de lo más grande (cubierta y fachada) a lo más pequeño (el último puente térmico).
El cambio de las calderas, por motivos de eficiencia energética, sería el último paso, pues como es fácil entender, si tuviésemos un edificio perfectamente aislado no necesitaríamos calefacción. El aislamiento perfecto es imposible, aunque solo sea porque de vez en cuando abrimos las ventanas para ventilar, pero podría optimizarse al máximo.
Mención aparte tiene el sistema de iluminación, que no depende del aislamiento térmico del edificio. Por tanto, podemos cambiar o no las luminarias independientemente de si hemos aislado el edificio o no y el ahorro será el mismo. Si queremos superarnos a nosotros mismos en materia de eficiencia energética, también podemos instalar un sistema que produzca energía solar fotovoltáica.
En definitiva, lo más importante siempre es el aislamiento global de la envolvente (cubierta y fachada), después los elementos menores de esa envolvente (ventanas, puertas, persianas, voladizos, forjados, chimeneas, etc.) y por último la caldera. Independientemente, podemos mejorar también el ahorro energético sustituyendo las luminarias.
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