El 20 de diciembre de 2019 se ha publicado una nueva versión del Código Técnico de la Edificación. Esta no es una versión cualquiera, pues introduce cambios significativos en materia de eficiencia energética y de salubridad. De hecho, para adaptarse a estos cambios, se ha establecido un período de transición de seis meses en los que la aplicación de estas novedades será voluntaria. Es decir, en la práctica, esta nueva versión del CTE se hará efectiva a partir del 21 de junio de 2020.
¿Qué novedades trae esta nueva versión del CTE?
Principalmente hay dos grandes novedades. La primera es en el documento HE Ahorro de energía. Los edificios que se construyan a partir de la entrada en vigor de este documento tendrán una alta eficiencia energética y una mayor contribución de energía procedente de fuentes renovables. Para ello, cambian las condiciones de transmitancia, el control solar y la permeabilidad de la envolvente térmica. Se mejoran las condiciones de las instalaciones térmicas y de iluminación y se introduce la contribución mínima de energías renovables para agua caliente sanitaria. También se demandará un mínimo de generación de energía eléctrica para el uso terciario.
La otra gran novedad de esta versión del CTE será el nuevo HS 6 Protección frente al gas radón. De este nuevo documento es del que hablaremos más pormenorizadamente en este artículo.
Finalmente, se modifican ciertos aspectos del resto de documentos, vinculados en general a los anteriores, como son el DB-SI, que limita el riesgo de de propagación de incendios en el exterior de las fachadas, y pequeños aspectos de DB-SE y las referencias normativas del resto de documentos.
¿Qué es el gas radón?
Si el CTE ha creado un documento propio para protegernos de este gas, ¿es que es tan peligroso? ¿Por qué no habíamos oído hablar nunca antes de él y de sus peligros? ¿Y qué pasa a las edificaciones actuales afectadas por este gas?
El radón es un gas noble presente en la naturaleza. Es incoloro, inodoro e insípido, por lo que es difícilmente detectable por los usuarios de los edificios. Es un elemento radiactivo y peligroso en altas dosis para el ser humano. Se encuentra principalmente en el subsuelo de la corteza terrestre y sale a la superficie a través de las rocas y otros tipos de terrenos, por lo que es muy habitual en las cuevas naturales, en las minas y en los sótanos de los edificios.
El radón es la segunda causa de cáncer de pulmón en el mundo, después del tabaco. El principal problema del radón es su inhalación en altas dosis o de manera prolongada, no siendo peligroso su contacto con la piel. De hecho, al ser un gas radiactivo, el peligro no viene de si inhalación directa, sino de las partículas alfa que produce a lo largo del tiempo, que pueden provocar mutaciones en el tejido pulmonar y, a la larga, cáncer.
¿Dónde se encuentra el radón?
El radón proviene del subsuelo y penetra por las fisuras y oquedades que encuentra, por pequeñas que sean. En las edificaciones, lo normal es que su mayor concentración se produzca en sótanos y plantas bajas sin ventilar.
Los suelos que producen mayor cantidad de radón son aquellos ricos en uranio. Por tanto, uno de los suelos con más cantidad de radón, presente en muchas zonas de nuestro país, es el suelo granítico. Hasta hace no muchos años se solían construir muchos edificios directamente en la roca, o incluir dentro de ellos grandes rocas incrustadas en el propio terreno a modo ornamental. Esta práctica se considera peligrosa hoy en día, salvo que estas rocas se sitúen al exterior o estén en una zona muy ventilada.
Algunos materiales de construcción como las piedras naturales y los cementos pueden contener cierto contenido de radón en su interior, pero su incidencia es pequeña. Muchos materiales de construcción también pueden conducir el radón del terreno a través de sus poros, por lo que es importante crear una barrera y ventilar bien los elementos en contacto con el terreno.
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El gas radón en España
Los suelos que producen más radón son aquellos que contienen rocas ígneas o metamórficas ricas en uranio, como es el caso del granito y de la pizarra. El Consejo de Seguridad Nuclear de España ha elaborado un mapa con las zonas con más riesgo de contener radón. Las zonas con más riesgo de España se encuentran en el oeste peninsular, comenzando por Galicia, Castilla y León, Extremadura, la sierra de Madrid y algunas zonas de Cataluña, Andalucía y Canarias.
Galicia es, con diferencia, la Comunidad Autónoma más afectada por el gas radón. El 70% de las edificaciones de su territorio supera los 300 Bq/m3, concentración mínima considerada peligrosa. Dos de cada tres municipios gallegos están expuestos a altas concentraciones de gas radón, siendo las provincias más afectadas Ourense y Pontevedra. Desde 2001, El Laboratorio de Radón de Galicia se encarga de medir la concentración de radón en miles de viviendas gallegas y de elaborar un mapa de la incidencia del radón en los municipios gallegos.
El DB-HS 6 Protección frente a la exposición al radón
Este nuevo documento es la transposición de la Directiva 2013/59/EURATOM, directiva europea publicada en 2013 que regula en materia de protección frente al gas radón. Se aplicará a cualquier edificación que se encuentre en los municipios incluidos en la lista, tanto en obra nueva como en rehabilitación.
El objetivo de este documento es garantizar que en cualquier local habitable de cualquier edificación no se produce una concentración media anual de radón superior a 300 Bq/m³. Para garantizar este nivel de referencia, se dan una serie de soluciones constructivas que deberán implementarse en cada caso.
Para establecer que soluciones constructivas han de implementarse en cada caso, primero hemos de saber en qué municipio, y por tanto, en qué zona se encuentra nuestra edificación. El Apéndice B del DB-HS 6 establece una clasificación de todos los municipios de España en función de la existencia de gas radón. Se establecen dos zonas: ZONA 1 y ZONA 2. Se entiende que los municipios que no se encuentran en ninguna de estas zonas están libres de peligro de gas radón y por tanto no han de cumplir esta exigencia.
- Zona 1: se considera que la concentración media anual de las edificaciones en estos municipios es superior a 300 Bq/m3..
- Zona 2: se considera que la concentración media anual de las edificaciones en estos municipios es superior a 400 Bq/m3..
Dependiendo de la Comunidad Autónoma, es más común que los municipios estén en la zona 1, en la zona 2, o no estén. Por ejemplo, en Galicia la mayoría de municipios están en la zona 2. Por el contrario, en las comunidades del levante, en general, la mayoría de municipios no están en ninguna de estas zonas.
En función de la zona en la que se encuentre la edificación de proyecto, se aplicarán unas medidas constructivas u otras. En cada zona se aplicarán las siguientes medidas:
- Zona 1: barrera de protección o cámara de aire ventilada entre el terreno y los locales habitables.
- Zona 2: barrera de protección más cámara de aire ventilada o sistema de despresurización del terreno.
Es decir, en la zona 1 se puede aplicar una de las dos soluciones propuestas (barrera de protección o cámara de aire ventilada), mientras que en la zona 2 la barrera de protección es obligatoria y, además, hace falta la aplicación de otro sistema a elegir entre cámara de aire ventilada y sistema de despresurización del terreno. Veamos en qué consiste cada una de estas soluciones.
Barrera de protección
Estas barreras consistirán en “todo aquel elemento que limite el paso de los gases provenientes del terreno y cuya efectividad pueda demostrarse”. Se puede asimilar este elemento a una barrera antihumedad y, de hecho, en muchos casos pueden tener esta doble función, siempre que estén debidamente ensayadas.
“Se consideran válidas las barreras tipo lámina con un coeficiente de difusión frente al radón menor que 10-11 m²/s y un espesor mínimo de 2 mm.” Además, presentarán las siguientes características:
“a) tener continuidad: juntas y encuentros sellados;
b) tener sellados los encuentros con los elementos que la interrumpan, como pasos de conducciones o similares;
c) las puertas de comunicación que interrumpan la continuidad de la barrera deberán ser estancas y estar dotadas de un mecanismo de cierre automático;
d) no presentar fisuras que permitan el paso por convección del radón del terreno;
e) tener una durabilidad adecuada a la vida útil del edificio, sus condiciones y el mantenimiento previsto.”
Espacio de contención ventilado
Este elemento consiste básicamente en una cámara de aire ventilada, aunque también puede consistir en un local no habitable ventilado. Por cámara de aire ventilada entendemos habitualmente forjados sanitarios o sistemas de casetones, que ya eran obligatorios en otros requerimientos del CTE. En este caso, hay que asegurarse de que la ventilación de estas cámaras es la adecuada. En conjunto de aberturas tiene que ser de al menos 10 cm² y situarse en todas las fachadas.
Respecto a los locales no habitables, nos referimos habitualmente a garajes, sótanos, porches, etc. Lo que hay que tener en cuenta en este caso es que estos locales también deben estar ventilados. La ventilación necesaria es la que establece el DB-HS 3 o el RITE, según corresponda. Por tanto, ya nos podemos olvidar de los sótanos sin ventilar.
Despresurización del terreno
Este sistema consiste en la colocación de elementos de captación de aire bajo el suelo (arquetas o tubos perforados) conectados a conductos de extracción de aire que extraigan mecánicamente el aire al exterior del edificio, si es posible a cubierta. Si no se puede colocar este sistema bajo el suelo, por tratarse de una rehabilitación, se colocará de forma perimetral en el terreno exterior. De esta manera, se consigue extraer el gas radón circundante antes de que entre al propio edificio.
Construir teniendo en cuenta el radón
El radón ha sido ese gran olvidado en la construcción durante todos estos años, pero ya es hora de que lo tengamos en cuenta, ya que sus efectos a largo plazo son claros y contundentes. Hemos de tenerlo en cuenta especialmente en lugares como Galicia, en los que la cultura del granito está tan arraigada. El granito es maravilloso, hemos de valorarlo y respetarlo, pero también hemos de saber usarlo en las condiciones adecuadas.