La realización de certificados de eficiencia energética
La primera gran decisión que se tiene que tomar cuando se redacta un certificado energético mediante el programa CE3X es distinguir entre tres tipos de edificaciones:
- Vivienda
- Pequeño terciario
- Gran terciario
Sobre las primeras no hay nada que añadir que no se conozca, representan un porcentaje altísimo de certificaciones energéticas y pueden realizarse por individual o considerando el edificio entero. El pequeño terciario se refiere a los pequeños o medianos establecimientos del sector servicios, como pueden ser los locales.
El gran terciario se centra en dos tipos de inmuebles:
- Naves industriales
- Edificios de gran tamaño (hoteles, complejos de oficinas, centros comerciales, hospitales…)
Certificar un edificio gran terciario
Vayamos a la definición de “terciario” a cargo de la Real Academia de la Lengua:
“Que abarca las actividades económicas de servicios, es decir aquellas que no producen bienes directamente, sino que distribuyen o facilitan el consumo de los bienes producidos por los sectores primario y secundario, como el comercio, las comunicaciones, la administración, la banca, el transporte, los espectáculos, el turismo, la hostelería, la sanidad, la educación, etc.”
No obstante, no debemos exclusivamente ceñirnos a esta definición a la hora de abarcar las certificaciones energéticas de los edificios de gran tamaño que no sean viviendas, sino que engloban absolutamente todo tipo de actividades, desde el sector primario hasta el secundario. Por tanto, por eliminación, a la hora de certificar un inmueble de gran terciario, lo calificaremos así si no pertenece a las otras dos clases, vivienda y pequeño terciario.
Llegados a este punto, es necesario recalcar la principal controversia que existe en cuanto a definición precisa del área a certificar cuando nos hallamos en un gran terciario. Para ello, debemos considerar los siguientes factores:
- La porción de oficinas siempre formará parte de la computada para superficie útil.
- Si existe una parte destinada al almacenaje en exclusiva, sin estar condicionada para estancias fijas, no se contará como superficie útil.
- Si el almacén coincide con un espacio de oficinas, será computable en todos los casos.
- Evidentemente, cualquier superficie semiabierta al exterior, ni siquiera computará ni como espacio indirecto.
Este tema es muy importante para evitar equívocos a la hora de elaborar los certificados energéticos y dar resultados muy alejados de la realidad.
Por otra parte, el certificado energético cuando se realiza en edificios de gran terciario, suele ser la primera aproximación a un estudio más detallado sobre las posibilidades de ahorro energético y, por tanto, ahorro en la factura de suministros, que en este tipo de edificios suele ser muy alta.
Estamos hablando de la «gestión energética de edificios”, un poderosísimo caballo de batalla que se está aplicando ya en numerosos edificios públicos y que consiste en la aplicación de medidas de ahorro energético de coste cero o tendiendo a cero.
La domótica, los manuales de buen uso, la monitorización de consumos dirigida a áreas estratégicas, la modificación puntual de elementos arquitectónicos y la estratificación de horarios de trabajo pueden suponer una media de 10.000 a 20.000 euros de ahorro anual en facturas eléctricas en edificios de una media de 5.000 metros cuadrados de superficie.
En los hoteles en especial, el certificado energético para encaminar el programa de ahorro energético, es un doble desafío al ser los propios clientes quienes deben llevar a cabo el manual del bueno uso energético sin tener la sensación de que el precio que pagan por la estancia no esté del todo justificado.
En naves industriales, otra estrategia a seguir es la no climatización o no-acondicionamiento de las superficies que tengan un uso de almacenaje o de paso, y confiar estas últimas superficies a ser “acondicionadas” por la arquitectura y el diseño. Brise-soleils, orientación, muros trombe, vidrieras amplificadoras de la radiación por calor, lucernarios, materiales con transmitancia reducida, doble piel…todos son trucos técnicos que pueden suplir la acción de la climatización automatizada.
Apostar por el ahorro energético
Finalmente, y como ya hemos mencionado en otras ocasiones, aunque tengamos en cartera un conjunto de edificaciones individuales que no pueda ser considerado como gran terciario, y aunque a la hora de tratarla con el CE3X no nos permita juntar las susodichas unidades en una suma total; es necesario tener una vista global de la arquitectura y apostar por sistemas de ahorro energético generales y nunca desde el punto de vista individualista del usuario.
En los países nórdicos los sistemas de climatización suelen estar centralizados, y ya conocemos que la centralización siempre es ahorro energético y de recursos. Los griegos y los romanos, aparte de ser los primeros auténticos maestros que dotaron a la arquitectura de atemporalidad, sabían perfectamente como minimizar el diferente criterio de los usuarios de los edificios y dieron con soluciones como el Templo Griego, con el Partenón de primer estandarte; o el Ágora Romana, encuentro de los hombres en las ciudades cuyo requerimiento arquitectónico era mínimo y cuya función era máxima; dejar que los habitantes de la zona se desfogasen mediante la discusión.
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