A la hora de construir una casa, pero también de comprarla o alquilarla, la orientación cobra especial importancia. En función de hacia donde esté orientada la vivienda, el frío del invierno y el calor del verano se pueden convertir en nuestros aliados o, por el contrario, materializarse en un incremento del gasto energético. Así, una vivienda con una buena orientación será más eficiente, lo que reportará beneficios económicos a los usuarios y beneficios medioambientales al entorno.
La orientación Este
Entre todas las orientaciones posibles, que quedan resumidas en los ocho puntos principales de la Rosa de Los Vientos, si me obligasen a quedarme con una para construirme una casa en una isla desierta, lo tendría muy claro: me buscaría una cueva con la boca orientada al Este.
No solamente para disfrutar de los amaneceres mientras me preparo las herramientas para recolectar los cocos o las armas para ir a cazar algún jabalí, sino siguiendo claras indicaciones dictadas por la eficiencia energética:
- Mínimo de fachada al exterior.
- Grosor de fachada considerable para aumentar la inercia térmica.
Construir una casa con la orientación óptima es instintivo. No hace falta haber estudiado cientos de horas de arquitectura para deducir esto, simplemente con leer las novelas de Julio Verne se llega a esta conclusión.
Por tanto, consideramos la Orientación Este como la orientación óptima para el ahorro de energía. ¿Por qué? Vamos a esgrimir las razones principales:
- Los paramentos orientados al Este reciben la primera radiación solar del día, cuando aún no han tenido tiempo de calentarse. Por tanto, el retardo térmico tan presente en otras fachadas aquí no se hace presente.
- La fachada Este evita la radiación solar veraniega durante casi todas las horas más críticas, y en el espacio de tiempo en que sí es incidida por los rayos, tienen la potencia más reducida.
- La fachada Este se ve favorecida por la radiación solar invernal matutina, porque los rayos entran con un ángulo mucho menor respecto al suelo. Por tanto, es la propia bóveda celeste la que hace de regulador y protección solar.
Sureste y Sur
Siguiendo el mismo razonamiento, la orientación Sureste es la segunda mejor, y en tercer lugar tenemos la Sur, aunque aquí seguramente se deberá recurrir al diseño personalizado de la protección solar para que en verano las estancias orientadas a los 180 grados no sufran de excesivo asoleo.
Suroeste y Oeste
Las fachadas con orientación Suroeste y Oeste tienen exactamente los mismos beneficios de la irradiación solar en invierno, pero en verano son de las más perjudicadas por el astro rey.
Cuando empiezan a recibir la incidencia de la luz directa, ya han tenido ocho horas de exposición a temperaturas altas. Con lo cual, hasta el ocaso no pararán de acumular calor, que dicho sea de paso, no se disipará hasta bien entrada la madrugada.
Si encima la fachada no está bien diseñada (cámara de aire, aislamiento), es posible que el retardo térmico llegue hasta la mañana siguiente, por lo que las habitaciones afectadas serían siempre susceptibles de climatización. Por tanto, las fachadas Sureste y Oeste quizás necesiten un tratamiento especial de protección solar natural o un oso eminentemente diurno.
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Arco Noroeste-Norte-Noreste
Finalmente, las fachadas orientadas en el arco Noroeste-Norte-Noreste tienen una mala fama injustificada. Cierto que nunca reciben la radiación solar directa y que están directamente relacionadas con patologías debidas a humedades, pero he aquí que también se puede dar la vuelta a la tortilla y transformar la crisis en oportunidad.
Para empezar, siempre existe la opción de aislar especialmente estos paramentos y minimizar el efecto del frío y humedad en meses invernales. Doble hoja, si es posible, anulando puentes térmicos, es la mejor opción.
Pero en verano, la orientación Norte es la mejor opción, puesto que el paramento nunca recibe directamente la radiación solar. Para paliar la falta de iluminación, tenemos la opción de utilizar superficies reflectantes situadas en la cercanía (por ejemplo, paredes blancas en casas-patio).
En la habilidad del proyectista para conjugar los deseos del cliente con el buen hacer del oficio está hallar el equilibrio entre todos los tipos de orientación y sus ventajas, sin necesidad de recurrir a la climatización para enmascarar carencias arquitectónicas y constructivas.